Leopoldo Abadía es un profesor y escritor español conocido por su análisis de la crisis económica actual mediante un artículo publicado en su sitio web que recibió miles de visitas en apenas unas semanas y que le llevó a publicar un libro titulado La crisis Ninja y otros misterios de la economía actual donde explicaba los pormenores de la crisis de las hipotecas subprime desde un lenguaje coloquial y llano. El libro tuvo una gran acogida, liderando las listas de ventas y continuando así con el fenómeno de Internet iniciado por el artículo y llevando al autor a aparecer en numerosos programas televisivos. San Quirico es el pueblo imaginario de la obra que le dio la fama, nombre inspirado en la localidad barcelonesa de San Quirico Safaja, donde está empadronado

Nacido el 7 de septiembre de 1933 en Zaragoza, estudio en el Colegio Jesús-María El Salvador, cursó la carrera de ingeniería industrial en Terrassa. A principio de los años 60 se incorporó como profesor en el IESE de la Universidad de Navarra donde ejerció durante más de 35 años.             (Fuente . Wikipedia)

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actualizado el 11/12/2013

 
06/12/2013 El recibo de la luz
29/11/2013 Buenas noticias

22/11/2013 Quiero ilusionarme

15/11/2013 Cachorros y cachorros

08/11/2013 Una reflexión metafísica

01/11/2013 Hay que ponerse enfermo

25/10/2013 El trinomio
18/10/2013 ¡9.376!
11/10/2013 Las Bombas de humo
04/10/2013 Hay que saber demasiado
27/09/2013 Hoy es dia de informes
20/09/2013 Leyendo a San Lucas
13/09/2013 No conseguimos El pedido
06/09/2013 Ha bajado el paro
31/08/2013 Lo real, lo irreal y la Supercopa de España
23/08/2013 Yo también tengo normas
16/08/2013 Nunca nadie dijo que sería un camino de rosas
09/08/2013 Mariano: no hagas caso a Olli
02/08/2013 Ayer en el Congreso
26/07/2013 Amanecer y seriedad
19/07/2013 Sir Alex Ferguson y el Banco Central Europeo
07/06/2013 Buscando Modelos
31/05/2013 Los dijo Machado : Hay que quemarse la mano
24/05/2013 Como una empresa
17/05/2013 Profundizando en la mina

10/05/2013 Este Papa es una mina

03/05/2013 El cepillaje y otros misterios de la economía actual

26/04/2013 6x3=18

19/04/2013 Artur, Artur

12/04/2013 No sé si quiero ser japonés

05/04/2013 Ya sé que ponerme

29/03/2013 La dos clases sociales

22/03/2013 La ginebra en ayunas

15/03/2013 El crédito, la corresponsal alemana y las tarjetas prepago

08/03/2013 Ahora nos lo vamos a tomar en serio

01/03/2013  El estado de mi nación

22/02/2013  Estoy contentísimo: ¡se va a cumplir mi profecía

15/02/2013  Se nos va el Papa

08/02/2013  Se buscan salvapátrias

01/02/2013  Los buenos y los malos

25/01/2012  Espero un papel

18/01/2013  La revolución civil y la ecuación con envolvente

11/01/2013  Falta pudor, sobra pudor.

04/01/2013  Las 6 cosas que hacer en 2013

  2012  

28/12/2012 El discurso del Rey

21/12/2012 El envejecimiento de la población y los rabos de pasa

14/12/2012 La cecot, mi cuñado y el banco que dejé caer.

07/12/2012 A elegir : o hacemos la revolución educativa o hacemos el idiota

30/11/2012 Ya tienen trabajo los líderes : hacerse perdonar los errores

23/11/2012 Artur está enfadado

16/11/2012 me cansé de sutilezas

09/11/2012 Cuidar el árbol

02/11/2012 Si yo fuera economista, sería el economista esperanzado

26/10/2012 El señor Egea, España y el calcetín

 

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06/12/2013     El recibo de la luz

Cuando escribí este verano el último libro, se me ocurrió darle la forma de preguntas que me hacía yo y respuestas que me daba yo. Esto tenía la ventaja de que no me preguntaría nada que no supiera y que no habría ninguna pregunta comprometida.

Además, pensé que era el momento de intentar entender alguna de esas cosas que siempre me habían parecido incomprensibles, pero que si alguien las entiende, por qué no las voy a entender yo.

Un hijo mío me dijo hace tiempo: “¿Por qué no explicas lo del déficit de tarifa de las eléctricas?”. Debí poner una cara muy rara y mi hijo ya no volvió a insistir.

Pensé que, con el libro, había llegado el momento, porque si al final, después de mucho esfuerzo, no lo entendía, eliminaba la pregunta y ya está. Como laEditorial Espasa quería que fueran 365 preguntas, malo sería que no pudiera compensar la eliminada con otras.

En teoría, es muy fácil: el déficit se origina porque lo que cuesta generar, transportar, distribuir y comercializar la energía es menor que el precio que pagamos.

O sea, la solución es fácil: se sube el precio que pagamos y ya está. Como haría cualquiera que, en su negocio, comprara calcetines a 3 euros y los vendiera a 2,50. Subiría el precio en 0,50 euros, para empatar, por lo menos. Porque si siguiera vendiendo los calcetines a 2,50, cuantos más calcetines vendiera, más dinero perdería. Cosa que he explicado muchas veces a esos amigos que no entienden por qué hay gente que vende mucho y pierde mucho.

El Gobierno se lo piensa bastante antes de autorizar la subida, porque con las cosas de comer no se juega. Y por dos razones más: una, porque un consumidor de electricidad es un votante, y si al votante le rascas ahora el bolsillo, que bastante rascado lo tiene ya, igual va y no te vota. Y vota a otro, que no tendrá que subir la electricidad porque ya estará subida, o sea, porque, como dicen en las películas, el trabajo sucio ya lo habrá hecho el Gobierno anterior. Y hay que pensar cuántos puestos de trabajo se perderán (los de la gente que gobierna y sus amigos), aunque se verán compensados por los que se crearán (los del Gobierno nuevo y sus amigos), con lo que el paro se mantendrá tal cual. Pero muchos amigos se quedarán sin empleo, y eso no gusta.

Otra razón por la que no se puede subir la tarifa es porque se produciría inflación, y cuando hay inflación, los precios suben, la gente pide más sueldo y ya la hemos liado.

La solución, facilísima. El Gobierno dice: “Apuntad el déficit como ingreso. Calculad los beneficios como si lo hubierais cobrado de verdad. Luego, poco a poco, recibo a recibo, año tras año, podéis incluir en las facturas unos eurillos para subsanar el déficit”.

Esta idea es muy buena, si no fuera por dos razones: una, porque el déficit no es fijo. No es una cantidad que ahí está, que se amortiza y problema resuelto. Es una cantidad movible (en el libro puse “aumentable”). La bola va creciendo y los déficits nuevos no se amortizan con la velocidad suficiente.

Y además, los empleados de las eléctricas, los proveedores, Hacienda y los accionistas quieren cobrar en dinero, y a ninguno de ellos se le puede decir que lo apunte como si lo hubiera cobrado de verdad. Porque si yo trabajo en una eléctrica, voy al súper, cargo el carrito porque somos muchos en casa y le digo a la cajera que lo apunte como si lo hubiera cobrado, llama al encargado y se me quedan el carrito. Y, además, piensan que estoy como un cencerro.

Como estamos en un momento en el que la imaginación se desborda, se encuentra la solución, otra vez. Un amigo mío suele decir: “¡Será por ideas!”.

Y las eléctricas cogen el déficit y lo titulizan. O sea, van a un banco y le dicen que les preste dinero a cambio de facturas, sabiendo que las facturas se cobran seguro, porque al que no paga le cortan la luz. Y el banco les deja dinero y se lo van devolviendo poco a poco, a medida que van cobrando las facturas.

Pero la bola sigue creciendo, y en julio de 2013 llega a 26.000 millones. Ahora no sé en cuánto está. Y alguien vuelve a tener la idea: “¿Y si subiéramos el recibo de una vez?”. Pero eso no se dice así. Se dice “por la negativa”. O sea, “no subiremos el recibo un 14 %”. Con lo que,  quien más, quien menos, piensa: “Si lo subieran solo un 6 %...”  Porque todos sabemos que se va a subir, pase lo que pase, y sabemos que echaremos pestes del Gobierno y después nos tragaremos la subida. Y si amenazan con un 14 % y nos lo dejan en un 6, hasta les estaremos agradecidos. Y si sólo es un 3,7 %, lloraremos de emoción.

La cosa se complica más. Porque el Gobierno decidió recortar este año el déficit en 4.500 millones, pagados entre los consumidores (el recibo), los consumidores otra vez (los impuestos) y las eléctricas. Estas pondrían 2.700 millones, pero no los pondrían. El Gobierno les concedería un crédito por ese valor y otro de 900 millones por “los costes extrapeninsulares”. O sea, para que en Palma de Mallorca mis hijos tengan luz y en Canarias mi cuñada pueda enchufar la tele. Menos mal que perdimos Cuba y las Filipinas.

2.700 más 900 igual a 3.600 millones. Pero como manda Merkel y no nos deja que subamos el déficit y esos 3.600 millones van al déficit, el Gobierno mira a Bruselas y dice que nanay, que no. Y las eléctricas agarran un calentón. Y quieren subir el recibo en 3.600 millones y el Gobierno les dice que no, por lo de los votantes y la inflación, como he dicho antes. Y querían poner en el balance 3.600 millones como deuda pendiente, y no como ingreso. Y como me parece (ya no estoy seguro de nada) que esa deuda vendría avalada por el Estado, otra vez Merkel dice que no.

Total, que el Gobierno y las eléctricas han decidido trabajar juntos “en la definición de posibles mecanismos de titulización de la deuda del sector”. O sea, a ver cómo consiguen otra vez créditos para las eléctricas, garantizados por las facturas y no avalados por el Estado.

Y, además, van a eliminar subvenciones, con lo que se consigue otro calentón, el de los que pusieron dinero en esas industrias porque estaban subvencionadas.

Después de todo este lío, a la gente sólo le preocupa una cosa: ¿subirá el 'recibo de la luz'? La contestación es muy sencilla: ¡Claro que sí! La segunda pregunta: ¿cuánto? Contestación honrada: no lo sé.

En confianza, creo que hoy, a estas  alturas, no lo sabe nadie.

P.S.

Con esto de las titulizaciones, una parte de lo que yo gasto de energía lo pagarán mis nietos en el futuro. Pensaba que este podía ser un buen argumento para que no dejasen siempre todas las luces de la casa encendidas. Se lo he dicho, pero tengo la impresión de que, hoy, el futuro no les importa nada.

 

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29/11/2013     Buenas noticias

 

"El AVE Barcelona-París ya está aquí después de 20 años".

 

Buen titular.

 

Hay otro titular que pasaría más desapercibido: "Europa ya está aquí después de 51 años".

Celebramos lo del AVE. Me hace mucha ilusión cuando anuncian en la estación el AVE a París, Gare de Lyon.

 

Y me hace mucha ilusión cuando veo que en Fráncfort se reúne Draghi con nuestros banqueros y con otros similares de otros países de Europa; él se pone en la presidencia de la mesa y los otros en los demás sitios, porque el que manda es Draghi.

 

Han pasado 20 años y ya tenemos AVE a París. Han pasado 51 años y ya andamos hacia Europa (euro, aprobación de nuestros presupuestos enBruselas, supervisión bancaria en Fráncfort, advertencias de los comisarios recordándonos que mandan ellos, guiños de mi santa Angela Merkel recordándonos que manda ella). Ánimo, ya somos europeos y podemos ir al resto de Europa en AVE.

 

Y al pobre de Guindos le riñen porque piensan que el déficit se le puede desviar en una décima, o sea, en 1.000 millones de  euros, o sea, en 1.000/9.376 = 0,1066 veces lo que la malvada Administración Central debe a Cataluña, según los cálculos hechos por el Govern catalán y anunciados en titulares en La Vanguardia del 16 de octubre. Como es una fecha reciente y algo habrá pagado 'Madrid', la deuda, ahora, debe ser menor.

 

Con la regañina a cuestas, el pobre Luis hace un discurso que me suena un poco patético, porque, con cara triste, dice: “¡Hombre, si solo es una décima!” Y Angela le mira y dice: “Luis, son 1.000 millones y no estamos para desperdiciar ni 43, euros, no millones”.

 

¡Qué alegría! Todavía no he ido a París en AVE. Procuraré no tardar mucho. Pero ya me lo imagino. Por la ventanilla derecha veo el euro, por la izquierda la unión bancaria que se acerca, por la ventanilla de atrás veo lo de los presupuestos… ¡qué gozada! Hay cosas que no me gustan, pero si estamos en Europa, estamos en Europa. Si Europa nos dice que la doctrina Parot, no, pues la doctrina Parot, no.

 

Sólo me faltaba que el Papa sacase una exhortación sobre la alegría. Tampoco la he leído todavía, pero estoy tan dispuesto a alegrarme que la voy a leer de cabo a rabo, la voy a subrayar y, en cuanto pueda, en las conferencias diré frases suyas, sin decir que son suyas, para que los susceptibles no se molesten, presentándolas como mías, que creo que eso, al Papa, no le molestará.

 

¡Que estamos en Europa! ¡Que no manda Rajoy! ¡Que Mas ha dicho que en la India no preocupa el problema catalán! ¡Todo son buenas noticias!

 

Estuve en una jornada de homenaje a las pymes. Les dije que menos homenajes y más autoexigencia. No se lo dije así, pero quería que les llegase el mensaje de que no han de esperar a que les ayude nadie, porque no les ayudarán.

 

Y encima, recibo un libro de Risto Mejide, que dice que “te dejes de fabricar un currículum y te fabriques un trabajo, porque ya nadie lo va a hacer por ti”. Este mozo acierta siempre.

 

Para que la felicidad no sea completa, el Barça perdió y el Real Zaragoza, mi Real Zaragoza, no levanta cabeza, a no ser que le llamemos 'levantar cabeza' a ganar 1-0 al Girona.

 

Menos mal que Repsol, o algunos de Repsol, junto con un ministro, han arreglado lo de Argentina, o, por lo menos, han vuelto diciéndole eso a Antoni Brufau, que es el presidente y que no fue porque tenía mucho trabajo aquí. Lo que estaba contabilizado por 5.500 millones nos lo han pagado con 3.685. No en efectivo, sino en unos papelitos que llaman bonos y que dicen que valen eso. Y que nos lo pagarán chin chin dentro de 10 años, con intereses, y que si queremos dinero antes, que vendamos los papelitos a alguno que nos los quiera comprar, con descuento, claro está.

 

Leo que Brufau ya está pensando en la indemnización que recibirá cuando acaben de despedirle, que ya han empezado. Antoni, si me admites un consejo, ya que te di clase en el IESE, aprieta lo que puedas y coge lo que te den. Que sea en euros. No admitas un cheque, a no ser que esté firmado por Isidro Fainé. Y si te quieren pagar en bonos argentinos, no digas lo que piensas, porque eres educado, que yo me acuerdo.

 

Contesta simplemente:

No.

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22/11/2013     Quiero ilusionarme

Una noche de octubre de 1963, en Boston, mi mujer y yo fuimos al cine y nos encontramos con el presidente Kennedy. Él había ido a un acto cerca de allí, y lo vimos a dos metros. Majo, sonriente, con muy buena pinta.

Un mes más tarde, lo asesinaron. Aquella mañana yo había estado estudiando un rato en la biblioteca de la Harvard Business School y volvía a casa en mi coche, un Cadillac muy viejo que, cuando andaba, era una maravilla (con mucha frecuencia, no quería andar). Puse la radio y oí que el presidente, desde Dallas, "volverá a Washington some time in the morning". Llegué a casa, y nos pusimos a comer. Al cabo de un rato, José Antonio, otro profesor del IESE, nos llamó para darnos la noticia.

Han pasado 50 años. Aún me da pena. Como me da pena el asesinato de Bob Kennedy, 5 años después.

Leo cosas sobre el presidente. Parece que no hizo mucho, que no sacó adelante muchas leyes. Dicen que le gustaban las mozas. La suya era muy guapa. Debía de tener el corazón amplio.

Pero su asesinato todavía me da pena. Me da la impresión de que alguien nos quitó la ilusión, como alguien me quitó la ilusión de que Bob hiciera lo que no pudo hacer Jack.

Dos días después, llegamos a casa y Sofía, una chica de Viver de la Sierra, cerca de Calatayud que trabajaba en nuestra familia, nos dijo: "Ha pasado algo. Han matado a alguien". Ruby había asesinado a Oswald delante de las cámaras de televisión, en una escena de película mala con actores malos, pero con fuego real. 

Mi mujer, de vez en cuando, es conspirativa. Nunca se creyó el informe Warren, que dictaminó que a Kennedy lo mató Oswald porque sí y que a Oswald lo mató Ruby porque le daba pena Jacqueline. Por cierto, hoy he leído que Oswald salía corriendo del edificio de Dallas desde donde había disparado y tropezó con un periodista que, como no había móviles, le preguntó dónde había un teléfono público. Y Oswald, que no debía de estar para muchas amabilidades, hasta tuvo la gentileza de indicarle una cabina cercana.

Acabo de sacar un libro nuevo y estoy de promo por España, diciendo lo bueno que es, para intentar convencer a la gente de que lo compre. Voy de radio en radio y de tele en tele. Me hacen muchas preguntas, algunas que sé contestar y otras de las que no tengo la más mínima idea. Si son de estas últimas, lo digo claramente y así no hago perder el tiempo a la gente.

Un periodista, ayer, me preguntó si, en la situación actual, nuestra actitud ha de ser de resignación o de indignación. Le contesté en seguida que, de resignación, nada. Que no me da la gana de formar parte de un rebaño de 47 millones de ovejas resignadas que esperan a que la Oveja Mayor les dé un poco de hierba. Indignación, por supuesto que sí, sobre todo para los que nos dijeron falsedades y aún tienen la cara de salir por la tele. Y no me estoy refiriendo a las famosas armas de destrucción masiva que nos enseñó Colín Powell con gran seriedad utilizando unas cuantas fotos trucadas, supongo que arregladas con Photoshop.

Me acuerdo del debate Pizarro-Solbes, que vi con mi familia en casa y en el que todos estuvimos de acuerdo en que Pizarro había ganado por goleada. Luego resultó que dijeron que no. Un periodista muy bueno, con quién estuve hace muy poco, decía que aquel día Solbes tuvo a su favor que tenía un ojo enfermo y daba pena.

Hombre, si para ganar debates no hace falta decir la verdad y sólo se necesita tener un ojo enfermo, es que somos una cuadrilla no de ovejas, sino de besugos. No quiero ofender a nadie, pero si alguien se ofende, allá él.

Indignación, claro. Pero vuelvo a Kennedy, porque no quiero que esta gente me quite la ilusión. Quiero una indignación ilusionada y exigente. Quiero que los que gobiernan y los que se oponen a los que gobiernan y los que pululan a su alrededor (me parece que esta frase ya la he dicho alguna otra vez, pero no se me ocurre nada nuevo) se miren al espejo y se pregunten dos cosas:

1.- ¿Soy capaz de ilusionar a alguien, además de a mi santa/o mujer/marido que me ríe las gracias y me aplaude todas las chumineces que se me ocurren?

2.- ¿Pido a la gente de mi bancada que, por favor, no me aplaudan en el Congreso cuando me levante, diga una tontada y me siente?

A ver si os tomáis en serio la política, majos. Veo reuniones de partidos. Se lo pasan en grande, sobre todo los que ganan. Alguna de los que pierde se enfada y se va a Miami, pero no os preocupéis, volverá en seguida. Cuando les veo ""trabajando"" (pongo dos comillas a cada lado para que quede claro que de trabajo, nada) de esa manera y olvidándose de mi Patria (quizá no supieron nunca que existía), pienso: "¡Cuántos sueldos!".

Y luego vuelvo a pensar: estos chicos, fuera de eso que ellos llaman política y que, con muy buena voluntad, no pasa de politiquilla, si dejasen el jugueteo y mandasen su currículum a empresas normales, no a consejos de administración de premios al buen comportamiento, no se colocarían en toda su vida. Quizá, aprovechando la globalización, podrían encontrar algún empleo en Venezuela para ayudar a Maduro a descubrir rastros de Chávezo a ver palomitas transmisoras de mensajes.

¿Resignación? Exigencia. ¿Indignación? Exigencia. ¿Que no hay dinero? Sólo una pregunta: ¿por qué?

Y si la contestación es "porque he hecho el bobo todo lo que he podido", que lo digan.

Y ese día admitiré que sus colegas y los de la oposición les aplaudan.

A mí no se me verá, porque no estaré en el Congreso. Aplaudiré frenéticamente desde casa. Si me coge por la calle, me pararé y me pondré a aplaudir, aunque la gente piense que estoy como una cabra.

Porque seré una cabra ilusionada.

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15/11/2013     Cachorros y cachorros

 

Hoy es mi santo, San LeopoldoMargrave de Austria, que tuvo muchos hijos y construyó muchos hospitales. Vi en Innsbruck, hace muchos años, una imagen suya, de tamaño natural, en bronce. Tenía cara de ser un poco bruto, pero seguro que fue una buena persona.

Todo esto viene a que hoy quiero ser amable y fijarme en cosas buenas. Ya hablaré otro día de las noticias que voy leyendo, que forman un repertorio tragicómico en el que actúan y hablan y se enfadan y luego se quieren unos personajes pertenecientes a la casta política, dándole a la palabra "casta" el significado más peyorativo que se le pueda dar.

Una familia amiga ha celebrado las bodas de oro de los padres. La madre falleció hace unos años y los hijos han querido arropar al padre ese día y le han organizado una fiesta por todo lo alto.

Uno de ellos escribió un artículo, firmado por todos, de homenaje a los padres, que se ha publicado en un periódico de la ciudad. Hay una foto de la pareja el día de la boda, jovencicos y guapos. El artículo cuenta cosas pequeñas, sin importancia. Entre ellas, hubo una que me gustó mucho. De novios, él le escribía cartas a diario y, para que ella pudiera contestarle, le incluía en cada carta un billete de 10 pesetas. Así pasaron el noviazgo. Cuando empezaron a preparar el viaje de novios, ella sacó todos los billetes de 10 pesetas que había ido ahorrando y pudieron hacer un viaje un poco mejor. Supongo que la novia le había convencido a su padre para que le 'financiara' las cartas.

Hoy quiero ser amable, ya lo he dicho, y me quiero fijar en ese detallico que ya presagiaba que aquel iba a ser un matrimonio feliz.

Lo malo de querer ser amable es que en seguida comparas con otras actuaciones y, si te descuidas, en vez de dedicarte a alabar lo bueno, te lanzas a por la yugular del malo. Como siempre, cuando hablo del malo, también hablo de la mala, porque hay cada moza por ahí que sí le mandas un billete de 10 pesetas, se lo guarda, no te escribe, pide más billetes con cualquier excusa a sus amigos y monta un fondo de inversión con el único objetivo de forrarse, arruinando de paso a cuanta más gente, mejor.

Estos/as mozos/as tienen amplias miras. Si pueden, hacen daño hacia fuera y hacia adentro. Es decir, como su objetivo es hundir al prójimo, cuanto más próximo el prójimo, mejor. Porque cuesta menos hacer daño al de cerca y es más cómodo. No tienes ni que inventar productos raros ni encargar a un grupo de físicos que estudien unas fórmulas financieras que no las entienda nadie. Basta con hacer muchas cositas diarias que hagan la vida imposible al desgraciado o a la desgraciada que, valiendo con frecuencia más que tú, ha tenido la mala suerte de estar por debajo de ti en el organigrama.

A veces me preguntan si en el IESE se preocupan de formar personas. Les digo que, cuando yo trabajaba allí, sí que nos preocupábamos y que estoy seguro de que ahora, también.

Pero hay un tema que, últimamente, me está empezando a obsesionar. A ver cómo lo explico para que quede claro.  

Yo siempre he respetado mucho al empresario. Al que tiene la idea, lanza el negocio, se juega su dinero y contrata personas. Siempre he pensado que enEspaña, como en la India y en Afganistán, hace falta que haya muchas personas así. Al principio del IESE empezamos con actividades dirigidas a perfeccionar en su formación a ese tipo de personas. Luego añadimos el nivel inmediato inferior, el de los directivos, contratados por el empresario para ayudarle a llevar su empresa.

Pienso que, ahora, el nivel de los directivos y el de los menos directivos es fundamental desde el punto de vista de trato humano, porque ellos son los que están en contacto diario con las personas y si esos niveles, desde el punto de vista de respeto a los demás, son deplorables, ya puede ser el empresario tan santo como San Leopoldo, Margrave de Austria, que aquella empresa será una casa de mala nota. Y al empresario se le llenará la boca hablando de responsabilidad social corporativa, de la fundación que ayuda a los pobres del mundo, y de los puestos de trabajo que ha creado, mientras no se entera de que los pobres más cercanos están en esos puestos de trabajo, aguantando a sus jefes por aquello de que hay que comer a final de mes.

Pero hoy tengo que ser amable. Hoy tengo que decir que necesitamos muchas familias como las de mis amigos de las 10 pesetas. Porque en las familias es donde se crían esos ejecutivos agresivos que, por cierto, en cuanto viene el vendaval, llaman a tu despacho diciéndote que quieren emprender nuevos retos personales y profesionales. Y uno, que no habla muy bien inglés, pero que en español se defiende, traduce en seguida y piensa: "A este tío le han echado". Y luego vuelve a pensar: "Ya iba siendo hora". Y sigue pensando: "Le va a ayudar a buscar empleo su padre".

No sé qué me pasa, pero empiezo a estar hasta el gorro de esta gentuza, que parece que han vivido en una familia en la que les han enseñado a hacer el mal, luego les han reafirmado sus malas convicciones en el colegio y en la universidad y, después, han rematado la faena en una escuela de negocios, extranjera por supuesto, de la que han salido con un título en inglés que, realmente, debería poner una sola palabra: "Danger!"

No soy el primero que piensa así. Hace años, Joan Manuel Serrat ya hablaba de los "cachorros de buenas personas que hurtaban flores para regalar a su mamá y daban de comer a las palomas".

Los cachorros han crecido y se han vuelto malas personas. Menos mal que mis cachorros amigos, los de las 10 pesetas, también han crecido y, como era de prever, son buenas personas.

Acabo, porque he conseguido poner unas líneas amables y no es cuestión de estropear el día de mi santo.

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08/11/2013     Una reflexión metafísica

Andoni Zubizarreta, director técnico del Barça, hace lo que un periodista califica como "reflexión me­ta­fí­si­ca”: "Noso­tros no vi­vi­mos de la com­pa­ra­ción, vi­vi­mos de la con­ti­nui­dad. Sabemos de dónde ve­ni­mos, sa­be­mos a dónde va­mos, pe­ro, so­bre to­do, sa­be­mos dónde estamos”.

El miércoles estuve en el programa La noche en 24 horas, que lleva Sergio Martín. Como, además, participaba Fernando Trías de Bes, aprendí mucho y me divertí mucho.

Nos pusieron dos cortes, uno de Cristóbal Montoro y otro de Luis de Guindos. Cristóbal, alegre y dicharachero como siempre, diciendo que esto ya está arreglado, que hemos salido de la recesión y que pronto se empezará a crear empleo. 

Luis estuvo menos afortunado en su claridad de expresión, porque dijo una frase bastante barroca sobre los impuestos que motivó que el presentador nos preguntara a Fernando y a mí sí eso quería decir que los iban a subir o los iban a bajar. Yo le miré a Fernando, él me miró a mí y alguno de los dos susurró: "Quizá". Menos mal que el presentador fue buena persona y no se le ocurrió preguntar: “Quizá, ¿qué?”.

Puede ser que la declaración de Andoni sea metafísica, pero, comparada con la de Luis, resulta de una claridad deslumbrante.

Ahora, mientras escribo este artículo en el AVE, me planteo si Cristóbal, Luis y los demás ministros, y el presidente, claro: 

a) Saben dónde estamos. 

b) Saben a dónde vamos.

No pongo "saben de dónde venimos" porque ya lo sabían cuando sustituyeron a José Luis: veníamos de un desquicie absoluto causado por un mozo que ahora saca un libro "para reivindicarse". Mira, José Luis, ni con todos los tomos de la Enciclopedia Espasa tienes suficiente para reivindicarte, pero, por lo menos, te agradezco que reconozcas que algo tienes que hacer y si, además, vendes el libro, miel sobre hojuelas. Cuenta, por lo menos, con uno que te lo comprará: yo.

Volvamos a lo de ahora, porque con el pobre José Luis me ponía nervioso antes, pero ahora quiero que me caiga bien.

Supongo que Mariano y sus chicos saben dónde estamos: en Europa.

Y saben a dónde vamos: a Europa.

Y saben lo que podemos hacer: lo que nos mande Europa.

Y saben lo que mandan: nada.

Y saben lo que hacen: lo que pueden.

Esta es la situación, lo que los de Harvard llamaríamos the conceptual framework y mi amigo de San Quirico lo llamaría de otra manera, menos metafísica, pero más clara. Algo así como el cisco en el que estamos.

En el programa del miércoles, Fernando dijo que lo que tenían que hacer los ministros era dar datos concretos y no hacer juicios de valor. Eso es lo que entendí yo, por lo menos. Y cuando un empleado del Meliá Galgos, mi casa en Madrid, me dijo: "Dicen que esto ya se está acabando, ¿no?", pensé que no es bueno hacer esas afirmaciones tan generales, porque igual les molestan a algunas de las 5.904.700 personas sin empleo que pueden pensar que esto mejora, pero que ellos todavía no se han enterado.

El Tata Martino, ese entrenador que no es glamuroso, pero que no pierde un partido, ha dicho que "aun lle­gan­do a la me­jor ver­sión de es­te equi­po, siem­pre hay mar­gen de me­jo­ra”. 

Digo siempre que estamos en el muy buen camino. No he dicho nunca que sea un camino fácil. Me parece que decir esto es sencillísimo, pero que, por la razón que sea, o no se dice o se dice mal. Tampoco he dicho nunca que no será duro. Está siendo durísimo. A fuerza de golpes nos vamos enterando. Pero como en cada golpe se quedan en la calle 1.000 personas, si no son 2.153, que es la cifra que tengo en la cabeza fruto de las hazañas de la Caixa de Catalunya, reconvertida en CatalunyaCaixa y en Catalunya Banc, nos tenemos que dar cuenta de dónde estamos y, sobre todo, por qué.

La Generalitat Valenciana ha cerrado Canal 9. Me ha dado mucha pena, porque he ido allí unas cuantas veces y siempre me he encontrado con unos profesionales buenísimos y un trato fenomenal. Veo un resumen de las subvenciones que damos a las televisiones autonómicas y me parece que son datos de un pasado lejano en el que, a base de endeudarnos, se hacía todo.

Todo, hasta que la bendita Europa nos avisó. Y ese día, personas muy válidas se encuentran en serios problemas, porque trabajaron honradamente en una empresa que nunca se debió poner en marcha.

Veo que, en un gesto lleno de magnanimidad, aprovechando el cierre de Canal 9, el Parlament de Catalunya quiere que TV3 y Catalunya Ràdio se puedan emitir en la Comunidad Valenciana.

Estos no aprenden. Ni aprenderán. En 2013 la subvención a TV3 es de 225 millones. Temo que el gesto magnánimo nos aumentará la factura.

Veo más cosas. Se ha nombrado director del Institut Català de Recerca en Patrimoni Cutural al exalcalde de Girona y exconseller, Joaquim Nadal, un hombre muy válido, de verdad. Le han escogido mediante “un proceso internacional de selección”.

Y uno se pregunta varias cosas: qué es el Institut; si en momentos de penuria hace falta el Institut y si, en momentos de penuria, para seleccionar un director de un centro creado por la Generalitat y la Universitat de Girona, hace falta un proceso internacional de selección por el que se elige a un señor de Girona.

Siguen sin enterarse.

Mas-Colell presenta los Presupuestos de la Generalitat. Una nota inefable: si no hubiera que pagar intereses de la deuda, habría superávit. Lo dije ayer en el bar donde desayuno. Aún se están riendo. Me decía el dueño: “Si nosotros no tuviéramos que pagar la leche, el café y la tarta de Santiago que a usted tanto le gusta, nos forraríamos”.

El Tata tiene toda la razón: aún tenemos margen de mejora.

Mucho. Muchísimo. Como dice una amiga mía, muchisísimo.

Pero con esta gente…

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01/11/2013     Hay que ponerse enfermo

Me he pasado tres días en la cama. Con eso de que si empieza el otoño que si no empieza, que si hace calor que si no hace, al final, catarrazo. Trancazo, dicen en mi tierra.

No he conseguido pasar de 36 grados y medio de fiebre, pero estaba hecho unos zorros.

Y cuando uno está hecho unos zorros, lo mejor es que ni hable ni escriba, porque los zorros le van desmoralizando y todo le parece de color de hormiga, como decía un sargento venezolano cuando, desde un helicóptero, informaba sobre los atascos de las autopistas de acceso a Caracas.

O sea, estos días, ni hablé, ni escribí. Tampoco estaba en muy buenas condiciones de hacerlo. Me limité a leer los periódicos, y cuando notaba que me venía lo del color de hormiga, me iba rápidamente a la página de deportes, con la que siempre me río mucho, porque soy incapaz de tomarme ese asunto en serio. (Aquí no incluyo, como es natural, el minuto de silencio que unos señores no quisieron hacer al portero del Girona B, un chavalico muy majo que murió el otro día en un accidente. Eso es serio, muy serio.)

Por decirlo de alguna manera, me he pasado tres días mirando. No he visto nada completamente nuevo, porque todo es siempre lo mismo, pero tiene la ventaja de que le van añadiendo matices que hacen que el cuadro sea distinto. He dicho distinto, no más bonito, que para hacerlo bonito habría que tener muy buena voluntad.

Siguen divirtiéndome los viajes que hacen estos mozos para decir algo. El ministro de Asuntos Exteriores se va a Tallin, capital de Estonia, para decir que lo de Cataluña se puede arreglar. Esto lo podía haber dicho en Madrid e, incluso, si quería viajar, en San Quirico, donde mi amigo y yo le hubiéramos invitado a desayunar y, después del Cardhu, habríamos llamado a los periodistas, corriendo nosotros con todos los gastos, porque con un ministro siempre hay que quedar bien.

Supongo que José Manuel ha aprovechado el viaje a Tallin para no tener que recibir al Embajador de Estados Unidos en España, y hacer el paripé los dos juntos, uno poniendo cara de ofendido y el otro, de arrepentido, mientras hacían serios esfuerzos para que no se les escapase la risa. (Digo lo de la risa porque, si yo sabía lo del espionaje, y no tengo información privilegiada, imagínate si lo sabía el ministro).

José Manuel prefirió que un secretario de Estado le recibiera al embajador, que salió sonriente, seguramente después de decirle a su interlocutor que si queremos que no nos espíen, que no nos espiarán, pero que cuando necesitemos datos de ETA o de los terroristas islámicos, nos los va a dar nuestra tía, y que nos acordemos de que nos interesa el tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos, que todavía no se ha firmado. Y que cuanto menos chulos nos pongamos, mejor. Y que nos espían porque estamos en la lista, pero no por lo que hacen ustedes que, entre nosotros, señor secretario de Estado, tiene muy poca importancia. Una vez dicho eso, el embajador ha salido sonriente, despedido con cariño por un guardia civil de los de antes, con tricornio y gafas oscuras, al que solo le faltaba el mostacho para ser de verdad, un guardia civil. Su mirada de cariño se debe, sin duda, a que pensaba: “¡me lo van a contar a mí!”

Seguí leyendo, pero me cansaba, y me limité a repasar las portadas de La Vanguardia que tengo en el iPad que mi familia me regaló para mis 80 años. ¡Cómo evolucionan las cosas! No lo digo por el iPad, sino por las portadas. En muy pocos días -18, exactamente- hemos pasado de que Cataluña se convierte en el tema central de la Hispanidad a que Rajoy no cambia cromos; a que los agravios económicos del Gobierno central hacia Cataluña se arreglan con 9.376 millones, cifra de la que ya nadie ha vuelto a hablar, porque un agravio de ese calibre se llama 'agravitillo'; a que Duran dice que solo la tercera vía evitaría el choque; a que se planten unos a otros en las ceremonias porque la lección de finura y delicadeza no se la leyeron y solo profundizaron en la de la ceporrez; a  que Rubalcaba le tienta a Mas, después de hablar con Rajoy; a que Mas, en un alarde de bonhomía, llama a recuperar el diálogo y aparcar la bronca; a que hay contactos para reabrir el diálogo. Buff…, ¡de la que nos hemos librado!

Cristóbal, que no viaja, ha dicho que la situación catalana debe abordarse “con el mayortacto”. Y como es de Ciencias, concreta el tacto: “ningún proveedor catalán se va a quedar sin cobrar”.

¡Cristóbal y José Manuel, dos cracks! Uno con los euros y otro con la Constitución, problema resuelto!

P. S.

Por cierto:

Si nos espían, que nos espíen. ¡Para lo que van a encontrar! ¡Si nos lo sabemos todo de sobra!

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25/10/2013     El trinomio

Hay cosas sobre las que no tengo opinión, porque no sé de aquello.

Por ejemplo, no entiendo nada de fútbol. Concretando, no sé por qué todos decían que Julio Salinas era muy malo, con la cantidad de goles que metía.

 No sé por qué está prohibido levantar la mano y no está prohibido levantar el puño, si los dos gestos representan regímenes totalitarios, despreciadores del hombre. (Esto ya lo dije en otro artículo, pero lo repito.)

No sé por qué un sindicato prefiere que su empresa (la suya, la que da de comer a los afiliados que trabajan allí) pierda un pedido antes que aceptar unas condiciones que pone el comprador.

No sé por qué hay que dar subvenciones a los partidos políticos.

No sé por qué hay que poner en la calle a personas que fueron un gravísimo peligro público.

No lo sé.

Pero eso no quiere decir que no tenga opinión. He dicho muchas veces que respeto mucho la capacidad de discurrir del ser humano. Y si una persona mezcla la capacidad de discurrir y el sentido común, la respeto profundamente. 

Se están haciendo muchas cosas que repugnan al sentido común y que se hacen por imperativo legal. Las últimas, y las próximas, excarcelaciones son un ataque al sentido común. Ya sé que son legales. Hasta ahí llego. Pero así como lo legal no es siempre moral, y lo moral va por delante, me gustaría que el sentido común también fuera por delante de lo legal. Porque si lo legal atenta contra lo moral y/o atenta contra el sentido común, aquí hay algo que chirría. Y a mí, vivir en un ambiente que chirría me da escalofríos, ayudado, quizá, por una novela de miedo, de mucho miedo, que estoy leyendo, en la que el olor metálico, la niebla grasosa y amarillenta y los chirridos hacen que, al acostarme, tenga que hacer un serio esfuerzo para no mirar debajo de la cama.

Llevo mucho tiempo insistiendo en la lucha por la globalización de la decencia. Ahora voy a añadir la lucha por la globalización del sentido común. No con efectos retroactivos, porque no sería legal, pero sí con efectos de aquí en adelante, que no sé cómo se llaman, pero ya me entendéis.

Lo moral, el sentido común, lo legal. Un trinomio como para quitarse el sombrero. Y cuando una sociedad se rige sólo por lo legal, se ven esas caras que ponen nuestros ministros de Justicia y del Interior, buenas personas ellos, e ignorantes ellos, que, seguramente, pensaron que sólo con sentido común se podía funcionar y no sabían que, o le das forma legal al sentido común o no sirve para nada.

Por tanto, a partir de hoy, nueva campaña: a por el sentido común. Campaña que pretende ir contra la epidemia de su falta, que yo creo que proviene de que, a fuerza  de hacer y decir tontadas, llegas a creer que eres un modelo de normalidad, mientras la gente te mira pensando: “¿Se lo decimos o no se  lo decimos?”.

Y que no me digan lo que oí hace unos años a un señor: “Tu sentido común no es mi sentido común”. Eso me parece una contradictio in terminis (hoy tengo el día culto). Porque, si es común, es común. Y si cada uno tiene su sentido común, no es común.

En el momento en que los políticos no se ponen de acuerdo sobre la silla que tienen que sentarse y se ofenden y dicen tonterías, una detrás de otra (la última, por ahora, de una señora que dice que Artur no quiso ceder el puesto a Soraya porque es una mujer. Pero hija, si precisamente el puesto se suele ceder a las mujeres). Y luego, en justa reciprocidad, Artur, cállate y no hables en el Foro Mediterráneo. Y Artur dice que irá, pero que, cuando comiencen los discursos, se irá, porque está enfurruñado. Y otra crisis.

Esto no es una crisis, señores. Esto es una estupidez, jugada por Mariano, Soraya, Artur, Alicia, por esta cuadrilla que piensan en lo legal (yo delante, tú detrás), por supuesto, siempre en nombre de la Patria o del trozo de Patria que me quiero llevar y no en el nombre del sentido común, que dice que cuanto más nos queramos, mejor nos irá. No me digáis que lo de quererse es una cursilada. No estoy pidiendo que hagan manitas ni que pongan ojos lánguidos. Estoy exigiendo a mis empleados que dejen de hacer bobadas, que llevan muchas en su cuenta. Y que hagan una lista de cosas de sentido común, o sea, “conformes al buen juicio natural de las personas”, para ser eso, gente con sentido común.

Y, para ayudarles en lo de la lista, pongo unas cosillas que, a mi juicio, son faltas graves de sentido común. Las pongo sólo para que se hagan una idea de qué estoy hablando, y mutatis mutandis, (¡vaya día que llevo!), las incorporen a su actuar diario. Son de los últimos días. 

Leo que una política tuvo un hijo por inseminación artificial (qué me importa a mí, pienso) y que la materia prima se la suministró otro político (qué me importa a mí). Y que el otro político, del mismo partido que la política, menos mal, va con una cierta frecuencia a ver al niño, por aquello de que la sangre no es agua y él debe de pensar que aquel mocico, de un modo u otro, es suyo. Por si faltara algo, ponen una foto de los dos políticos, de hace unos años, para que nadie tenga dudas.

Seguro que es una historia que a algunos les emociona y dicen aquello de “¡qué bonito!”, pero en mi pueblo a eso lo llaman sinsorgada. Y, a partir de ahora, cada vez que los oiga hablar, no oiré lo que dicen, porque, tal como soy, que me conozco, pensaré que son unos sinsorgos.

Leo una entrevista que le hacen a un señor al que ya entrevistaron hace un tiempo. Entonces iba por la quinta mujer, el séptimo hijo y la cuarta nieta. Y ahora, muy ufano, dice que ya va por la sexta mujer y el octavo hijo. Los nietos se mantienen. Y presume y añade que cuando una relación ya no funciona (y lleva cinco), lo mejor es cambiar. Y que eso le ha permitido no ser infeliz. Demostración clara de que sin sentido común se puede ser no infeliz.

Leo que un señor, político de profesión, dice que en las fiestas de la Virgen de la Merced, patrona de Barcelona, el Ayuntamiento de Barcelona no tiene que ir a visitar a la patrona de la ciudad. Seguramente sería mejor que hicieran patrono de Barcelona a Vladimir Ilich UlianovLenin para los amigos, y que todos los años el ayuntamiento en pleno fuera en peregrinación a la Plaza Roja de Moscú antes de que quiten de allí la momia.

Acabo el artículo, pero no quiero dejar nada pendiente. Vuelvo al principio. Todos deberíamos cumplir con la obligación de reconocer que Julio Salinas era muy bueno, porque Bota de Oro o no (fue que no), metía un gol detrás de otro, y los partidos, con el actual reglamento, se ganan, se empatan o se pierden en función de los goles que haya metido cada uno, y no de las monadas que haya hecho cada uno.

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18/10/2013     ¡ 9.376 !

 

El titular es impactante: "El Govern cifra los agravios del Estado en 9.376 millones"

O sea, que con esos euros se arreglan todas las desigualdades sociales que sufrimos los que vivimos en Cataluña y todos los agravios e incumplimientos del Estado hacia una parte de ese mismo Estado.

Lo comento con mi amigo de San Quirico, que está hasta el gorro de oír cosas. Y dice: "¡Que se los paguen, y así se callarán!".

Sigue diciendo: "Pensaba que nos debían centenares de miles de millones y que por eso Rajoy se hacía el gallego. Pensaba que todos los gritos iban en serio, pero resulta que Junqueras, Mas y los otros nos han engañado. ¡Qué ganas de bronca tiene esta gente si todo se resuelve con 9.376 millones de asco!".

Me incorporo a su soliloquio y le corto, porque estoy absolutamente de acuerdo con él y, si no hablo, él se llevará la gloria y a mí no me quedará nada. Y digo: "Que Cristóbal llame a Emilio, a Isidro, a Paco, a Josep y a Ángel y les diga que, dividiendo por 5, les toca a 1.875,20 millones de euros por cabeza, pagaderos al contado, porque el próximo lunes el dinero tiene que estar en Barcelona. Que les den el número de cuenta de la Generalitat y que lo ingresen allí".

Después, que la Generalitat haga un recibo, diciendo que con esta cantidad están pagados todos los agravios producidos hasta hoy. 

¡Ya está! ¡No me lo puedo creer!

Para esto, ¡tanta chulada, tanta grosería, tanta siembra de odio por las dos partes, el Estado y un trozo del Estado! ¡Con lo fácil que era hacer un diagnóstico escéptico, término que se le ha ocurrido acuñar, y que yo, en su caso, patentaría, a Francesc Homs, facedor de entuertos siempre que puede facerlos, y así, conseguir "entender la situación actual de Cataluña!".

Es decir, que con 9.376 millones, cobrarán los médicos y mi amigo el farmacéutico de San Quirico y los profesores y no habrá recortes, y Moody´s y Standard & Poor´s y Fitch nos subirán el rating. Y quizá, hasta Spanair volverá a volar.

Si, por la razón que sea, los bancos no pueden poner ese dinero, hagamos una colecta entre todos los españoles menos los catalanes, y esto se paga antes del lunes. Hoy es viernes, se recoge el dinero mañana sábado, se cuenta el domingo, se envía esa misma noche y el lunes, Cataluña ¡a vivir tranquila! Se pagan las nóminas, se hacen las infraestructuras... Todo resuelto.

Yo dije hace tiempo que el tema catalán se arreglaba en una semana, para lo económico, y tres meses para lo demás. Por este orden. Se lo expliqué el martes, en la cena del premio Planeta, a un chico muy majo, que me dijo que los gibraltareños, si no eran británicos, querrían ser catalanes.

Pues lo económico se ha resuelto en un santiamén. Supongo que se han juntado unos cuantos del Govern, han sacado las calculadoras y les han salido 9.376 millones. O sea, nada. Aquello del parto de los montes ha sido partito (no digo que podía haber sido tripartito, porque mis hijos se reirían de mí y dirían que aprovecho cualquier ocasión para hacer una gracieta). Partito. El ratón que parieron los montes era una cucaracha. Y para eso, ¡tanto ruido! ¡Y tanto peligro de rencor! Vuelvo a repetir: ¡no me lo puedo creer!.

Por favor, Mariano, no hagas el bobo. Dile a Cristóbal que haga un cheque, que se asegure de que haya fondos y, si los bancos no ayudan o la colecta no sale, que se endeude en 9.376 millones más. Hace poco alguien de algún ministerio se equivocó y dijo que la deuda era del 99,8 % del PIB, cuando realmente era el 98.9%. Como la diferencia a favor era de 10.000 millones, que los saque de ahí y aún le quedan 624. 

Como esto se arregla el lunes, Mariano viene a Barcelona el martes, le recibe Oriol Junqueras y también Artur Mas. Se asoman al balcón del Palau de la Generalitat. En la Plaza Sant Jaume no cabe mucha gente, pero dos o tres mil personas sí que iremos y les aplaudiremos y gritaremos eso que leí en una pancarta de bienvenida a Franco en 1963: "¡Viva Catalunya. Visca Espanya!". Y los independentistas y los no independentistas nos abrazaremos -nunca hemos dejado de hacerlo, a pesar de todos estos pájaros que revolotean por ahí -. El último abrazo que le di a un independentista fue el lunes pasado, después de comer en José Luis.

Todo esto, sin discursos. Por aquello de que un gesto, si es educado, vale más que mil palabras, sobre todo si las palabras son ineducadas. Rajoy, Junqueras y Mas saludan a los que estemos abajo en la plaza, se toman una copa de cava y se van a trabajar. Mariano, a Madrid. Oriol, a su despacho, a seguir gobernando. Artur, al suyo, a seguir obedeciendo a Oriol.

Aún quedan cosas. Falta la segunda parte. El informe que han mandado a Madrid se titula La deslealtad del Estado respecto de Catalunya. Balance de situación. Como el balance ya está arreglado con los 9.376 millones, hay que arreglar lo otro.

A veces, la gente discurre bien. El Parlament ha pedido la comparecencia de Miquel Roca, uno de los padres catalanes de la Constitución española. Miquel ha dicho que la Carta Magna "tenía voluntad integradora y que se concibió como un marco flexible que debía ser interpretado a medida que la realidad fuese cambiando". Yo, que soy ingeniero y no sé nada de leyes, pienso que el Tribunal Constitucional se creó para determinar lo que está y lo que no está de acuerdo con la Constitución que firmamos todos. Y para que lo que se pueda y se deba cambiar se cambie. Y me parece que la Constitución señala el procedimiento a seguir para cambiarla. O sea, ¿que la consulta es constitucional? Se hace. ¿Que no lo es? No se hace. ¿Que es vinculante? Vincula. ¿Que es consultiva? No vincula. Por supuesto, antes de saber sí es constitucional o no, vinculante o no vinculante, habrá que saber qué nos quieren preguntar. Porque sí me quieren consultar sobre el derecho a decidir, diré que quiero continuar ejerciendo ese derecho, que llevo ejerciéndolo 80 años y le he cogido cariño.

Lo que más me gustó de Roca fue que dijo dos cosas: la primera, que Rajoy no cambia cromos... o sí. La segunda, que las rupturas nunca le han ido bien a Cataluña.

Estoy muy contento. Si hemos resuelto con tanta facilidad el tema de los euros, sólo tenemos que resolver lo que estos señores llaman asuntos 'menos tangibles', y Miquel nos señala el camino.

Hay que arreglar otra cosa. Es un poco más difícil, pero todo se arregla. Es el problema de la ordinariez. Ejemplos, los tenemos a montones por parte de Madrid, que es la mala, y por parte de Cataluña, que es la buena. En otras palabras, cuando suene el himno nacional, que así se llama, que no haya un alto cargo de la Generalitat que, haciendo gala de su exquisita educación, suelte un corte de mangas, con gran regocijo de unos cuantos ceporros que le jaleen, entusiasmados. Que no quiero que, cuando voy a Zaragoza, alguien me diga que no sabe cómo aguanto en Barcelona, con el ambiente irrespirable que se vive. Porque no es verdad.

En resumen, que, una vez resuelto el tema económico, lo otro se resuelve queriendo resolverlo.

He visto que, a eso, algunos le llaman "voluntad política". Yo, simplemente, le llamo querer arreglar las cosas y no querer enconar las diferencias que, gracias a Dios, tenemos todos.

Porque eso de que algunos pretendan que todos pensemos como ellos quieren me repugna. O sea, me da asco.

Y el que sea incapaz de guardar las formas, el que para decir que le deben 9.376 millones necesite lo del corte de mangas, que se vaya a su pueblo, a hacer daño a sus vecinos, en vez de estropear Cataluña.

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11/10/2013     Las bombas de humo

Desayuno con mi amigo de San Quirico. Esta vez no cojo ninguna servilleta, porque luego se queja de que, en cuanto dice algo, lo apunto.

Gracias a Dios, y repite, gracias a Dios, no necesita ahora que ningún banco le preste dinero, y así duerme bien y se despierta bien y desayuna conmigo bien y tomamos Cardhu al acabar y me invita.

Pero conoce mucha gente de la comarca que sí necesita financiación.

Como le he convencido de que hay que leer todos los días dos periódicos, uno generalista y otro económico, me asegura, un poco entusiasmado, pero algo dubitativo, que el problema de la financiación de las pymes está resuelto. Que lo que él conoce son pymes pequeñitas, y que no todas tienen la suerte que tiene él, y necesitan dinero. Que ha leído que un banco ha prestado miles de millones de euros a miles de empresas, pero que a sus amigos no les ha llegado nada.

La noticia de Expansión que le ha producido entusiasmo, aunque acompañado de una cierta duda, es que "De Guindos abrirá el capital riesgo y los fondos a la financiación de empresas". Le parece que debe de ser una buena noticia, pero no la entiende del todo. Y me dice que, si se la puedo aclarar, les haría un gran favor a sus amigos, que le consultan cosas y ante los que tiene mucho prestigio.

Luis ha presentado el Mercado Alternativo de Renta Fija y ha dicho que, antes de final de año, lanzará una nueva ley financiera que, entre otras cuestiones, reformará el capital riesgo y los fondos de inversión.

Una cosa que le ha dejado un poco mosca a mi amigo es que estas medidas servirán para "sortear la sequía del crédito bancario, que continuará en los próximos años". Lo de la sequía lo sabía de sobra, pero lo de “los próximos años”, aunque ya lo sospechaba, le ha dejado un poco perplejo. O sea, que el ministro da por supuesto que “esto de los bancos” (lo dice así), no se arregla pronto. (Esto es interpretación mía. Textualmente, ha dicho: “No tiene arreglo”.)

Saca otro recorte del bolsillo. Levanta un poco la voz, como siempre que se pone nervioso, y lee que, al día siguiente, De Guindos dijo que la reforma bancaria ha sido "muy cara". Y entonces, mi amigo pierde las formas, y levanta más la voz y los del bar nos miran y los camareros, disimuladamente, se acercan. Y casi grita: "Como muy bien dijiste (se refiere a mí), los bancos forman un cortijo cerrado y, allí dentro, estropean las cosas, exigen dinero del Estado, más o menos arreglan sus cosas, los responsables cobran unos sueldos majos, echan mucha gente, vienen los de la troika, dicen que les aprueban, vuelven otra vez los de la troika, dicen que les vuelven a aprobar, y ya está. Pero de aquello que decían que era su negocio, captar dinero y prestar dinero, como decía Edit Piaf, rien de rien. O sea, nada”.

Después de impresionarme con su dominio del francés, añade: “Pero, en este país, ¿quién manda? Ya sé que Rajoy, no. Yo creía que era Merkel y que era ella la que le daba las órdenes a Rajoy. Pero ahora pienso que, el primer nivel es Merkel, el segundo son los bancos y el tercero, Rajoy. Y no sé si los bancos están por encima de Merkel. Lo que sí sé es que exigen y exigen y exigen y necesitan y necesitan y necesitan, y cada exigencia y cada necesidad nos sale carísima y luego, hay que inventar el Mercado Alternativo de Renta Fija y esos vehículos que permiten a los fondos (aquí lee) no sólo entrar en el capital de una empresa sino, además, otorgarle financiación a través de préstamos convertibles en capital y otros instrumentos subordinados, flexibilizando las condiciones del capital riesgo tradicional”. Y para que nadie piense que esto se le ha ocurrido a él, dice que la parte que ha leído y de la que no ha entendido nada es lo que ha dicho un socio de Cuatrecasas y que, por eso, debe ser verdad.

Ya que estoy allí, me uno al coro. Digo 'coro' porque, a estas alturas del desayuno, los camareros y los clientes nos han rodeado y todos dicen que sí. Aprovecho el buen clima para decir que me hacen mucha gracia las predicciones de que la economía subirá el cero, coma, no sé cuántos por ciento, comparadas con las que dicen que sólo subirá el cero, coma, no sé cuántos (menor que el otro no sé cuántos). Y vuelvo a repetir que no sé quién es la economía, que yo pensaba que eran las empresas, pero que parece que no. Y si resulta que no son las empresas y hay que inventar lo sustitutos de los bancos porque los bancos tampoco son, ¿quién es la economía?

Menos mal que el pobre Luis se ha ido al Villamagna a beber agua (es lo que se ve en la foto, con lo que nadie le puede decir que no es austero) y ha dicho que 2014 va a ser diferente, porque la sociedad española (mi amigo de San Quirico y los camareros y los clientes y yo), y las empresas (unas cuantas que conozco) han hecho "una corrección más intensa de los desequilibrios".

Una vez dicho esto, ha pasado el micrófono a otro señor, que ha rematado la faena diciendo que hay demasiadas pymes. No lo ha dicho así. Es una libre interpretación que hago yo de sus palabras, porque considera que el menor peso que tienen en España las grandes empresas frente a las pymes es uno de los grandes handicaps de nuestro modelo.

Los del bar, que no tienen ni tendrán nunca una gran empresa, pero saben lo que quiere decir handicap, abuchean a este señor cuando mi amigo lee sus afirmaciones.

Y uno de ellos, que lleva una corbata con la bandera estelada, me entrega dos recortes (¡vaya día de recortes que llevamos!):

En uno de ellos, Artur Mas dice que “Cataluña siente afecto por España, pero no confía en el Estado”.

En otro, Oriol Junqueras, mucho más expresivo, y diciendo lo que le sale del corazón, clama: "Amamos a España, pero no confiamos en el Estado".

Y yo pienso y digo que yo también amo a España y que tampoco confío en el Gobierno que gobierna el Estado, pero me quedo y no me voy, porque si todos los que amamos a España y no nos gustan muchas cosas nos vamos, sólo se quedarán los que no aman a España y eso me gusta menos.

P.S.

Mi amigo de San Quirico me dice: “Todo lo que dices está muy bien, pero ¿qué les digo a mis amigos de las pymes pequeñitas sobre lo del capital riesgo y los fondos, etc.? Porque a mí me parece una inutilidad”.

Le digo que, cuando yo hice la milicia universitaria en el Campamento de Castillejos, pertenecía a la Unidad de Destrucciones. Otro y yo llevábamos las bombas de humo, que pesaban mucho cuando ibas y mucho menos cuando volvías, porque resulta que aquel humo pesaba. Las bombas servían para distraer al enemigo y para que los buenos, o sea, nosotros, pudiéramos acercarnos a la posición contraria y poner las cargas explosivas.

También servían para que los de las bombas, una vez lanzado el humo, pudiéramos sentarnos a la sombra de un árbol y ver cómo se arrastraban por el suelo los que, de verdad, en una guerra real, se habrían jugado la vida.

Le contesto a mi amigo: “Pues eso es lo que tienes que decirles a tus amigos: que esas cosas son puras y simples bombas de humo

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04/10/2013     Hay que saber demasiado

En 2014 hay que pagar 127.000 millones de euros de pensiones. Como hay pocos jóvenes, con pocos ingresos, y muchos viejecitos, la Seguridad Social gasta más de lo que ingresa y acumula déficits, un año tras otro. Tiene unos 60.000 millones ahorrados de tiempos mejores y saca el dinero de la hucha. Y ya está. Así de simple. Las pensiones subirán este año el 0,25%. Si el Gobierno las sube más, para que la oposición se calle, mal hecho. Porque, en confianza, no tenemos dinero.

Esto, que es claro y meridiano y, dicho así, lo entiende todo el mundo, se dice a trocitos. Un día hablan del final de la desindexación; otro, del tijeretazo, o de que la sostenibilidad está en peligro. ¡Con lo fácil que sería decirnos que con abundantes viejos, jóvenes escasos y mal pagados, esto no lo aguanta ni su padre! Como dicen en mi tierra, no hay vuelta de hoja.

Oli Rehn, el comisario de Asuntos Económicos de la Unión Europea, ha tenido una revelación. No ha sido una revelación divina, porque, una vez más, lo sabíamos. Ha afirmado que España tiene que reabrir el crédito. No lo ha dicho así de simple, claro. Estos chicos no tienen muchas ideas propias, y siempre necesitan apoyarse sobre bases sólidas. Este se apoya: “La historia de la economía nos enseña que no hay crecimiento económico sostenido sin financiación”. ¡Toma castaña con el erudito! ¡Menos mal que lo elementalísimo lo corrobora la historia económica! Oli, agárrate al puesto, porque cuando te despidan no vas a encontrar empleo más que en una frutería. (Y que no se me enfaden los fruteros, por favor).

Me encontré ayer noche con una vecina en el ascensor. Pone cara triste. Espero que me pregunte cómo veo esto. Me sorprende cuando me pregunta cómo veo esto… qué está pasando en Estados Unidos. Yo creo que a todos nos resulta más fácil, y más cómodo, arreglar lo de Estados Unidos que lo de España, porque nos cae más lejos. En realidad, nos cae cerca, porque si ellos van mal, no nos compran y si no nos compran, nuestras empresas sufren y despedimos personas y más paro. O sea, que lo que pasa allí sí que me importa.

Como tengo que resolver el problema en el ascensor y esta señora llega a su piso antes que yo al mío, le quito importancia a la cuestión y le digo a mi vecina que esté tranquila, que lo que pasa en América no es más que un chantajillo de los republicanos que se arreglará, como todo en la vida, hablando. No hablando desde  Kazakhstan Bélgica, con lo lejos que están, sino uno en un despacho y otro en el mismo despacho. Obama le pegará un recorte a la reforma sanitaria, los otros pondrán cara de sufrimiento ante Obama y de triunfo ante los periodistas y hala, a ver la Estatua de la Libertad y el parque Yosemite, que habrán abierto y se podrán visitar. Y ya está. Ya está con una deuda inmensa de Estados Unidos. Y con unos intereses inmensos y con unos impuestos muy respetables, porque hay que compensar tanto gasto.

Es que todo es muy fácil. Todo se explica en seguida, porque está basado en aquella idea tan simple que dice que de donde no hay no se puede sacar.

Alguien me dirá que sí se puede sacar: lo que hay que hacer es conseguir que la Reserva Federal fabrique dinero a espuertas y que el Banco Central Europeo (BCE) lo fabrique a menos espuertas, pero bastantes, que ese dinero llegue a los bancos y que los bancos lo hagan llegar a quien corresponda, o sea, a esos señores a los que se refiere Oli. En otras palabras, que llegue a la "economía real", que nunca he sabido por qué se llama así.

Andamos a bofetadas con los Presupuestos Generales del Estado, ese que es uno de los Estados miembros de la Unión Europea y que, por eso, no puede hacer lo que le dé la gana.

Todos descontentos, porque yo tenía derecho, y yo también y yo también. Y a mí me castigas y al otro niño no le castigas. Y a mí me tratas mal porque me quiero ir de casa. Y así, los políticos, convertidos de 'clase' en 'casta', de muy poco nivel, en general, de poquísimo en algunos casos en particular, y muy cortitos de miras, se dedican a ir diciendo bobadas, con una consecuencia seria: que hay gente que los cree.

Ya sé que me repito, pero es que las noticias se repiten. Pienso que, a fuerza de repetir, todos nos enteramos. Y, además, tengo un recuerdo que me llena de esperanza. Cuando, de chaval, trabajaba en Sastrería La Confianza de Zaragoza, me encargaba de la publicidad. Había un anuncio que no sé a quién se le ocurrió: “La Confianza. La Confianza. Sastrería La Confianza”, que se repetía 30, 40 veces al día y por el que nunca nos dieron ningún premio. Pero, con mucha frecuencia, me encontraba conocidos que me decían: “No hago más que oíros por la radio. Tendré que compraros algo”.

Por tanto, repetición, repetición, repetición.

Repetición de cosas esenciales:

1.- Lo que he dicho sobre todo lo que no se puede hacer cuando no hay dinero. Y cuando la capacidad de endeudamiento se ha acabado. Y cuando los intereses se nos comen.

2.- Lo que he dicho respecto a que Obama y el otro, Rajoy y el otro, sólo arreglarán los problemas hablando, o sea, queriéndolos arreglar. Y, sobre todo, no enzurizando, o sea, no sembrando discordia, porque la discordia, una vez sembrada, puede arraigar. Y como arraigue, la hemos fastidiado para siempre.

3.- Que este modelo de Estado no se aguanta y no hay quien lo aguante, y desune, y hace daño a esa cosa que llamamos España, a la que algunos, por lo menos yo, queremos mucho. Lo he dicho mil veces, pero como ahora estoy en la época de la repetición, lo pongo para que nadie piense que he cambiado de chaqueta.

4.- Lo que he dicho sobre tener criterio, que lleva a estar seguro de que un sistema de pensiones como el actual no se sostiene, porque con poco joven y mucho viejo, mal vamos.

5.- No quiero olvidarme, en esta lista de repeticiones, lo de la necesidad absoluta de ser decentes, porque si no intentamos arreglar eso, ya podemos hacer maravillas.

Un profesor del IESE, catalán de auténtico seny, cuando oía decir alguna patochada, se callaba, sonreía y me decía por lo bajo: “Leopoldo, sabemos demasiado”.

Esa es mi ilusión actual: conseguir que la gente “sepa demasiado”. O sea, otra vez lo del criterio, que haga que cuando oigamos decir a Fátima que quizá suba las pensiones, pensemos: “¿De dónde pensará sacar el dinero esta moza?”.

Y cuando Oli diga que España tiene que reabrir el crédito, le contestemos: “Oli, no digas bobadas. España ni abre ni cierra el crédito. Los que abren y cierran el crédito son la Caja de Ahorros de San Quirico y otras entidades financieras, con nombres concretos. Esos son los que tienen que reabrir. Deja en paz a España, tontico”.

Para acabar, una buena noticia. Las familias españolas siguen desendeudándose. Ya sé que algunos lo consideran malo, por lo del consumo. Pero es un dato buenísimo. A fuerza de repetir, y de sufrir, nos vamos enterando de que endeudarse para consumir es malo. Y desendeudarse es bueno, porque te permite vivir más tranquilo, tener la cabeza más clara, inventar cosas y hasta ahorrar un poco para montar un negocio o invertir en el de un amigo del que te fías.

Lo demás me suena a cuento, aunque estoy seguro de que si Oli leyera este artículo, que no hay la más mínima probabilidad de que lo lea, se remontaría a la historia económica para decirme que soy un ignorante.

En 1954 aprobé dos asignaturas de Económicas. El nombre de una de ellas era Historia de la Economía, Fundamentalmente Moderna. Supongo que hoy, aquella historia debe ser radicalmente prehistórica. Pero estoy casi seguro de que decía que lo de no dormir pensando cómo pagarás el crédito es malo.

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27/09/2013    Hoy es un día de informes

¡Vaya día! Todos presentan sus informes. O es que la prensa ha decidido ponerlos todos juntos y que cada uno haga lo que quiera con ellos. Yo no hago más que decir que hay que tener criterio y que, para eso, hay que leer sólo dos periódicos, porque si lees más, te armas un lío. Pero hoy me he armado un lío leyendo sólo uno. Como consecuencia, he decidido darme vacación y no leer el segundo periódico, por si se les ha ocurrido poner más informes, que alguno(s) habrá.

Se me amontonan encima de la mesa: uno de Siemens, otro de PwC, otro del Banco de Pagos Internacional, otro de Barclays y una sugerencia delFondo Monetario Internacional. Veo, además, dos noticias malas: Panrico, el de los Donuts, quiere despedir a 1.900 personas; Indo tira la toalla y no sigue. Parece que lo va a comprar un fondo, pero, con los fondos, me pasa lo mismo que con los jeques árabes que dicen que van a comprar el Zaragoza: que mientras no le vea al jeque firmar un cheque y no vea que ese cheque está conformado por un banco solvente que haya pasado varios test de stress, no me lo creo.

Me salto los informes que hablan de las reformas que tenemos que hacer. Todos se reducen a lo mismo: que hay que hacer más y que hay que hacerlas más rápidamente. Me salto los que dicen que tenemos que avanzar hacia la Economía del Conocimiento y que hay invertir más en I+D, porque no tenemos dinero y primero hay que comer y si empezamos por la I+D, igual inventamos algo, pero, mientras tanto, nos moriremos de hambre. 

Y no estoy diciendo que inventen ellos. Estoy diciendo que nos despertemos del sueño y que nos demos cuenta de que es verdad aquello de primum vivere, deinde philosophare

Esto, suponiendo que los informes se refieran a la I+D incluida en los Presupuestos Generales del Estado. La I+D que hace una empresa, muchas veces copiando la I y apretando en la D, me gusta. Como me gusta que una empresa, a base de dar muchas vueltas a la cabeza, ofrezca un muestrario con un enfoque totalmente distinto al del año anterior. 

El informe de Barclays me hace más gracia, porque dice que quien va a tirar del carro no va a ser Estados Unidos, sino Europa. Me hace más gracia porque Europa es mi país, aunque tampoco me acabo de creer la euforia de Barclays. Y porque seguro que mañana aparecerá otro informe de otro banco, diciendo exactamente lo contrario.

Y me gusta la sugerencia del FMI de crear un seguro de paro europeo, porque todo lo que suene a más Europa, me encanta.

De acuerdo con lo de las reformas, que creo que se están haciendo a buen ritmo. 

De acuerdo con lo de las reformas estructurales, que creo que se están haciendo muy lentamente. Pero se van haciendo.

De acuerdo con la unidad de mercado. De acuerdo con la tarjeta sanitaria común para toda España. 

Si, aprovechando lo de Cataluña, nos metemos con el modelo de Estado, reforma estructural número uno, hemos amortizado los esfuerzos de todos los que se esfuerzan (no los de los que dicen que se esfuerzan, y, en vez de esforzarse, juguetean con las cosas de comer, en un momento en el queprimum vivere).

Como también tengo derecho a escoger mis informantes, leo a San Pablo. El otro día me dio por San Lucas. San Pablo también me gusta, aunque, a veces, no se le entiende a la primera, pero eso le pasaba también a San Pedro y ahí lo tienes, primer Papa.

He leído un párrafo que me ha animado mucho. Es de una carta que escribió a los gálatas, que vivían, claro está, en Galacia, en la Turquía actual. Los gálatas debían de ser, más o menos, como nosotros, hablando en gálata, pero como nosotros. Y San Pablo, que los debía conocer bien, les habla de "las enemistades, los pleitos, los celos, las iras, las riñas, las discusiones, las divisiones, las envidias..." Habla de más cosas, pero me las salto, para que nadie en concreto se dé por aludido. 

Decía que me animaba mucho, porque parece que habla de España. 

Otra reforma, sin necesidad de nuevo informe, porque la carta de San Pablo es muy vieja.

P.S.

1. Seguiré leyendo el Nuevo Testamento porque me lo paso bien. Me entero de cosas y hago comparaciones y aprendo.

2. Pero estad tranquilos. En el próximo artículo ya no lo utilizaré.

3. A no ser que, en algún nuevo informe, lo citen.

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20/09/2013    Leyendo a San Lucas

A mí, San Lucas me cae bien. Era médico y, además, buen escritor. El otro día leí la parábola del hijo pródigo y, como uno es como es, se me fue la cabeza a otras cosas.

 La parábola es muy conocida. Un padre tenía dos hijos. El más pequeño le dijo que le diera la parte de la fortuna familiar que le tocara. Supongo que se refería a la que le tocara después de que se muriera el padre. Pero el padre debía estar cansado del niño y se la dio. Pensaría: "Así me quito a este pelma de encima". Y el chaval se fue a un país lejano y allí se lo pasó en grande "con malas mujeres".

 Una cosa así no podía acabar bien. Crisis, hambre, cuidado de los cerdos, ansiedad por comer las algarrobas de los puercos…y vuelta a casa. Y allí, el padre le recibe "comiéndoselo a besos". Gran festejo, enfado del hijo mayor y normalidad.

 Cuando escribió esto, San Lucas no debía pensar en Cataluña, porque supongo que entonces no existía, aunque vaya usted a saber. Ahora, Cataluña ha ido a su padre y le ha dicho que quiere irse. Han salido a la calle muchos. Hablan de 1.600.000 personas haciendo la Vía catalana, que menos mal que fueron por la costa, que si llegan a ir por el interior, se me meten enAragón y, unos hablando lapao y otros catalán, la organizan.

 Hay una diferencia entre el hijo pródigo y Cataluña: que, en casa del padre, laConstitución era él y si el hijo quería irse, que se fuera. Aquí hay una Constitución, a la que, por lo menos, habría que echarle un ojo, digo yo. Porque irse "a lo hijo pródigo",  lo que antes se llamaba "irse a la francesa", o sea, sin despedirse de nadie, me parecería una falta de educación, y los catalanes serán lo que sean, pero maleducados, no. Y esto lo digo yo, que tengo 10 hijos catalanes, 6 yernos y nueras catalanes y 45 nietos catalanes. Si mi familia hubiera ido, la Vía catalana llega a un par de pueblos más.

 O sea, que eso del diálogo, que no hubo en la parábola, sería ahora lo normal. Pero no diálogo por carta, en la que cada uno mide las palabras, los asesores ponen una coma aquí y un punto y coma allí, y así queda una carta-bodrio que diga lo que cada uno de los catalanes y cada uno del resto de los españoles quiera interpretar.

Sería importante saber qué opinan los catalanes.

En un programa de televisión, alguien dijo que en el mundo había 1.200 millones de católicos. Al cabo de un rato, se comentó que, en la visita deBenedicto XVI a España, había 2 millones de personas. El presentador preguntó: "¿Dónde estaban los 1.198 millones restantes?". Y la gente se rio y aplaudió la gracia.

Pienso que alguien podría preguntarse al ver las personas que fueron a la Vía (1.600.000): "¿Dónde estaban los 5.900.000 restantes?" Unos, en casa. Otros, de excursión. Otros, en Madrid, viendo una exposición (amigos míos). Otros, haciendo caca, porque son muy pequeños (nietos míos). Otros, en casa, de acuerdo con la Vía. Otros, en casa, en desacuerdo.

Antes me he referido al resto de los españoles porque hay un personaje,Felipe González, que nunca me había caído especialmente bien, hasta que lo comparé con algún otro de su partido, al que sufrimos unos años, momento en que mi opinión sobre Felipe mejoró, y mucho. El año pasado, en una conferencia que dio en Barcelona, dijo: “Vosotros queréis votar sobre la independencia de Cataluña. De acuerdo. Pero yo, también”.

Francesc de Carreras, un Catedrático de Derecho constitucional, ha añadido que deberían votar también los ciudadanos europeos, porque España forma parte de la Unión Europea y si algunos de una parte de Españaquieren irse de España, los europeos también tienen derecho a votar, no vaya  a ser que Cataluña se vaya de la UE y se apunte a la Liga de Estados Árabes y volvamos a tener a los moros (perdón) en la puerta de casa.

Otro tema es el dinero. El hijo del padre de la parábola debía de tener buena fama. Era un pájaro, como pudo verse, pero, amparado por su padre, tendría un cierto prestigio en su pueblo. Sus amigos le reirían las gracias por ser el hijo de papá. Y, dada su afición por las mozas, como pudo verse después, las de su barrio le harían todo tipo de carantoñas, aunque no fuera guapo guapo, lo que se dice guapo. Pero tenía estáteres en abundancia. Y como cada estáter valía cuatro dracmas y cada dracma era el salario de un día, las invitaría a copas día sí y día también.

 Aquí es más difícil, porque el padre y el hijo tendrían que sentarse a hacer cuentas. Con una condición que he repetido muchas veces: queriendo dejar las cosas claras y no partiendo de la base de que uno de los dos, o los dos, son unos trileros sin escrúpulos. O sea, que no me imagino una negociación entre Montoro Mas-Colell que empiece diciendo: “Hola, Cristóbal de las narices, aquí vengo para llegar a un acuerdo. Y deprisita. Porque esos que chillan ahí abajo, son 1.600.000 personas que, como no me des lo que exijo, piden la independencia de Extremadura y nos fusionamos con ellos”. A lo que Cristóbal contestaría: “Andreu, desgraciao, bastante hago con levantarme a estas horas para atenderte y darte este café asqueroso que he sacado de la máquina y me ha costado un euro”.

 Acabada la negociación, el hijo debería sentarse solo y hacer un balance: lo que tengo menos lo que debo igual a lo que tengo de verdad.

Si por casualidad lo que tengo es menos de lo que debo, que todo puede ser, nueva cuestión: “Cuando me vaya de casa de mi padre, ¿de dónde saco el dinero? Porque cuidar cerdos no me gusta. Puedo sacarlo de los impuestos que paguen mis empresas, que son muy buenas (es verdad), puedo autorizar, previo cobro, al Barça a que cambie el nombre del Nou Camp y le llameQatar Generalitat Nou Camp (puestos a poner nombres, como ya tenemos patrocinador, para qué vamos a cambiar.) Y así vendrán cataríes y se animará más el turismo…”

 Luego habrá que ver qué pasa con el euro, porque como la UE no se decida a admitirnos y se pase siete años discutiendo ventajas e inconvenientes, y, mientras tanto, no nos preste dinero nadie (hoy somos bono basura) ni nos pague las nóminas nadie y tengamos que devolver 45.000 millones de euros (o así) en pesetas, a ver de dónde los sacamos, majos.

 Después, otra cosa: el sistema financiero catalán. La Caixa es una entidad más o menos seria (o sea, como las demás), pero con una importante parte de su negocio en el extranjero, o sea, fuera de nuestras fronteras (las de Cataluña). Y sacar el dinero de La Caixa y llevárselo al Santander, por ejemplo, es tan fácil…

 También habría que ver qué estructura debería tener el nuevo Estado:

     1.- No necesitaríamos Casa Real, con lo que los autores de los libros contra los malvados Borbones se hundirían en la miseria. Pero nunca llueve a gusto de todos. 

     2.- Consell Superior de Justícia, ya tenemos 

     3.- Parlament, ya tenemos 

     4.- Govern. Habría que ver cuántos ministerios necesitaríamos:

          a) El de Defensa, no

          b) El de Administraciones Públicas, no

          c) Relaciones exteriores. Ya tenemos embajadas. Harían falta más

          d) Sobraría el Delegado del Govern en Madrid

          e) Etc.

     5.- Sobrarían los representantes de partidos catalanes en el Congreso de los Diputados

     6.- Etc.

 Luego tendríamos que plantearnos cómo se controla todo lo anterior, no vaya a ser que, ahora que se han ido los malos y nos hemos quedado solo los buenos, algún bueno quiera seguir haciendo cosas malas. Que los hay. 

Y sería muy triste que, después de gastarnos el dinero con malas mujeres (es un símil), tuviéramos que forrarnos de comer algarrobas, que me dan mucho asco y por eso no las he probado nunca.

 Sería terrible que, al cabo de un tiempo, muertos de hambre, tuviéramos que volver a la casa paterna, porque no sé si el padre nos recibiría con cariño. Y los sucesores de los sucesores de Artur tendrían que hacer una eliminación de estatuas de Artur por todo el territorio antes independiente y encargar a prestigiosos historiadores que reescribieran, una vez más, la historia, diciendo que Arturo Mas, que volvería a llamarse entonces así, fue un español, quizá madrileño, quizá (¡horror!) borbónico, que quiso arruinar a Cataluña, haciéndole emprender un viaje a lo desconocido.

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13/09/2013     No conseguimos el pedido

Cuando yo trabajaba en mi empresa de consultoría, siempre estaba a la espera del pedido gordo, el que nos daría trabajo unos años, el que nos permitiría contratar gente, el que traería dinero a espuertas.

Lo llamábamos EL pedido.

Me he vuelto mayor. El 7 de este mes cumplí ¡80 años! Uno de esos buenos amigos que tengo me felicitó, diciéndome que ahora entraba en mi segunda juventud. Pensé que sí, que ahora entraba en mi segunda y definitiva juventud.

Ese mismo día, mientras esperaba para cenar con los 70 miembros directos de mi familia -una gozada inmensa-, me enteré de que España había sido eliminada en la primera ronda de la votación para la elección de la ciudad donde se celebrarán los Juegos Olímpicos en 2020.

Me hacía mucha ilusión que estos Juegos vinieran a España (he dicho España, no Madrid). Me dio pena, porque los que habían intervenido, desde el Príncipe hasta el último cuyo trabajo no se vio, pero que allí estaba, lo habían hecho muy bien.

Ana Botella, también, por supuesto. Quizá lo del café con leche no fue un acierto, pero a posteriori acertamos todos.

Me acordé de mi empresa de consultoría. Alguna vez, algunas veces, llegó EL pedido, gracias a Dios. Nos vino muy bien económicamente, por supuesto, y también nos vino bien en eso de la autoestima, que ahora nos gusta tanto decir y que, por lo que veo, a algunos les molesta y prefieren el autodesprecio.

Estoy convencido de que en la preparación de la candidatura se ha hecho un trabajo buenísimo. Creo que todos los que han intervenido se han matado a trabajar. El pobre Mariano, después de aguantar a los del G20 en San Petersburgo, voló a Buenos Aires. Estuve mirando cómo se va desde San Petersburgo a Buenos Aires. Al final, me rendí. Vayas por donde vayas, es un palizón.

En mi empresa, cuando no conseguíamos EL pedido, había peligro de desmoralización. Ahí es donde yo me volcaba, para que la gente siguiera trabajando con todo empeño y buscando pedidos que no eran EL pedido, pero que también nos daban de comer.

Señores, hay que seguir trabajando. Que no me vengan con dimisiones. ¡Que se vaya la alcaldesa! ¿Por qué? ¡Que se vaya no sé quién! ¿Por qué?

A veces pienso que esos que dicen esas cosas no han visto una empresa ni desde la acera de enfrente. Cuando en una empresa no se consigue algo, aquello no es un fiasco. Aquello es que no se ha conseguido algo. Entonces, lo que se hace es tirar para adelante, echar horas de trabajo y de esfuerzo, y seguir. Nadie echa la culpa a nadie, porque eso es muy fácil, sobre todo para los que no hemos intervenido.

¡Claro que yo no tengo la culpa! Porque nadie me pidió que interviniera, cosa que fue un acierto, porque de Juegos Olímpicos no sé nada, e igual organizo los encierros de San Fermín, de los que, por cierto, tampoco sé nada.

No más Juegos Olímpicos

Los Juegos nos habrían venido muy bien, de acuerdo. Pero si seguimos dándole al mazo, dándole vueltas a la cabeza y seguimos intentando hacer cosas, saldremos adelante. Con esfuerzo, sin dormir, pero saldremos.

He dicho intentar cosas, no reintentar que nos den los Juegos. En las empresas hay un peligro, que es el de enamorarse del producto. Esto lo aprendí de mi hijo Carlos, que, cuando yo me empeñaba en decir que algo que ofrecíamos era muy bueno y que los clientes no me entendían, me decía:Papá, no insistas, que, por alguna razón, ese producto no le gusta a la gente”.Por tanto, más Juegos Olímpicos, no. Pero no, en España, no sólo en Madrid. No vaya ser que ahora, en Ceuta y Melilla, queramos repetir la aventura olímpica.

Y sobre todo, no echar la culpa al tongo, a lo malos que son los que nos tenían que elegir, a que nuestro inglés no es bueno. No. Más Juegos Olímpicos, no. Hay millones de cosas por el mundo que nos darán de comer y nos ayudarán a salir adelante. (Como es natural, no me estoy refiriendo a ese bodrio llamado Eurovegas ni a la copia del bodrio, llamada Barcelona World).

En casa siempre he procurado hacer caso a mi mujer. No por esa tontería de que ya se sabe quién manda. No. Simplemente, porque cuando ves que alguien, en este caso mi mujer, dice algo y acierta y luego vuelve a acertar y luego acierta otra vez, le haces caso.

Ella siempre me ha recomendado: Fíjate en lo que diga Julio Iglesias”. Y me fío. Y recuerdo una canción en la que habla de “tantos fracasos, y tantos intentos”.

Ahí está la clave: en los intentos. Los fracasos sirven para aprender, y no para amargarse la vida y menos, para decir, viendo los toros desde la barrera: Ya lo decía yo”.

O sea, a todos los que han intervenido: lo habéis hecho de fábula.

Pero eso era lo fácil. Ahora lo tenéis -lo tenemos- que hacer de fábula. Y es más difícil porque nos puede parecer que es cuesta arriba. Pero siempre lo fue.

Y si, con esto de los Juegos, hemos vuelto a aprender que no somos los amos del mundo, ni los más listos ni los más guapos, sino que, simplemente, somos,que ya es bastante, ¡bendito fracaso!

P.S. Espero que, después de que ya todo el mundo sabe que tengo 80 años, mis amigos de El Confidencial cambiarán mi perfil biográfico, en el que se dice que soy un chaval de 75 años, etc. Si quieren mantener lo de chaval, me hará mucha ilusión. Pero lo de los 80 habría que ponerlo, para que la gente no piense que me planté en los 75 y de ahí no me mueve nadie.

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06/09/2013     Ha bajado el paro

 

Hace unos días, Mariano y Mª Dolores, que suelen estar bien informados, porque para algo ocupan los puestos que ocupan, nos aseguraron que los datos del paro del mes de agosto iban a ser buenos, los mejores para ese mes desde el año 2000. Los dos estaban muy serios cuando lo dijeron. Les creí. Feliz, pensé: ¡por fin!

 

Salió la cifra. El paro ha bajado en ¡31 personas!

 

No me parece serio. Estos chicos me aseguran que esta estabilización es positiva”. Peor aún, me entero de que los datos del paro provocaron una alegría contenida entre los miembros del Ejecutivo”. ¡Contenida, naturalmente! ¡Pero si sólo ellos son más de 31!

 

Sigo pensando que hay que echarle seriedad a la vida. Sigo pensando que no hay dos clases de personas en España: los que gobiernan y los idiotas. Porque, si fuera así, los que gobiernan antes fueron idiotas y lo volverán a ser en cuanto les echen del Gobierno, aunque pasen al Senado.

 

¿Que las cosas parece que empiezan a ir ligeramente mejor? Parece.

 

¿Que nos queda mucho camino por recorrer? Seguro.

 

¿Que el crecimiento no es algo que surja de la varita mágica del hada buena de la Cenicienta, la que la vestía de princesa de golpe? Seguro.

 

¿Que las empresas lo siguen pasando mal? Seguro.

 

¿Que la reforma laboral pretende flexibilizar, o sea, dar más libertad al contratador en sus relaciones con el contratado? Seguro, y me gusta.

 

¿Que estamos exportando porque han bajado los costes laborales, o sea, porque la gente cobra menos? Seguro.

 

¿Que, o se arreglan los bancos (esta es la vez número 1.622 que lo digo y no acabaré este artículo sin decirlo por vez número 1.623), o el crecimiento no se producirá, y, en su lugar, se generará encogimiento? Seguro.

 

Nunca hemos hablado con ecuanimidad

 

Empezamos siendo un imperio en el que no se ponía el sol”. Pasaron los años y nos convertimos en la reserva espiritual de Occidente”. Apareció la corrupción y decidimos pasar a ser la reserva socio-económico-política; nos dijeron que íbamos a pasar a Italia, luego a Francia, luego a Alemania y, en cuanto se descuidara, a Estados Unidos.

 

Después, no había crisis y al pobre Pizarro, que se le ocurrió decir que sí que había, Solbes se lo cargó en un debate por televisión que yo siempre he pensado que lo ganó Pizarro por goleada.

 

¿No hay nadie que discurra bien aquí? Los del partido que gobierna dicen su serie de tonterías. Los de la oposición esperan pacientemente su turno de decir tonterías, no de gobernar. Mientras tanto, dicen algunas, como ejercicio de precalentamiento.

 

No sé qué pasa en la puerta de la Moncloa y en las puertas de los ministerios, porque, en general (supongo, no sé, que hay excepciones), parece que, en cuanto las atraviesan, llegan a su despacho y se sientan, se ponen a discurrir qué tontadas van a decir. Y como discurren mucho y tienen muchos asesores, las tontadas son infinitas. Pero falsas.

 

Es bueno que la prima de riesgo baje. Yo creo que baja porque se fían más de nosotros, lo que me parece muy bien. Suben las exportaciones. Ya he dicho por qué. El turismo, fenomenal, de cine. Hay que mimarlo.

En Europa, la unión bancaria saldrá. Nunca se puede decir que, en la UE, algo saldrá pronto, porque la experiencia nos dice que pronto, aquí, no sale nada.

Pero hay detalles que me ilusionan. El detalle de hoy se refiere a los bancos (¡ya he llegado a la vez número 1.623!).

 

La unión bancaria está en marcha. Repito, lentamente. Ahora discuten elBCE por un lado y, por otro, la Comisión Europea y el Bundesbank, que es más que la Caja de Ahorros de San Quirico.

 

En 2014, el BCE empezará a ejercer como supervisor de las entidades financieras de la Unión Monetaria Europea. (No me gusta lo de en 2014”.Me gustaría un poco más de concreción. Por ejemplo, el 23 de abril, fiesta de Aragón).

 

En 2015, la Comisión Europea quiere crear una Agencia independiente encargada de rescatar o liquidar los bancos en crisis. También me gustaría que hubieran concretado un poco más la fecha.

 

El BCE quiere ser supervisor y rescatador-liquidador

 

La Comisión Europea y el Bundesbank quieren que el BCE sea el supervisor y la Agencia independiente, la que rescate o liquide.

 

Prefiero la separación de responsabilidades, porque todavía me acuerdo de que el BCE tiene por mandato controlar la inflación y si le exigimos también que rescate o liquide, le pueden entrar unas ganas enormes de enchufar la máquina de fabricar billetes, para rescatar o para poner guapo a un banco antes de liquidarlo.

 

Estas son buenas noticias. Poco a poco, Europa se va construyendo”.

 

Vuelvo a repetir lo que me dijo hace años un profesor en Estados Unidos: El proceso de construcción de Europa será largo”.

 

A veces, me parece que está siendo larguísimo. Paciencia, que estamos en el buen camino.

 

Mientras tanto, chavales, pocas tonterías, por favor

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31/08/2013   Lo real, lo irreal y la Supercopa de España

Estamos en época de lamentaciones: Grecia nunca debió entrar en el euro y lo mejor sería que se fuera, acompañada por Chipre. Yo, que no entiendo mucho, pienso que eso es verdad y por esa razón me preocupa que vengan países que no aportan nada, entrando en la familia como el que se casa con la rica heredera, a ver qué es lo que puede sacar. Y también me preocupo cuando veo otros países -Turquía, por ejemplo-, que no deberían entrar nunca en la Unión Europea, porque, en confianza, no son europeos.

España está en la Unión Europea y nunca nos iremos. Que no se hagan ilusiones los partidarios de abandonar el euro, porque ni nos iremos ni nos echarán. Sí que nos apretarán las tuercas -ya lo están haciendo, y seguirán-, porque, una vez establecida la seriedad en forma de reducción del déficit, viene el pago de la deuda; cuando oigo que los bancos alemanes quieren cobrar, es lo normal: todos los bancos y todas las tiendas de comestibles quieren cobrar. Y si la tienda a la que se le fue la mano fiando a sus clientes ahora les dice que no les vende más si no pagan, y si esa tienda es la única panadería del barrio, el cliente se queda sin pan, que es muy triste, pero es.

Hay quien dice que Merkel perderá las elecciones próximas. No las perderá, porque tiene lo que ahora se llama "hoja de ruta", nombre sofisticado que oí por primera vez a Colin Powell, secretario de Defensa con Bush hijo, no sé si para entrar en Irak o para salir de Irak, porque los iraquíes tenían unas armas terribles, de las que nos enseñó fotos, que luego resultó que eran falsas, pero ya habían entrado en Irak y no era cosa de decir ahora me vuelvo.

Mientras tanto, la Reserva Federal americana, a quien todos llamamos cariñosamente "la Fed", duda entre continuar fabricando dinero a mansalva (85.000 millones de dólares al mes) o fabricar dinero más lentamente (65.000 millones, que tampoco está mal).

Bernanke dice que igual sí, igual no, y que no sabe lo que hará su sucesor, porque él se va a casa. Parece que Larry Summers tiene muchas probabilidades de sucederle. Tendrá que aprender a callarse, porque, siendo rector de Harvard, dijo alguna tontería muy tonta respecto a la capacidad intelectual de las mujeres.

Entre dimes y diretes, los mercados se ponen nerviosos. El nerviosismo se traduce en que los que habían prestado dinero a Brasil porque los brasileños pagaban más intereses que Estados Unidos, ahora se lo llevarán a Estados Unidos, que los subirá.

España, en este lío. Con una hoja de ruta que elegimos hace muchos años y que nos lleva a Europa. A esa Europa que muchos dicen que se construyó al revés, empezando por el euro, o sea, por la unión monetaria, en vez de por la unión fiscal, la unión bancaria…hasta llegar a la unión política.

Es posible que tengan razón, pero no hay marcha atrás y lo hecho, hecho está. Nos hemos acostumbrado al euro. Al principio, yo traducía a pesetas, pero dejé de hacerlo cuando me di cuenta de la brutal inflación que se había producido y que, en bastantes casos habíamos producido nosotros, no los 'mercados', al correr la coma dos decimales a la izquierda (café de 100 pesetas, café de 1 euro. Igual a 66,386 % de aumento de precio)

Me parece una pérdida de tiempo lamentarnos por lo que se hizo y por cómo se hizo. Y otra pérdida de tiempo discutir lo que se debía haber hecho, porque, a toro pasado, todos toreamos bien. Y hasta nos adornamos.

Como faltan muchas cosas y si nos ponemos a hacerlas todas a la vez, no haremos ninguna, yo centraría todos los esfuerzos en la unión bancaria. Porque si consigo que la banca europea funcione bien, habré resuelto muchas cosas. Eso es urgente. Ya sé que los mecanismos de toma de decisiones de la Unión Europea son lentos como un elefante. Pero hay que acelerarlos, como sea. Porque el crédito sigue cayendo y, así, ni crecimiento, ni recuperación ni nada.

Me gusta que Draghi haya empezado a hablar claro. Hasta ahora, a algunos nos costaba entenderle.

Ha dicho que el tipo de interés seguirá al 0,5 % "durante un período prolongado"Es un lujo que se puede permitir, porque la inflación ahora no le preocupa (ni a él ni a nadie).

Ha dicho que en la facilidad de depósito -la hucha donde los bancos pueden poner el dinero captado al 0,5 % durante un día, y que yo tengo la sensación de que lo ponen a más de un día y más de dos- les seguirá dando un interés del 0 %, y que está pensando cobrarles (en ese caso, el BCE copiaría la'comisión de mantenimiento'; aquí nadie inventa nada).

O sea, que ahora, a comienzos de curso, la situación es:

1-  Liquidez abundante por parte del BCE.

2- Posible castigo a los bancos que dejen el dinero en la facilidad de depósito.

3- Avance, lento, pero avance, hacia la unión bancaria, o sea:

      a) supervisor bancario único (adiós Banco de España y similares)

      b) Fondo europeo de garantía de depósitos

      c) fondo europeo de rescate para resolver los problemas de los bancos en malas condiciones

      d) acceso directo de la banca en dificultades al Fondo europeo de rescate sin necesidad del aval del Estado correspondiente

4-  Nuestros presupuestos ya se aprueban en Bruselas.

5- Los presupuestos de nuestras comunidades autónomas están condicionados por el presupuesto que Bruselas impone a España.

6- Desendeudamiento de las familias y de las empresas, que han visto las orejas al lobo.

7- Futuro desendeudamiento del Estado a partir de 2016, cuando se haya puesto bonita la economía, llegando a un déficit del 3 % sobre el PIB.

8- Deberían exigirse menos requisitos de capital a los bancos, con el fin de quitarles excusas para no dar créditos.

Al lado de todo esto, cosas que no tienen ninguna importancia, pero que sirven para entretenernos:

1- la compra de Bale por el Madrid por 100 millones.

2- la compra de la camiseta del Barça por Qatar Airways por 96 millones.

3- la compra de la camiseta del Atlético de Madrid por Azerbaiyán, que algo habrá pagado, y que ha hecho, que, a primera vista, la Supercopa de España se haya jugado entre Qatar y Azerbaiyán (ganó Qatar).

4- la recomendación hecha por algún bobo a Grecia de que venda laAcrópolis y otros monumentos para pagar sus deudas.

5-  la tasación que han hecho de la Casa Blanca en 319.706.250 dólares (el colmo de la precisión), pensando, supongo, que si Grecia vende la Acrópolis, yo vendo la Casa Blanca, sin mover de su sitio ni el monumento ni la casa, que por cierto, valen más que el Barça y Bale juntos.

6- la liquidación de jugadores de mi equipo, el Zaragoza, mientras su entrenador, buena persona y perfeccionista, "suplica" que le contraten "un central, a ser posible de perfil zurdo".

Son dos mundos. Aquí sí que es verdad lo de la economía real y la irreal.

Es más cómodo preocuparse por la irreal -Bale, Barça, Azerbaiyán y el central de perfil zurdo-. Y nos preocupamos. Y si no viene Bale aquella noche no dormimos. Si viene, los que no duermen son un jugador que tendría que bascular hacia la derecha, y lo que sabe hacer es bascular hacia la izquierda, y otro que, sin bascular, se va al banquillo y empieza a buscar club, y hace bien.

Todo lo que sea divertir al personal es bueno. Pero el personal no es idiota, porque, de un modo o de otro, va adquiriendo criterio. Y hay que explicarles (nos) bien las cosas de la economía real, porque las de la irreal, con unos cuantos periódicos, la tele y la radio, tenemos para doctorarnos.

O sea, Mariano, a explicar la hoja de ruta. A decir que lo del euro quizá fue precipitado, pero ahí está. Que lo de la unión bancaria va muy lento, pero va. Y que cuando se implante, podremos hablar del grifo del crédito. Que lo del desendeudamiento es bueno. Que todavía faltan 3 años para cumplir con una de las condiciones que firmamos en Maastricht, que el déficit sería el 3 % del PIB, o sea, 30.000 millones en lugar de los actuales 70.000. Que procurará que, de aquí a entonces, no suba la deuda. Que, a partir de entonces, habrá que empezar a desendeudarse, o sea, a amortizar todo lo que podamos, hasta 600.000 millones, que es a lo que nos comprometimos en esa dichosa ciudad holandesa.

Y, por favor, que no se nos olvide, Mariano, Alfredo, y todos los demás: que la inmoralidad rampante actual no vale. Decidlo y, sobre todo, hacedlo. Y que los vuestros lo digan y lo hagan, que así nos lo creeremos. A veces, cerrando los ojos, pienso que estamos en Dinamarca, porque aquí hay algo –mucho- podrido.

Y, por favor, jura ante la Biblia que, aunque los griegos vendan la Acrópolis, nosotros nunca venderemos el Pilar.

 

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23/08/2013   Yo también tengo normas

Mis suegros, padres de 10 hijos, eran majísimos. Cuando empecé a ir a su casa, me resultaba difícil orientarme (era hijo único). Poco a poco, me fui acostumbrando, y, ahora, cuando en San Quirico no hay 20 personas, entre hijos, nietos y amigos, tengo una sensación angustiosa de soledad.

En casa de mis suegros había normas. La gente puede pensar que eso es lo natural en una familia numerosa. Yo también lo pensaba hasta que me casé, los hijos fueron llegando y nuestra casa se convirtió en lo que un periodista calificó de "caos organizado". Ni normas, ni nada. Y las que podía haber, no estaban escritas, con lo cual era más fácil cambiarlas.

Una de las normas de mis suegros era que en las comidas no se podía hablar ni de religión ni de política. Les debía de dar miedo que las discusiones se enconasen y que los hermanos se olvidaran de lo principal, que era quererse. Cuando ahora les veo reunirse una vez al año simplemente para demostrar y recordar que siguen siendo hermanos, me hace mucha ilusión.

Ya he dicho que en mi casa no hay normas. Las comidas siempre son una sorpresa, porque nadie sabe sobre qué se va a discutir en cuanto sirvan el primer plato (en cuanto lo sirvan los hombres, porque en mi casa, las mujeres no se levantan a la hora de comer, una norma).

Con tanta gente, cada uno piensa como quiere y, peor aún, lo dice. Digo "peor aún" porque, de vez en cuando, alguno "se tira a la piscina" y dice muy serio algo que hace estallar la discusión inmediatamente. Y, además, lo hace con toda la intención, porque, muchas veces, me mira y me guiña un ojo, como diciendo: "Ya verás cómo entran al trapo".

Y entran. Siempre. No hay trapo que se quede ondeando en el aire. Entran.

Ayer, no sé por qué, se me ocurrió decir una palabra: Rajoy. ¡Nunca lo hubiera hecho! Había bastantes no partidarios del pobre Mariano: porque nos engañó en el programa electoral, porque se pliega a todo lo que diga la jefa Merkel, porque es gallego y ejerce, por lo de Bárcenas y los pagos en negro…

Mis hijos tienen una ventaja: que dicen lo que piensan y que, además, lo dicen gritando y con cara de que se lo creen. Así no tienes ninguna duda: son transparentes como el agua de un arroyo cristalino.

Alguno no es imparcial, porque los recortes le han llegado al alma, pasando por el bolsillo.

En la discusión, mi mujer y yo no solemos intervenir. De vez en cuando, nos miramos y sonreímos.

En plena cena, iban llegando otros hijos, que se incorporaban en marcha a la discusión, sin saber muy bien de qué iba. Pero como el objetivo era discutir, tampoco tenía mucha importancia el tema.

Me gustó que nadie se metió con nadie en lo personal. Ninguno dijo a otro: "Claro, como a ti te van bien las cosas..." No. En el fragor de la batalla dialéctica, había una norma (ya llevamos dos): la del respeto a la personacon la que no estás de acuerdo.

En mi casa, se bendice la mesa al empezar a comer o a cenar. Por tradición, bendice el más pequeño que sepa hacerlo (más normas). Al acabar, damos gracias. Esa oración la rezo yo y marca el momento en que el que tenga sueño o ganas de irse, se va.

Ayer, cuando la discusión estaba en todo su esplendor, mi mujer dijo: "¿Rezamos?". Todos se callaron, yo di gracias, ella se levantó, dijo buenas noches, echó un beso a todos porque si se pone a besuquear uno por uno, aún estaría, y se fue. Aguanté cinco minutos y también me fui. Una de las hijas, cuando me iba, me dijo en voz muy baja: "Cobarde, sacas el tema y te largas sin decir lo que piensas". A esa sí que le di un beso.

Me quedé en el despacho unos veinte minutos, contestando unos correos que me habían llegado. Salí y me encontré a los discutidores tumbados en unos sillones muy cómodos que tenemos, viendo la tele y riéndose juntos.

Y me fui a la cama feliz.

Porque, en casa, cada uno piensa lo que quiere y cada uno habla cuando quiere. Pero como se quieren, se respetan.

Estamos a punto de volver de vacaciones. El juez Ruz ha cogido unos días para descansar. Rubalcaba calienta motores para ir a por Rajoy vía Bárcenas. El matrimonio Rubalcaba me cae bien. Como no tienen hijos, es una pareja a la que invitaría a cenar a San Quirico, sin normas ni guion preescrito. Y nos reiríamos y, después de dar gracias, ni mi mujer ni yo nos iríamos a dormir porque los invitados siempre se merecen un respeto, y nos quedaríamos hasta las tantas hablando todos y de todo, antes de reírnos juntos viendo la tele.

Siempre he pensado que los políticos que se atacan violentamente, cuando se encuentran en un bar, se dan un abrazo y se toman un café juntos. No sé si todos, porque algunos se toman lo del odio en serio. Pero creo que bastantes, porque como, de un modo u otro, son empleados de la misma empresa (la nuestra), tienen que confraternizar.

Lo que no me gusta es la sensación que dan de odio a muerte, porque como la gente es como es, o sea, somos como somos, a veces podemos pensar que hablan en serio y nos lo creemos. Y decimos que si Griñán está metido en lo de los ERE andaluces, es un impresentable (palabra que, por lo menos, en mi familia, se ha convertido en la palabra del verano.) Y si Bárcenas y Millet son lo que parecen, son unos impresentables. Y si no te unes a la cadena humana de la independencia, que va a rodear Cataluña, llegando si te descuidas a La Rioja y Cantabria, no eres un buen catalán (certificado que no sé dónde se expide ni qué condiciones has de tener para conseguirlo).

Todo lo que conduzca a desunión, a insultarse, a enfrentarse con el otro es malo, aunque me juren que es bueno y que conviene recordar todo lo que no se sabe si nos hicieron, pero que hemos decidido que nos lo hicieron. Y es muy malo -lo he dicho mil veces, y lo repetiré otras mil- lo de "yo perdono, pero no olvido", porque eso significa que no perdonas.

Me molesta el odio y la ceporrez. Ahora, una pobre señora que trabaja comodelegada del Gobierno en Madrid ha tenido un accidente de moto, muy grave. Algunos tuits son repugnantes. Dicen que Twitter es una red social. Red, puede ser, pero social, no. Porque con semejantes socios no quiero estar.

A esa gentuza, que se esconde en el anonimato, no la invitaría a cenar. Y si vinieran, no les dejaría hablar, porque nos estropearían la cena con su baba asquerosa y, lo peor, no podríamos reírnos juntos, viendo la televisión.

Que yo también tengo normas.

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16/08/2013   Nunca nadie dijo que sería un camino de rosas

Mejor es 100,70 que 100 (Alemania). Mejor es 100,50 que 100 (Francia). Mejor es 101,10 que 100 (Portugal). Peor es 99,90 que 100 (España).

Es verdad. Las noticias que nos vienen de los que saben, son buenas enEuropa, aunque todavía flojas en esa nación de Europa que se llama España.

Aquí, de envidia, nada. Si les va bien a ellos, nos irá bien a nosotros, porque los de esos países vendrán de turismo a España, ayudados porEgipto y Siria, que, con todos sus líos, se han cargado el turismo y, mucho peor, se han cargado muchas personas. Los que vengan, además, nos comprarán cosas y como, apurados por la mala situación, nuestros precios se están poniendo 'exportables', les venderemos y, poco a poco, gracias a ese bendito invento que se llama Europa, iremos saliendo adelante.

El malvado Olli Rehn, a quien en el artículo de la semana pasada le sugerí que mejor estaría callado, no me ha hecho ningún caso, como era de esperar, y ha hablado: "Espero que no habrá declaraciones prematuras de autosatisfacción asegurando que la crisis ha terminado, porque todos sabemos que quedan todavía importantes obstáculos que superar".

¡Bien dicho! O sea, que Hollande, Passos Coelho, Rajoy, etc.: o decís que estamos en el buen camino, pero que aún falta mucho, o a callarse.

Después, Olli ha dicho una bobada. Se ha referido a “una generación perdida” en España y Grecia. Allá los griegos con sus cosas, pero no quiero admitir lo de la generación perdida para España. Porque veo amigos de 18 a 50 años, esforzándose por salir adelante, y a mis nietos luchando (uno acabó la carrera en junio y empieza a trabajar en septiembre) y a comerciantes amigos luchando y me invitan a presentaciones de empresas en las que se juegan sus pocos euros esos que no nos atrevemos a llamar empresarios y les llamamos 'edulcoradamente' emprendedores. Y veo al vecino del piso de abajo, que trabaja simultáneamente en un hospital de Barcelona y uno deNueva York. Y como lo veo, no me da la gana de hablar de una generación perdida.

Por supuesto, no estoy de acuerdo con Letta, el primer ministro italiano, cuando, en una carta a un periódico, hace un par de meses, se disculpa ante los jóvenes emigrantes en nombre de la clase política por no haber hecho lo necesario para que les lleven el sueldo a su casa, donde sus papás y sus abuelitos les cuidarían mucho y les arroparían bien cuando se fuesen a la cama.

Olli, te has vuelto a columpiar otra vez. Y a un comisario, o sea, a un ministro de mi Europa, se le permite que se columpie una vez, porque somos humanos. Dos veces, se le permite a regañadientes. Tres veces, no se le permite en absoluto y se le echa a la calle. O sea, majo, te queda una. Sé prudente, porque, como dicen en mi tierra, 'cada vez que hablas pasa un carro'.

O sea, que una parte de Europa va mejor, porque Alemania crece el 0,7 %; Francia, el 0,5 y Portugal, que todos decíamos que era un desastre y que lo que había que hacer para salvarle era convertirle en la autonomía número 18 de España (¡qué horror para los portugueses!), después de obedecer las órdenes de Merkel, y de chillar y de rebotarse, va y sube el 1,1 %. O los que hacen las cuentas se han equivocado, que bien pudiera ser, o resulta que lo que les mandaron que hicieran salió bien.

A trancas y barrancas, Europa está saliendo del atolladero. Y España es un trocico de Europa. Si aspiramos a ser un trocico majo, iremos bien. Y si aspiramos a ser los más listos, guapos y envidiados por todos, iremos mal.

La prima de riesgo está bajando. El año pasado, por estas fechas, estaba a 600 o así. O sea, si Alemania pagaba unos intereses del 1,5% para que le prestaran dinero, nosotros pagábamos lo de Alemania más 6, o sea, 7,5. Y eso significa no sé cuántos miles de millones de euros de intereses y no lo aguanta ninguna subida de impuestos ni recortes de gastos por muy brutales que sean.

Ahora la prima de riesgo está en 259,9 puntos básicos, o sea, que pagamos intereses superiores en 2,599 a los que paga Alemania.

Además, la gasolina ha bajado, aunque no sé por qué. Dicen que la bajan los lunes, para poder presentar estadísticas decentes. Pero cuando escribo esto es jueves y sigue baja. Cosas que pasan.

Por el contrario, la luz ha subido. Y subirá. Y subirá. Estoy estudiando lo del déficit de tarifa y casi lo entiendo. Para estudiar algo, lo que hago es escribir un artículo sobre eso. Si lo entiendo, lo publico. Si no, digo que está "en preparación", que es como está ahora. Algún día lo publicaré. Si Dios quiere.

Como la prima de riesgo baja, la bolsa sube, porque ahora, a los inversores les interesa menos prestar dinero al Estado, más seguro en teoría, que comprar acciones, que tienen más riesgo pero no mucho, con la condición de que las acciones sean de empresas serias, llevadas por gente honrada, lo cual, de entrada, elimina unas cuantas.

Por tanto, Olli, no digas bobadas. El panorama es complejo. Como siempre.Nunca ha habido panoramas fáciles. Quizá hayan sido fáciles para algunos personajes que se han dedicado al maquiavelismo financiero-estafador, antes llamado bandidaje, en España y en el extranjero.

Pero eso era para algunos. Y esos 'algunos', cambiando de nombre, perdurarán hasta el fin de los siglos, porque el ser humano, desde el pecado original, está tocado del ala y, lo he dicho muchas veces, todo lo que le gusta, o es pecado o engorda.

Con tantas noticias, no nos olvidemos de las empresas, que tienen que crear 5.977.500 puestos de trabajo. No nos olvidemos de los bancos, que tienen que ayudar a las empresas, no por medio de su Obra Social, sino en el día a día, redescubriendo que su negocio es tomar dinero al x% y prestarlo al X %, siendo X mayor que x.

O sea, que sí, que vamos bien. Que estamos en el buen camino. Que estamos yendo a Europa. Y que el camino ha sido largo. (51 años desde que pedimos "la adhesión al Mercado Común"). Y que aún falta.

Y que nunca nadie dijo que sería un camino de rosas.

Y que si lo dijo, mintió como un bellaco.

Y si alguien se lo creyó, que se entere de que los niños no vienen de Bruselas

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09/08/2013   Mariano: no hagas caso a Olli

Hay gente que parece que disfruta fastidiando las vacaciones a los demás. Por si no fuera bastante con Joaquín Almunia, estropeando la industria naval, ahora aparece Olli Rehn, otro comisario.

Olli se pone a discurrir, y peor aún, se pone de acuerdo con Christine Lagarde. Supongo que pretenden ir calentando el otoño.

Este chico viene amenazante, advirtiendo a los que no hagan lo que él diga que “cargarán sobre sus hombros con una enorme responsabilidad por los costes sociales y humanos”. ¡Hala!

“No me amenaces, no me amenaces”, canta Mª Dolores Pradera, que me gusta mucho. Intento ver la situación general. Quizás así, viendo el todo o, por lo menos, el casi todo, lo entenderé mejor y podré decir que eso es acertado o una bobada más de las que, tristemente, oímos con frecuencia, en boca de señores/as que, o hablan muy serios/as, o sonríen, que no sé qué es peor.

Para centrarme, veo lo que dice James Daniel, el que dirige la comisión del FMI que supervisa España, o sea, supongo, un componente de la troika que nos trae a mal traer, venga a exigir.

James dice que la principal incógnita es saber si la economía española crecerá con la fuerza suficiente para crear empleo y reducir el paro. Comento esto con mi amigo de San Quirico -ha llegado el verano y volvemos a desayunar-. Me dice: “Coge una servilleta y escribe lo que te voy a dictar”. Y me dicta: “No sé si tendré fuerzas para sacar adelante mi empresa y volver a contratar a los tres que, con todo el dolor de mi alma, tuve que despedir para poder sobrevivir”. Añade: “lo de ´sacar adelante mi empresa´ debe ser lo que James llama ´que la economía crezca´”.

En eso estamos: en que "la economía" crezca. Y Olli y Christine lo tienen muy claro: para eso, Juan, Cándido e Ignacio tienen que alcanzar un gran acuerdo que flexibilice más la legislación laboral y que rebaje los salarios en torno al 10 % en dos años.

Como en casa tengo tanta gente, he planteado el problema a la hora de comer. Quizá les he amargado un poco la comida, a pesar de que tenemos una cocinera fenomenal.

No tenía grabadora, sino una Moleskine que me regalaron, con la que me entiendo muy bien. He ido anotando cosas, que quizá no tenían mucha lógica discursiva, pero de sentido común, un montón.

Para empezar, uno de mis yernos, ha preguntado de qué cantidad hablamos. Y hemos hecho cuentas: hay 16 millones de personas en activo. Hemos puesto un sueldo medio de 20.000 euros (aquí ha habido murmullos de desaprobación, pero al final han aceptado la cifra porque, si es redonda, se hacen las cuentas con más facilidad). Hemos multiplicado y nos ha salido que 16 millones de personas x 20.000 euros por persona son = 320.000 millones de euros en salarios.

Por tanto, Olli dice que los que trabajan tienen que aportar 32.000 millones de euros en dos años, a 16.000 millones por año, o sea a 1.000 euros por persona y año. Si no lo hacen, los que gobiernan deberán “cargar sobre sus hombros con una enorme responsabilidad por los costes sociales y humanos”.

A renglón seguida, una hija mía ha dicho: “¿De dónde podríamos sacar euros para no hundir en la miseria a millones de personas?” Luego me ha dicho: “Divide entre 18”. Yo, obediente, he dividido 16.000 millones por 18 y me han salido 889 millones por cada una de las unidades que forman los 18, que, ya lo he entendido, se refieren al Gobierno central y a las autonomías.

O sea, majos, que hay que elegir: o esquilmamos a cada uno de los españoles que ganan 20.000 euros al año o nos metemos en serio con lo que está pasando en esa casa de locos que es España.

Alguno de mis hijos, de mis yernos o de mis nueras, ha hablado, como de pasada, de los sueldos de los empleados que tenemos los españoles en nuestras cajas de ahorros, porque, como están nacionalizadas, son nuestras. Alguno ha leído que el presidente de Catalunya Banc cobra 600.000 euros por presidir ese bodrio. Otro ha dicho que, hablando de bodrios,Goirigolzarri debe cobrar un poco más, porque el chandrío (“estropicio grande”) ) de Bankia ha sido enorme.

Mi familia dice que habría que ver lo que cobran todos esos señores, los de primer nivel, los del segundo nivel, los del tercer nivel. Que ya saben que lo que cobran es legal, pero que no sería la primera vez que lo que es legal es una vergüenza.

Y que también saben que los sueldos que cobran son sueldos internacionales, lo cual les indica a los de mi familia que lo que tiene que hacer esta gente es irse al extranjero y colocarse allí, que les resultará muy fácil, dado su alto nivel, y que seguro que las entidades global-mundiales se los disputarán a golpe de talonario.

O sea, mi familia dice que Rajoy debería continuar sus vacaciones,callado. Eso le costará poco.

Y, en septiembre, en la primera reunión de su consejo de ministros, les debería decir: “no voy a hacer caso a Olli, precisamente por mi responsabilidad social, porque no me da la gana pegar otro apretón por el cuello a los españoles, que bastantes apretones han aguantado. Pero como lo de los 32.000 millones me ha gustado mucho, voy a sacarlos, en dos años o en cuatro años, pero los saco”.

Entonces, señalará a un ministro, el que tenga menos que hacer, y le nombrará gerente de los 32.000 millones. Sin retribución, claro. 

Y le dará 15 días para que haga una lista de ahorros en gastos bobos, vergonzosos e inmorales. Le llamará lista BVI para que nadie se ofenda, ya que puede haber gastos bobos, pero no inmorales, porque el que cobra esos euros lo hace honradamente, sin saber que aquello que hace no sirve para nada en absoluto.

Cuando tenga la lista, Rajoy irá a televisión, prime time, o sea, cuando todos le veamos, y dirá: “Como he decidido que recortes de salarios normales, ni uno, los 32.000 millones los voy a sacar de:…”

Y empezará a leer la lista despacio, para que podamos ir tomando nota. Será algo así como:

Sueldo mío y de mis ministros. 50 % menos, o sea, XX                                               

Sueldo de los presidentes de las CCAA, 50 % menos, o sea, YY                            

Sueldo de…

Sueldo de…

Sueldo de D. Fulano de Tal, presidente de la Caja de Ahorros. XX,

50 % menos, o sea, ZZ                                                                                              

Y así sucesivamente

Si la suma total no da 16.000 millones de euros, segunda ronda de recortes, hasta que todos digamos: “por este año, Mariano, ya has hecho bastante”.

La intervención de Mariano, que no es la alegría de la huerta, será monótona, larga y pesada, pero me atrevo a garantizar que el share será altísimo, porque quien más quien menos está interesado e ilusionado por que esta Patria nuestra tenga al mando alguien que mande, aunque sea mirando de reojo a mi amiga Angela.

Y después, propondré que en san Quirico le pongan una estatua a Olli, con el siguiente pie: “A Olli Rehn, en agradecimiento porque, diciendo algo totalmente absurdo, ayudó a arreglar España”.

 

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02/08/2013   Ayer en el Congreso

Nunca lo hubiera creído. He aguantado todo el debate de la comparecencia de Rajoy y de los demás. Solo me he perdido diez minutos porque han venido unos amigos a los que tenía que atender. Pero como cada diputado repite lo que ha dicho el anterior, al final tengo una idea bastante clara de lo que ha pasado.

El que me ha dado más pena es el presidente del Congreso, que ha aguantado estoicamente durante 5 horas las repetidas intervenciones de todos, diciéndole a alguno que no insulte y a casi todos, que se pasan del tiempo, y, después, sin inmutarse, ha dicho: "Pasemos al punto número 2 del orden del día". O sea, que lo de las 5 horas solo era el primer punto. Gracias a Dios, la tele ha desconectado y he podido ponerme a escribir este artículo.

Todos están muy preocupados por lo de Luis Bárcenas, este chico un poco chuletilla que, sin comerlo ni beberlo, o comiéndolo y bebiéndolo, ha reunido una fortuna maja, que, al principio, pensaba invertir en preferentes, pero, al final, no se decidió y le pareció -sabia decisión- que el dinero estaría más seguro en Suiza.

Nadie de su partido sabía nada de los tejemanejes de ese señor, que debía tener poderes casi tan amplios como los de Daniel Osàcar y Carles Torrent, ex tesoreros de CDC, que según Artur, tenían "un poder tal que hasta podían vender el patrimonio del partido sin consultar".Como el señor Torrent ya ha fallecido, me parece que, en cuanto se descuide su familia, a él le caerá la culpa de todo, ya que Artur desconocía por completo el funcionamiento financiero de su partido.

Pues si Artur, que preside un trozo pequeño de España -7 millones y medio de habitantes- no sabía nada de lo que hacían esos señores, ¿cómo va a saber algo de Bárcenas el pobre Mariano, responsable de 47 millones, incluidos los de Artur?

Jordi Barbeta en La Vanguardia dice que "el debate político se reduce a una competición a ver quién aparenta ser menos ladrón".

Como frase, me parece espléndida y como realidad, horrorosa. Lo he leído después de ver el debate y me ha amargado la tarde, porque llevo años repitiendo que todo el problema que tenemos ahora es de pura falta de decencia y toda esta gente no hace más que ayudarme en mis malos pensamientos, que, por cierto, creo que son buenísimos

Pienso que la mayoría de los partidos políticos ha montado un tinglado de suciedad viscosa y pestilente a su alrededor, del que viven los partidos en sí, los que mandan en esos partidos, las familias de los que mandan, los amigos, etc.

Recuerdo las caras de algunos diputados del Parlament de Catalunya el día que Pasqual Maragall dijo que todo el problema era el 3 %. ¡Gran escándalo! ¿A quién se le ocurre decir tamaña imprudencia? Un amigo mío, donante forzoso del 3 %, me dijo: "ya firmaría por que solo fuera el 3 %".

Me repito mucho, pero es que esta gente, también. Y pienso que si ellos no cambian de rollo, yo tampoco. No se puede ser sinvergüenza. Me refiero a toda esa gentuza que se salta a la torera el bien y el mal, confunden el bien con el mal, cuando hacen el mal ponen cara de que hacen el bien, mientras se van insultando cuando a alguien se le ocurre tirar ligeramente de alguna mantita.

He pasado la mañana oyendo a estos mozos que viven de la política.Después de oírles decir que si no viviesen de la política vivirían mucho mejor, ja, ja, ja, que me parto de risa, he llegado a unas cuantas consecuencias, haciendo un esfuerzo para  ver lo que hay debajo de esas caras de honradez hasta la médula, de dignidad ofendida y de enfado.

Me he reído mucho cuando una diputada ha hecho muchas preguntas,llegando hasta la "veinteava" y pegándole de paso una patada al diccionario porque señora, veinteava es cada una de las 20 partes iguales en que se divide un todo y vigésima es la pregunta número 20. Pero no hay que dar mucha importancia a esas cosas, porque era una reunión de diputados y no de académicos de la lengua. Lo que pasa es que se les nota demasiado, porque alguno también ha estado "preveyendo" en lugar de "previendo".

Mis consecuencias son las siguientes:

1.- Esta mañana, a los políticos se les llenaba la boca hablando de regeneración moral

2.- Esto me anima, porque pienso que ya se han enterado de que el primer problema de España es la falta de vergüenza de muchos: políticos, financieros, banqueros, presidentes de clubs de fútbol, alcaldesas de algún pueblo aragonés, etc.…Lo he dicho mil veces y me parece muy conveniente decirlo por vez número1001

3.- Parece que van a hacer una Ley de Transparencia para ser decentes. Me gustaría mucho que le llamaran Ley de Decencia.

4.- Como los del PP ahora no son oficialmente decentes por culpa de Luis, que por eso vive provisionalmente en Soto del Real, los otros partidos que sí son absolutamente decentes, no quieren trabajar con ellos, ponen cara de ofendidos y se van. Y de paso, no hay Ley de Decencia, no vaya a ser que nos pille.

5.- "Se van" quiere decir que se van de vacaciones, porque hoy es 1 de agosto y ya va siendo hora de descansar.

6.- Me encantaría que, una vez pasado el trago de esta mañana -llamo trago al aburrimiento, no a la angustia de que pudiera pasar algo, que ya se sabía que no podía pasar nada, porque nos insultaremos, pero daño no nos haremos- todos se vayan a descansar.

7.- Y una vez descansados, se miren al espejo y se pregunten: "XX (aquí el nombre), ¿se puede decir de verdad que YO soy honrado?"

8.- Como algún diputado ha hablado un par de veces de que hay que hacer "examen de conciencia", les pongo unas preguntas por si les ayudan:

       a. ¿Eso de que mi objetivo es el servicio a mi Patria es verdad o cuando lo digo tengo que hacer un esfuerzo para no sonrojarme?

       b. ¿Podría de verdad poner la mano en el fuego, con riesgo de quemarme de verdad, no solo por mi familia como ha dicho una señora, sino por cada uno de los que gobiernan conmigo mi partido?

       c. Cuando hay que hacer una obra en el lugar donde mando, ¿la hace un constructor al que le he exigido un soborno y al que luego le podrán decir que es un inmoral por haberme sobornado?

       d. ¿Aprovecho mi situación para hacer gestiones a favor de alguna empresa porque esa empresa me soborna mejor que otras?

9.- Esta lista no es exhaustiva. Los que se decidan a hacerse ese tipo de preguntas podrán añadir otras más precisas, porque se conocen mejor el percal.

O sea, para acabar: déjense de leyes, que esto de la decencia es personal. No hay partidos morales ni inmorales. Hay personas morales y personas inmorales en los partidos. Y si no nos enteramos de eso, seguiremos perdiendo el tiempo en reuniones como la de esta mañana

 

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26/07/2013   Amanecer y seriedad

Me estaba poniendo nervioso porque tenía que escribir este artículo y no aparecían los datos de la Encuesta de Población Activa, EPA, que se hace en 65.000 familias, unas 200.000 personas, en toda España, preguntándoles quién trabaja y quién está sin empleo. Como los europeos hacen lo mismo, me quedo con la EPA en lugar de con el paro registrado, o sea, con las personas inscritas en las oficinas de empleo, porque así comparo más fácil.

Para que no os pongáis nerviosos, adelanto que la cifra es muy buena. Pero, antes, quería decir que me desconcierta un poco que De Guindos ya lo anticipara hace unos días, que Rosell lo repitiera ayer y que los expertos también lo anunciaran. No sé si estos señores son muy listos o si alguien les pasa los apuntes antes del examen. Quizá es porque en San Quirico, de vez en cuando, me quedo sin internet, pero no me puedo creer que aprovechen mis apagones cibernéticos para enterarse y dejarme en mal lugar.

Hace tres meses, la cifra fue de 6.202.700 personas sin empleo, y ahora es de 5.977.500, o sea, 225.200 personas menos. Es una muy buena noticia, aunque todavía estamos en el 26,26% de la población activa.  

Dije hace poco, y lo sigo diciendo, que si esta mejora se mantiene dos trimestres seguidos, el buen camino en el que estamos hace tiempo estará empezando a dar sus frutos.

Me meto en la Memoria de una de las empresas del Ibex 35. Hay una sección dedicada a los Recursos Humanos, nombre que siempre me ha repelido, porque los humanos no son recursos. Son humanos, o sea, personas. Por eso, cuando se habla de Dirección de Personas, me suena mucho mejor. Perdón por la digresión, pero es que hay cosas que me encocoran, o sea, "me fastidian, me molestan en exceso".

Es una multinacional, con muchos empleados. Estas empresas son objetivos claros de los que buscan empleo en serio, porque piensan que si no hay trabajo para ellos en España, lo habrá en Venezuela o en Sri Lanka, donde, al fin y al cabo, no se vive tan mal.

Esta empresa recibe, al año, muchos currículums (ya sé que se dice currícula, pero me gusta más decir currículums y para no repetir la palabra, les llamaré CV). Alguien los ha contado. En 2011 llegaron 44.317 y en 2012, 30.512.Como el recibidor de CVs trabaja 8 horas al día durante 220 días al año, recibió 25 por hora en 2011 (uno cada 2,4 minutos) y 17 por hora en 23.012, o sea, uno cada 3 minutos y medio.

Las cifras son mareantes. El pobre hombre debe de estar loco. Si tuvo que estudiar cada uno, descartar la mitad y sólo entrevistar a 22.158 personas en 2011 y a 11.506 en 2012, cuando llegara a su casa por la noche le diría a su mujer que, por favor, antes de cenar, le preparase un CV resumido.

No sé interpretar estas cifras. Puede ocurrir que la disminución se deba a que la gente va encontrando trabajo. Puede ocurrir que algunos, desesperados, ya no envíen CVs (error muy grave). Pero, en cualquier caso, hay empresas que tienen fama de que contratan gente. Y eso me gusta.

De Guindos ha dicho que no nos lo creamos, o sea, que no bajemos la guardia. Es verdad. Pero una cosa es no creérselo y otra no decir: "Hombre, parece que esto marcha. A trancas y barrancas. Pero marcha".

Ahora no estamos para celebraciones, porque lo fundamental es Bárcenas con sus cosas, y Griñán, con las suyas.

Ya sé por qué ha retrasado Rajoy su comparecencia en el Congreso a un día muy cómodo: 1 de agosto. En primer lugar, para que sus señorías (nombre que me hace gracia, porque hay señorías a las que no les invitaría a casa aunque se trajesen la cena en un tupper) no cojan los atascos de salida de Madrid. En segundo lugar, para que, en el juego del "tú, más", alguien exija que el pobre Alfredo comparezca también y sea una comparecencia a dos. A dos que saben cómo dominar su partido y cómo limpiarlo bien. Sí, sí.

Pero estoy contento, comparezca quien comparezca y diga lo que diga y nombre a quien nombre. Porque parece que se hacen apuestas sobre si Rajoy dirá el nombre del Innombrable, como se hacían apuestas hace unos años sobre si José Luis Rodríguez diría alguna vez la palabra crisis, que no sé si al final la dijo.

Estoy contento porque ha bajado la prima de riesgo, o sea, que se van fiando más de nosotros; porque ha bajado la EPA; porque, según Expansión, Linde, el Gobernador del Banco de España, "allana el camino para impulsar el crédito a las pymes".

O sea, porque en España empieza a amanecer. Por favor, no me digáis que soy fascista, porque la mayoría de los españoles no saben o no se acuerdan de que esa es una frase del "Cara al sol", himno de la Falange que cantábamos en mi colegio.

Pero es que parece que está amaneciendo. Hay muchos nubarrones todavía, pero, poco a poco, avanzamos. A todos nos gustaría que fuera mucho a mucho, aunque la experiencia dice que lo que se estropea en unos años no se arregla en unos meses. Y esto estaba muy estropeado. Y aún sigue.

O sea, que paciencia y barajar, que es un “proverbio con el que se anima a otro a perseverar en un intento después de un fracaso”.

Para acabar con buen sabor de boca, una predicción: a Merkel la reelegirán en las próximas elecciones. Y mantendremos la seriedad.  

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19/07/2013   Sir Alex Ferguson y el Banco Central Europeo

Le preguntaron a Sir Alex Ferguson, entrenador del Manchester United desde 1986 a 2013, cómo hacía para ir renovando con éxito un mismo equipo a lo largo de los años, y contestó: "Es sencillo: solo hace falta ir expulsando a los estúpidos".

La receta me parece estupenda. Quizá habría que ofrecerle un puesto a Sir Alex aquí en España para que trabajara una temporada -a tiempo completo, claro- y nos ayudase a aclarar la situación.

Veo que "estúpido" quiere decir "necio, falto de inteligencia". E inmediatamente antes, el diccionario dice que "estupidez" es el "dicho o hecho propio de un estúpido".

No me salgo del tema. El BCE ha dicho que "los costes laborales unitarios han mejorado en España un 9,5% desde 1999". Miro lo que quiere decir "coste laboral unitario" y encuentro que es "el coste salarial medio que cuesta producir una unidad de producto".

Yo creo que eso del BCE se puede decir de otra manera, porque si no, alguien puede entender que, desde 1999, le han rebajado su salario un 9,5%, y que gracias a eso los productos de su empresa se han puesto en línea con los de otras empresas de fuera de España y que, gracias a eso, hemos exportado, y que, gracias a eso, su empresa va mejor y puede pagar más impuestos y, un día, no se sabe cuándo, le podrán pagar un 2% más, y se desmoralizará.

Y si, además, piensa que entonces el BCE dirá que los costes laborales unitarios han empeorado, se hundirá en la miseria, pensando que la responsabilidad de todo lo que pasa es suya. Y todo, porque un tontín, tirando a estúpido, del BCE, escribió una cosa, olvidándose de que detrás del 9,5 %, hay personas, y que las cosas hay que decirlas muy claras.

¡Qué raro habla esta gente! ¡Y qué poco saben!

Yo estoy totalmente de acuerdo en que la competitividad, o sea, "la capacidad de competir", es cada vez más necesaria. Más aún: es obligatoria.

Lo que pasa es que me parece que la capacidad de competir, se alcanza por muchos caminos:

1.- Porque yo haya inventado un producto o doy un servicio que no se le había ocurrido antes a nadie

2.- Porque fabrico un producto o doy un servicio que lo hacen muchos otros, pero tan bien como yo, ninguno

3.- Por inversiones que permitan mejorar la productividad, o sea, "la capacidad de producción por unidad de trabajo". Normalmente, esto será responsabilidad de la dirección de la empresa y lo pagará la empresa directamente, si tiene dinero en la caja, o a crédito. O hará una ampliación de capital y lo pagarán los accionistas.

4.- Por limitaciones en la remuneración de todos los que trabajan en la empresa, partiendo de la base de que "de donde no hay no se puede sacar" y sabiendo además lo de que ventas menos costo de las ventas igual a margen bruto. Y que ese margen bruto tiene que servir para pagar todo.

5.- Por limitaciones en los dividendos que se repartan los accionistas, que, como medida de prudencia, es bueno que no se lleven todo el beneficio a su casa, y dejen algo en la empresa -algo sustancioso- para que la empresa pueda hacer inversiones y no tenga que ir a la Caja de Ahorros de San Quirico a mendigar un crédito que, tal como están ahora los de la Caja, querrán que se les devuelva y que se les paguen intereses, que están incluidos en el "todo" que hay que pagar con el margen bruto.

6.- Por una correcta fiscalidad, que exige seriedad por parte de los que gobiernan (a todos los niveles, que son muchos) porque si hacen el loco y gastan más de lo que ingresan, viene Ángela y dice que hay que reducir el déficit. Y reducir el déficit se hace de dos maneras: con subidas de impuestos y con recortes. Y las subidas de impuestos pueden hacer que las empresas estén en una situación menos competitiva.

7.- Por una seguridad jurídica, sin miedo a medidas retroactivas, que te digan que la subvención que te di, ahora te la quito.

8.- Por una estabilidad política, unida a una honradez total (iba a poner “honradez política”, pero la honradez no admite adjetivos; o se es honrado o no se es). Esto hará que en Europa, o sea, en la nación a la que pertenecemos, seamos vistos como un país serio, gobernado por personas serias, que emplean sus esfuerzos en gobernar seriamente el país y no en aclarar quién se llevó dinero, dónde se lo llevó y cosas así.

9.- Por una orientación del gobierno en favor de las empresas, eso que los cursis llaman business friendly, por la sencilla razón de que las empresas son las que nos dan de comer a todos y seas friendly o no seas friendly, tienes que comer.

10.- Por una racionalización de la administración pública, para que no tengamos la sensación de que, a más administración pública, más impuestos, más trabas, más lío.

Faltan cosas, seguro, pero ya he puesto diez. O sea, que creo que nadie debería decir la estupidez de que ha mejorado la competitividad porque han "mejorado" los costes laborales unitarios, porque alguien puede entender que mejorar quiere decir solo pagar menos, que también. Habría que decirlo de un modo que los ignorantes como yo no se sorprendieran a primera vista.

Porque, dicho así, el que haya cobrado menos puede ser felicitado en el bar por haber contribuido al bien común. Y si, además, lo ha dicho el BCE, más felicitación.

Mientras va recibiendo felicitaciones, el señor ese, que no es un estúpido, puede pensar en Sir Alex Ferguson y soltar una inconveniencia al que le ha felicitado.

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07/06/2013   Buscando modelos

Los Príncipes de Asturias van al Liceo y los abuchean.

Esto sucede en Barcelona, "archivo de la cortesía", según D. Quijote. En el Liceo, que es -¿era?- un sitio culto, delicado, elegante.

Siguen las finuras: en 2014, para celebrar el día en que los partidarios de Felipe V ganaron a los del Archiduque de Austria, se organizan actos. Uno de ellos tiene el título 'España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014.)' El archivo de la cortesía seguirá deteriorándose.

La cosa empeora: en Madrid, los que algunos califican como “los mejores alumnos”, o sea, los que han obtenido el Premio Nacional de Fin de Carrera, toman carrerilla y, en un gesto de grosería, le arrancan el diploma de la mano al ministro Wert y se van corriendo sin saludarle, para que se vea que no están de acuerdo con él.

Vuelvo a Barcelona. Llego a tiempo para la presentación de Neymar en el Nou Camp. Mucha gente. Todos felices. Es un chavalico. También está muy contento. Coge el balón y le da 70 toques antes de dejarlo caer al suelo. Si no hubiera anochecido, aún seguiría, y, además, sonriendo, sin darle importancia. A mí eso me admira, porque un día, en el Colegio del Salvador, en Zaragoza, le di tres toques a un balón antes de que se me cayera al suelo, y acabé agotado.

Este chico ha venido de Brasil con sus amigos, su guardaespaldas y su novia actual en un avión privado y se ha vuelto al día siguiente. No ha traído a su hijo porque se ha quedado con su madre, otra novia que tuvo antes el mozo, que, en esto de las novias, es un ejemplo de precocidad.

Me voy a Girona. El Príncipe de Asturias, allí. En algún periódico leí cuánto cobra, pero se me ha olvidado. Recuerdo que me pareció poco. Se lo gana. Porque, con toda esta cuadrilla de zafios que se han soltado de repente por España, cuando se levanta por la mañana, debe pensar: “¿Adónde tengo que ir hoy? ¿Me abuchearán o alguno me dará la mano sonriente, como antes marcaba la buena educación?”.

También le silban. El alcalde pronuncia un discurso de los que llaman 'soberanista', pero parece, por lo que leo, que lo hace con una cierta corrección, lo cual, en los tiempos que corren, es de agradecer.

Alguna vez me han preguntado qué persona ha influido más en mi vida. Pregunta muy difícil, porque soy incapaz de decir que gracias a D. XX soy lo que soy. Yo siempre he creído que somos lo que somos gracias a nosotros y gracias a mucha gente que, a nuestro alrededor, nos ha ayudado con su manera de ser y su modo de vivir, frecuentemente sin conocernos ni enterarse de que nos estaba ayudando.

Estás agradecido a tu padre porque, con su vida, te enseñó a trabajar mucho y muy bien. Y a tu madre porque, también con su vida, te enseñó a querer. Y a un profesor del colegio para el que los alumnos eran lo principal de su vida y se quedaba trabajando horas y horas, sin mirar el reloj ni leer el convenio colectivo de Enseñanza Pública. Y a aquel actor de Hollywood de los años 40 que, cuando le preguntaron por qué tenía tan buena fama en su vida privada, contestó: “Porque mis pecados sólo se los cuento a mi confesor”.

Busco modelos para mis nietos. Mi primera impresión es que el 'mercado de modelos' está difícil.

Pero luego me doy cuenta de que hay que saber dónde buscarlos, y me voy por la calle Mandri, esa calle que en un libro llamé 'Capitalism Street', porque está llena de capitalistas: el relojero, los del bar donde desayuno, el zapatero, la ferretería, la pescadería… Personas que se han jugado su capital. Que lo defienden trabajando de sol a sol e intentando trabajar muy bien.

Ya he encontrado modelos. Ahí están. En la calle Mandri. A partir de ahora, le llamaré 'Model Street'. Ahora sólo me falta hablar con mis nietos y decirles que ahí están los modelos.

Y que el grosero del Liceo que ha silbado al Príncipe es un ceporro.

Y que el que pretende sembrar el odio entre Cataluña y el resto de España es un impresentable, aunque presuma de historiador.

Y que Neymar es un chavalico majo que, por ahora, no es un modelo para la juventud. Y que si mis nietos piensan que triunfar en la vida es venir en avión privado con sus amiguetes y la novia y dejar al hijo en Brasil con la exnovia-madre del niño, alguien les tiene que decir que eso no es triunfar. Y por si acaso no se lo dice nadie, se lo diré yo. Yo, que estoy deseando que venga Neymar, que ayude a que Messi sea el mejor jugador del mundo, que diga bona tarda a tothom”, y, sobre todo, que meta goles, a ver si así se me olvida el disgusto que tengo con el Zaragoza, que no sólo ha bajado a segunda división, sino que lo ha hecho con estrépito.

Y a mis nietos les diré también que, si un día son los mejores estudiantes de España, que, por el camino que van, dudo que lo sean, cuando vaya a darles el diploma el que sea, Wert, el que le suceda o incluso Zapatero, que el pobre nunca ha sido santo de mi devoción, le tendrán que saludar con respeto y no pegarse la chulada de salir corriendo y presumir de macho (ellas también), porque le han hecho un corte de mangas simbólico a ese señor.

Modelos, por favor, modelos, en el sentido de “punto de referencia para imitar”. Y nosotros, los mayores, que nos creemos que no necesitamos esos modelos, por lo menos, no molestar. No vaya a ser que algún chaval quiera ser como yo cuando sea mayor y yo sea un auténtico desalmado.

 

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31/05/2013   Lo dijo Machado : "Hay que quemarse la mano".

Me suele ocurrir bastante: cuando veo datos sueltos y no consigo ligarlos entre sí, me desconcierto, me siento perdido. Cuando me preguntan qué opino de tal recorte, digo que mal. Qué me parece la subida de tal impuesto, mal. Qué me parecen las protestas de los médicos, bien. Y así.

Pero contesto estas cosas sin estar muy seguro, y se me nota, porque tengo la sensación de que hablo sobre árboles diversos y no consigo ver el bosque. En mi casa de San Quirico, veo árbol por árbol, y me encantan. Viene mi amigo Esteban y dice: Aquí hay que cortar árboles”. Él ve el bosque. Yo, los árboles, a los que, a fuerza de años de crecer juntos, ellos y yo, les he cogido cariño.

Hoy estoy contento. He visto las reducciones de déficit que tenemos por delante y he leído las recomendaciones que nos hace la Comisión Europea, aunque el fantasma del comisario Almunia se me aparece repetidamente, recordándome que las  recomendaciones de los comisarios no son recomendaciones: son obligaciones, con la palabra obligacionessubrayada.

Estoy empezando a ver el bosque.

Resumiendo, el bosque consiste en:

Ejercicio 2011.- Déficit (gastos menos ingresos): 91.000 millones de euros.

Ejercicio 2012.- 70.000. (21.000 millones menos. Eso se consigue con más impuestos y menos gastos, y explica lo mal que lo hemos pasado.)

Ejercicio 2013.- 65.000. Sólo 5.000 menos, lo que quiere decir que este año será menos malo que el anterior.

Ejercicio 2014.- 55.000. Hay que reducir el déficit 10.000 millones. La cosa será dura.

Ejercicio 2015.- 41.000, o sea, 14.000 millones menos. Sigue la dureza.

Ejercicio 2016.- 27.000. Otros 14.000 millones menos. Malo, pero hemos llegado a la meta.

A mí me va bien este resumen, porque así entiendo lo que ha pasado y, a la vez, no me hago ilusiones y no digo que “ya está”.

La Comisión añade: “Lo estáis haciendo bien, pero si le echaseis un poco más de garbo y un poco más de  rapidez, no iría mal”.

Igual que, en una empresa (sigo con mis obsesiones), el que manda dice a la gente eso que repiten tanto mis nietos: “¡A ver si os ponéis las pilas!”.

Además, la Comisión Europea nos dice qué pilas nos hemos de poner. Y lo mejor es que nos dicen en qué fechas tienen que estar puestas. Porque si no, ya se sabe. Cuando en una empresa se marcan objetivos y no se marcan fechas, en vez de conseguir los objetivos se consiguen contestaciones que también he aprendido de mis nietos. Contestaciones tales como “estamos en ello”, “no te preocupes, que no nos olvidamos”, etc., que, traducidas al castellano, quieren decir que, por favor, no nos molestes, que no sabes lo bien que vivíamos antes y ahora se te ocurre venir a molestar.

Las fechas son:

La reforma laboral, en septiembre de 2013, o sea, lo que se dice “a la vuelta del verano”. Esto significa que unos cuantos tendrán que trabajar en agosto, porque los de Bruselas, como allí hace frío, no acaban de comprender esto de “a la vuelta de”. Yo pensaba que ya estaba hecha la reforma laboral. Pero los de Bruselas recomiendan (o sea, mandan) que se trabaje más en ella, aunque nos exhortan a que esperemos a ver qué dice la OCDE, a la que ha recurrido el Gobierno para evaluar lo hecho hasta ahora.

En diciembre de 2013, la reforma de las pensiones, que no se aguantan, porque ahora hay 1,9 personas trabajando para cada pensionista, con tendencia a empeorar.

En diciembre de 2013, un conjunto de 'Varios', muy serios:

La Ley de Garantía de la Unidad de Mercado, para eliminar trabas burocráticas entre comunidades autónomas. (Aquí habrá gritos de “¡recentralización!”, pero la vida es así, majos).

La Ley de Apoyo al Emprendedor. Por cierto, a ver si le perdemos el miedo a llamarle empresario, y nos ocupamos del emprendedor actual y del que emprendió hace años, dio trabajo, y sigue dándolo, a los padres de los emprendedores actuales, que se han jugado todo su patrimonio, y que tienen 55 años y que si se queda en la calle, se queda en la calle. No como el emprendedor joven, que si se queda en la calle, se va a casa de sus padres.

Déficit de tarifa de las compañías eléctricas. Otro huerto. Cuando voy al hotel Los Galgos, en Madrid, suelo cenar con un amigo, directivo de una eléctrica, que me lo está explicando. En cuanto lo entienda, escribiré un artículo.

En marzo de 2014:

Reforma fiscal. Bruselas dice que hay que darle un repaso porque la relación ingresos tributarios/PIB es “una de las más bajas de la Unión Europea”. Yo siempre había pensado que nos freían a impuestos, pero estos dicen que no.

- Examen sistemático de las mayores partidas de gasto de la Administración.

- Evaluación de proyectos de infraestructura.

Desindexación del gasto público. O sea, que si yo soy un empleado público y tengo un sueldo y, hasta ahora, todos los años se actualizaba con la subida del IPC, se acabó la actualización y a rezar para que el BCE siga controlando la inflación, porque, de lo contrario, voy a pasar hambre.

Distintas medidas en la sanidad, muy importantes, como el copago, centralizar la adquisición de productos farmacéuticos (más gritos de ”recentralización!”) y otras (digo “otras” no porque las desprecie; es que no sé cuáles son).

Supongo que me dejo cosas, pero como muestrario de lo que tenemos que trabajar no está mal. Tengo que aclarar que todo esto no lo impone Bruselas, o mi querida Angela Merkel. Lo exigimos los europeos, porque queremos que Europa sea así: un conjunto de países, desiguales, formando un todo. Y estamos yendo al “todo”.

¡Vaya revolución! ¡Qué bonita! ¡Y con fechas! ¡Y Rubalcaba y Rajoy se han puesto de acuerdo! ¡Y Felipe González también!

Sigo copiando de mis libros. En el último puse un epílogo, del que reproduzco unos párrafos:

“A España, le vamos a dar la vuelta como un calcetín. Parafraseando unas declaraciones que hizo un político hace unos años, a España 'volverá a reconocerle la madre que le dio a luz'". (Ya sé que no lo dijo exactamente así, pero, dicho de esta manera, me parece más educado).

Y parafraseando algo más bonito, acabo repitiendo a Antonio Machado: "Creí mi hogar apagado y revolví la ceniza… Me quemé la mano".

Nuestro hogar no estaba apagado. Nos habíamos distraído un poco y se había cubierto de ceniza. Pero tenemos que quemarnos la mano.

Esto tiene buena pinta.

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24/05/2013   Como una Empresa

Yo siempre he pensado que dirigir un Gobierno es como dirigir una empresa. Pero como mucha gente dice que no y pienso que ellos saben, no lo digo muy alto, para que no me tachen, una vez más, de ignorante.

Lo que pienso es muy simple:

En la empresa hay un número uno, con el nombre que queráis: presidente ejecutivo, CEO, consejero delegado, director deneral…

En el Gobierno hay un señor que dirige, cuyo título es ese: presidente del Gobierno.

Si yo soy accionista de la empresa de la que estoy hablando, exijo al responsable que la dirija bien. En este caso, que el precio de venta de lo que vende sea mayor que el coste, y que esa diferencia sirva para pagar todo lo que haya que pagar, y, una vez liquidados los impuestos, yo pueda llevarme algo a casa y dejar el resto en la empresa, para  que no se descapitalice. Una empresa, así, va bien.

Es posible y frecuente que esa empresa necesite que los bancos le presten dinero. Los bancos, o la familia o los amigos de los accionistas, que se fían del responsable y le prestan dinero. (Cuando Ruiz-Mateos necesitó dinero, mucha gente se fió de él y se lo prestó. Luego, la cosa no salió bien, pero como ejemplo, sirve).

La empresa controla la deuda, porque habrá que devolverla algún día y, además, habrá que pagar intereses; y, si se debe demasiado, las cosas pueden estropearse para la empresa, para sus empleados, que pueden irse a la calle, y para mí y otros como yo, que hemos puesto dinero allí.

El que dirige la empresa la organizará de algún modo, siempre en función de lo que quiera conseguir: si quiere exportar pondrá un director de exportación, si quiere que los sistemas y los procesos funcionen bien pondrá un director de eso, etc. Si la empresa tiene muchos productos y mercados distintos, descentralizará. Si es al revés, centralizará. Pero siempre, cuando descentralice, procurará que haya una filosofía común y que todos se sientan partes de un todo y no versos sueltos que, al fin, ni poema ni nada.

Esto de la organización puede tener un problema. Lo he contado alguna vez. Cuando yo trabajaba en el IESE, asistí a una clase que daba otro profesor. El tema era Estructura de Dirección. El profesor fue dibujando en la pizarra un organigrama lleno de cuadritos. Dibujando y dibujando, llenó la pizarra. Y preguntó: “¿qué os parece esta estructura para la empresa que estamos estudiando?”. Hubo intervenciones de todo tipo. Uno de los asistentes se fijó en la figura del director general y dijo: para dirigir una empresa con esa organización hay que tener carisma”. En aquel momento, otro, que normalmente estaba callado y que parecía que no se enteraba, dijo:¡'carisma, carisma´ es esa organización, con tanta gente mandando!”.

Todos nos reímos. Él, no. Porque quizá no sabía lo que era carisma y entendió que se hablaba de que la organización era carísima, pero nos estaba transmitiendo un mensaje muy serio: como montemos una organización con cientos de cuadritos y, dentro de cada cuadrito, una persona que cobre su sueldo, los gastos fijos serán enormes y como los gastos fijos se pagan con la diferencia entre lo que se vende y lo que cuesta lo que se vende, o subimos precios o bajamos costes… O bien, cambiamos la estructura y nos dejamos de fantasías, que los tiempos no están para fantasías.

Exijo al que dirige mi empresa que haga equipo, porque un reloj con unas agujas preciosas, que cada una decida ir por su cuenta, la grande para adelante, la pequeña para atrás, etc., hará muchas cosas y muy bonitas, excepto una: dar la hora.

En España somos unos cuantos millones de accionistas que hemos elegido a unos señores para que nos gobiernen. Hemos elegido a estos porque nos parecía que lo harían mejor que los otros. Y se han puesto a trabajar, hace un año y medio, más o menos.

La situación es complicada, como le ocurre a cualquier empresa que tiene mucha competencia, que tiene algún producto que ya no se vende porque se ha pasado de moda, etc.

El director general de mi empresa, a la que podíamos llamar España, Inc., nombre nada original que ya se les ocurrió a los japoneses hace tiempo, intenta poner en orden las cuentas, que el anterior director general se las dejó un poco liadas.

Poner en orden siempre es doloroso, porque a todos nos gusta un poco la jarana, que es muy divertida, pero que luego hay que pagar.

Y, además, resulta que la empresa no es independiente. Es una filial de una multinacional, y, por mucho que grite el Director General, se calla cuando habla el Presidente de la multinacional.

En la empresa, el director general lucha por formar equipo, y, además, por intentar sacar de todos lo mejor que llevan dentro, porque un equipo cohesionado e ilusionado funciona mejor.

Si el director general tiene un consejo de administración por encima de él, al que tiene que rendir cuentas, es bueno que también el consejo forme un equipo cohesionado, porque si cada uno va a la suya, suceden dos cosas: que acaban no pensando en la empresa, sino en sí mismos, y que le vuelven loco al director general, que se pasa el día templando gaitas en vez de hacer lo que tiene que hacer: vender y ganar dinero.

Hace años, yo estuve en un consejo en el que había dos bandos: los buenos (nosotros) y los malos (ellos). La cantidad de tiempo que perdíamos preparando planes para arrollar al equipo contrario hacía que se nos olvidara para qué estábamos allí.

Y cuando se olvida una cosa tan importante, los accionistas y los empleados tienen derecho a insultarte, porque lo que estás haciendo es una injusticia.

Si el director general anterior sigue yendo por la empresa porque es amigo del portero del edificio y le sigue dejando pasar, y en vez de sonreír a todos, tomarse un café con uno, cotillear un poco -lo justo- con otro e irse al cabo de 15 minutos, se dedica a distraer a todos y a decir que antes, cuando él estaba, qué bien iban las cosas, mientras que ahora, que no está, qué mal van las cosas, un día se encontrará con que han cambiado de portero y que el nuevo portero del edificio tiene una lista de personas non gratas, encabezada y finalizada por él, porque non grato sólo hay uno, él, y que le piden por favor que se vaya a tomar café al bar de enfrente, donde tiene todo pagado.

Nuestra empresa, España, Inc., está en una situación difícil. Como todas. Nos han despertado de un sueño, que era eso: un sueño.

Y cuando te despiertas de un sueño, en el que todo era de color de rosa y te casabas con la guapa, resulta que descubres que todo sigue siendo como siempre, o sea, gris rosáceo, y que no te casas.

Ahora, el consejo de España Inc. tiene que apoyar al director general.

Y los accionistas, también. Hubo accionistas, muchos, que no le eligieron, pero lo de la democracia tiene esas cosas: que unas veces ganas tú y otras veces gana el otro.

Dicen que el Estado es diferente de la empresa. Puede ser, porque en una empresa no se toleraría la rebelión de los empleados, varones o hembras, exigiendo cada uno sus derechos y olvidando alguna obligación que otra. No se admitiría que hubiera uno -he dicho uno, no dos o tres: uno- que metiera la mano en la caja y si hubiera uno -he dicho uno- en esa situación, primero se le echaría a la calle y luego se discutiría si el despido era procedente, improcedente o mixto. Y la discusión se podría alargar lo que se quisiera. Pero el tipo ese, a la calle.

En España, Inc. tenemos deudas, casi un millón de millones, como lo que producimos. O sea, somos una empresa que produce un millón y debe un millón (de millones, claro). Pues ya se ve que igual nos podemos endeudar más, pero que mejor que no.

¿Bajar los impuestos? Me encantaría, porque si bajamos los impuestos, las empresas se animan, empiezan a trabajar, a ganar dinero y los impuestos se reaniman, porque hay más empresas pagando.

Me parece fenomenal, pero no sé si podemos, porque si bajan los impuestos, bajan hoy y si se recuperan las empresas, es mañana y de hoy a mañana ha aumentado el déficit, y lo que hemos ganado lo perdemos, y hay que financiar ese déficit unos meses, o algún año que otro. Y más recortes, y más deudas, no, por favor.

Sigo con mis ideas fijas. La Administración pública, el modelo de Estado, el comportamiento de la Administración central y de cada una de las 17 comunidades autónomas más Ceuta y Melilla. Veo que poco a poco van metiendo la tijera. Lo de los ayuntamientos pequeños, quitándoles competencias para dárselas a las Diputaciones, me parece un procedimiento para resucitar a estas últimas. Igual será bueno, pero tampoco estoy seguro. Es que no estoy seguro de nada.

Y de ahí deduzco que Rajoy y sus ministros tampoco están seguros de nada. Ni la oposición. Ni los partidos periféricos, que gritan, mientras sus autonomías siguen viviendo del FLA, o sea, de los 'hispabonos'.

Y por eso, pienso: ¿por qué no dejamos dirigir España a los que hemos elegido para dirigir España?

José María Aznar siempre me ha caído muy bien. Ana Botella, su mujer, alcaldesa de Madrid, aún me cae mejor. Pero Ana, por favor, dile a José María que ahora no es el momento de hablar. Que seguro que, si volviera, lo haría bien. O no. Como todos. 

Que lo estamos pasando mal, sí. Que esto no es la 'purga Benito', también. (Te purgas y ya está). No. Esta es una purga dolorosa y larga. Pero dejemos que gobierne el que gobierna, que para eso le pagamos el sueldo. Es verdad que todos llevamos un seleccionador nacional dentro. Todos sabemos a quién hay que poner en el equipo nacional. Pero, al final, el único responsable hoy se llama Vicente del Bosque.

Pues hoy, el único responsable se llama Mariano Rajoy, que está emparedado entre la presidenta de Europa, Inc. y los accionistas de España Inc.

Me parece muy bien que la oposición se oponga, que para eso está. Con cabeza, como es natural, porque muchas veces  las oposiciones se oponen sin cabeza y dicen tontadas.

Pero que se opongan los de tu familia, y, además, en público, me parece muy triste. Porque no ayudan nada. Porque si te callas, los periódicos dicen que Rajoy se muestra indiferente con Aznar”.

Y como los de tu equipo también hablan, en seguida la hemos liado y vuelve a estar en marcha ese gallinero que es cualquier partido político que se precie. (No sé de qué se precian, pero se precian).

Empecé el artículo hablando de si el Gobierno de un Estado era como el de una empresa o no. Sigo sin aclararme. Pero, mientras me aclaro, he llegado a dos conclusiones:

1.- El Gobierno del Estado tiene mucho que aprender del gobierno de las empresas

2.- El gobierno de las empresas no tiene nada que aprender del Gobierno del Estado.

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17/05/2013   Profundizando en la mina

Desayuno con mi amigo de San Quirico. Viene sonriente, con un fajo de servilletas que trae de casa. Todas escritas. Como en los viejos tiempos. Nos preguntamos por las familias y me dice: anem per feina”, o sea, a trabajar.

Deja de sonreír. Dice que no le gustó mi artículo de El Confidencial de la semana pasada, el que titulé Este Papa es una mina. Que me fui por las ramas, que me quedé en los gestos, que no profundicé, que no me mojé.

Yo pensaba que, cuando un católico habla del Papa, se moja siempre. Porque los Papas que yo he conocido, o sea, ocho, desde Pío XI al Papa Francisco, han sido exigentes; me han apretado; me han recordado cosas que quizá sabía pero que, con las prisas, se me habían quedado en el baúl de los recuerdos; me han animado a ser mejor persona, a ayudar a los demás, y, sobre todo, me han repetido muchas veces que ser católico no es nada cómodo y que el católico que no se sienta exigido, o es sordo o el que se lo tenía que recordar se ha dedicado a otras cosas.

(De vez  en cuando, me salen unos párrafos larguísimos que desafían las reglas de la sintaxis. Para colmo, acabo de leer una novela de un autor americano que escribe parrafadas mucho más largas que las mías y me ha estropeado el estilo un poco más todavía).

Mi amigo coge la primera servilleta. Es de color rosa. Allí tiene una lista de los que él dice que son los temas urgentes en la Iglesia de hoy: la ordenación de las mujeres, la democracia en la Iglesia, la Comunión a los divorciados, la identidad del sacerdote, el celibato, los curas pederastas…

Una vez más, este hombre me arrolla. Porque si en un desayuno con jamón ibérico, pan con tomate, vino y Cardhu (hemos vuelto a las viejas costumbres, que yo añoraba), en un desayuno, digo, yo fuera capaz de resolver todos los problemas de la Iglesia, no estaría en este bar. Estaría en Roma hablando con el Papa y rodeado de cardenales que, cuidadosamente, irían tomando nota de la sabiduría que el Espíritu Santo fuera sacando por mi boca.

Se lo advierto. Le digo lo del Papa y los cardenales, y se ríe. Me dice que no pretende que resuelva todo. Que no va a sacar hoy todos los temas que tiene anotados en las servilletas que lleva. Que lo de hoy es un precalentamiento porque ya sabe que me coge desentrenado. Menos mal.

Que él creía que tenía las ideas claras, pero que le parece que hay lío entre los católicos, lo cual yo creo que es normal, porque si vivimos en un mundo en el que el lío se ha asentado cómodamente, los católicos, que forman parte de ese mundo, forman parte de ese lío. Y mi amigo añade que le gustó mucho el rechazo de Benedicto XVI al relativismo moral (o sea, lo del todo vale, todo es opinable), pero que cuando él esperaba la continuación, el Papa va y renuncia. Pero hombre, ¡¿a quién se le ocurre?!”

Cuando coge carrerilla, a mi amigo no le para nadie y hay que dejarle hablar hasta que se le acaba la gasolina. Ahora dice que el trabajo del Papa debe ser difícil, porque si a mí me cuesta que me obedezcan los 6 empleados que tengo en la empresa, lo de este señor debe de ser para volverse loco”. Acaba de leer que hay 1.200 millones de católicos, cada uno con sus cosas, o sea, unos obedeciendo lo que el Papa dice, otros obedeciendo más o menos, otros no obedeciendo nada por aquello del progresismo, otros criticando, alguno calumniando, etc. Y mi amigo, que es como es, o sea, hombre de ideas claras,dice que en el Madrid, Mourinho al que le critica lo deja en el banquillo o lo manda a la grada y que él piensa que el Papa debería hacer eso. Y si esos que critican, etc., se van del equipo, que los fiche el Barça, pero que no la líen.

Como ya estoy acostumbrado, entiendo las metáforas de mi amigo, con las que, además, estoy completamente de acuerdo. Le hablo de la paciencia que hay que tener, porque si en su empresa empezase a echar a todos los que ponen algún pero, igual se quedaba solo.

¡Nunca lo hubiera dicho! Mi amigo saca otra servilleta, esta vez blanca, y lee un párrafo que me asegura que es de un Papa reciente, pero que no lo copió textualmente. Párrafo que viene a decir que si el número de católicos baja porque la gente no quiere jugar en el equipo en el que jugaba hasta ahora, que fiche por otro. Como no me dice el nombre del Papa ni de dónde ha sacado la cita, no concreta más. Pero la idea la tiene clara.

Como siempre que cree que tiene razón, habla en voz muy alta. El camarero que nos atiende mira al jefe y no sabe si subir mucho la tele para disimular lo que mi amigo grita o bajarla del todo, para escucharle bien, que estoy convencido de que es lo que le apetece.

Una vez más, mi amigo de San Quirico me ha vuelto a engañar. Porque empieza amenazándome con una lista de cosas gordas para luego acabarfocalizando (me parece que ahora se dice así) todo en un punto: que lo de obedecer al Papa a veces es difícil, porque se trata de obedecer por dentro”.Y todos somos mayores y sabemos mucho y algunos hasta somos muy demócratas y pensamos por nuestra cuenta y…y…y… Y nos preguntamos por qué va a venir un argentino a recordarnos lo que está bien y lo que está mal.Y lo peor es que ese argentino va a decir, en lo fundamental, lo mismo que el alemán anterior, que el polaco de antes, que el italiano de más antes… Que esta gente no cambia.

Y cuando ves que esta gente no cambia a lo largo de los siglos y que lo que ha cambiado es decir que la misa también se puede celebrar en catalán, hay que plantearse lo que le ha planteado Zubizarreta a Valdés: Oye, ¿te quedas o te vas? Si te vas, haz lo que quieras. Puedes fichar por el Madrid, el Olympiacos o incluso el Zaragoza, que ya tiene dos porteros buenos, Roberto y Leo Franco. O sea, que te expones a ser el tercero. Pero déjanos en paz, sin tantas elucubraciones. Si te quedas, ya lo sabes: tienes que ponerte la camiseta que te digan, con la publicidad que te digan, y con los colores que a Nike le parezcan bien. Y, además, tendrás que besarla de vez en cuando, para que te vean. Y, a fuerza de besarla por obligación, un día la besarás por devoción”.

Todos los que están en el bar se han quedado en silencio. Alguno toma notas. En una servilleta, claro. El  camarero ha apagado totalmente la televisión. Mi amigo acaba su perorata, me mira, se guarda las servilletas en el bolsillo y dice: Otro día continuaremos. Por ahora, lo tengo claro. Me quedo. Y, además, me quedo porque me da la gana. ¿Pasa algo?”.

Paga, porque dice que hoy le toca a él, y nos vamos. Le veo irse andando a su empresa. Y pienso: Yo también me quedo”.

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10/05/2013 Este Papa es una mina

Cuando sale al balcón de San Pedro el día de su elección, alguien le dice que se ponga la muceta roja porque hace frío, y, muy amable, le contesta: "Póngasela usted".

Decide vivir en un hotel en lugar de hacerlo en los aposentos papales, cosa que supongo que no les habrá gustado a los responsables de su seguridad.

En una homilía casera (una de las que pronuncia en su Misa diaria en ese hotel), dice algo así como que no ve claro el Banco Vaticano y luego se ríe, al advertir que están presentes unos cuantos del Banco. (Que sonríen por educación.)

A los pocos días se reúne con las Superioras Generales de Órdenes Religiosas y anima a las monjas a que se consideren madres y no solteronas.

Va a Santa María la Mayor, se encuentra con un cardenal que no tenía que estar allí y le dice que se vaya.

Le invita a cenar a un amigo mío que está unos días en Roma trabajando.

Me cuentan que se sorprendió al enterarse de que un guardia suizo se había pasado la noche vigilando en la puerta de su habitación y que le hizo sentarse "porque yo soy el Papa" y le trajo un bocadillo.

Gestos. Estilo. Cercanía. Soplo de aire fresco, en un momento en que el aire fresco se agradece.

Porque el aire está un poco sucio. Porque lo que se lee y se respira no anima.

Iba a decir "porque la gente está como acurrucada en su casa, esperando que escampe, y no escampa".

Yo creo que sí está escampando y que, poco a poco, vamos saliendo del túnel. Veo que hay gestos. Cuando Mariano dice que habla con Alfredo más de lo que parece, me lleno de alegría, porque no acabo de entender por qué hay que estar siempre con cara de que te has tragado una escoba. Cuando se muere alguien y los adversarios políticos van a su entierro y dicen cosas buenas de él, pienso que estamos en el buen camino.

Cuando veo que el Banco de los Alimentos sobrepasa sus objetivos, me parece una maravilla. 

Necesitamos soplos de aire fresco. Necesitamos gente que sonría. Que sonría y que haga más cosas, por supuesto, que hay que ver lo que sonreía José Luis cuando estaba en la Moncloa y hasta esta tarde no había yo conseguido descubrir que hubiera hecho algo bueno. Pues estaba equivocado, porque hoy, en la estación de tren de Toledo, he visto una placa en la que dice que presidió la inauguración de la línea de alta velocidad Madrid-Toledo. Algo es algo. Se llega en media hora.

Todos hacemos cosas buenas. Me parece que he contado alguna vez lo que me dijo un exministro socialista: "Mira, Leopoldo, mal no lo quiere hacer nadie". Pues es verdad. Lo que pasa es que, queriendo hacer las cosas bien, a veces patinamos. Todos.

Escribo esto en el AVE de Madrid a Barcelona. Se me acerca un chaval al que no conozco. Me saluda muy cariñoso. Lo de salir en la tele hace que la gente se te acerque y te sonría. Me explica a qué se dedica y, en voz baja, me dice que nunca había tenido un año tan bueno como este y que está "currando" como nunca. Y que, además, se divierte como nunca.

Otro soplo de aire fresco

. No sé si es que hoy tengo un día bueno o es que lo del Papa me ha animado.

Por si acaso, le doy las gracias.

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03/05/2013 El cepillaje y otros misterios de la economía actual

Todos se han puesto de acuerdo: hay que crear empleo. La cifra de personas de la última EPA es escandalosa.

Los partidos políticos, nerviosos. Los sindicatos, nerviosos, "buscando su papel", o sea, en plena crisis de identidad. Los empresarios, diciendo a los partidos que se pongan de acuerdo. Los bancos, callados.

Esteban González Pons ha dicho que "el empleo lo crean los empresarios, no los políticos". Rajoy ha dicho que su objetivo prioritario es que fluya el crédito.

Y me pongo a pensar, cosa que, en confianza, me cuesta un poco. Y pienso lo siguiente:

1. El empleo lo crean las empresas.

2. Estas empresas pueden ser grandes o medianas o pequeñas.

3. También pueden ser públicas -o sea, en parte mías- o privadas, o sea, en parte mías, si es que he puesto dinero allí.

4. En las empresas hay dos niveles:

-El nivel del que se juega su dinero, o sea, el empresario. Como la palabra "empresario" empezó a sonar mal, porque a unos cuantos se les ocurrió que todos los empresarios eran muy mala gente, ahora les llamamos emprendedores, hasta que a alguno de ellos le vaya muy bien y le volvamos a cambiar el nombre.

-El nivel de los que el empresario contrata porque él no puede o no sabe hacerlo todo. 

Los empresarios y los empleados son necesarios en un país. Mucho más los empresarios, claro, porque son los que tienen ideas, se juegan sus perras y contratan gente. Lo que ahora se llama "crear puestos de trabajo".

5. Leo en La Vanguardia a Manuel Estapé, que dice: "Y como es bien sabido, si las pymes no funcionan, no se crea empleo".

6. Pues si esto es así, que me parece que es así, y además "es bien sabido", habrá que decir a los que no lo sepan que todo lo que se haga para ayudar a las pymes será bueno para un país.

7. Y, puestos a ayudar a las pymes, yo ayudaría también a las no pymes, por lo que ha dicho González Pons.

8.  "Ayudar" quiere decir ayudar, o sea: no poner trabas, no hacer que el empresario pierda el tiempo y los dineros en el paso de ventanilla a ventanilla, hacer que el empresario sea una figura respetada y puesta de ejemplo, como lo son, por lo menos, Messi o Ronaldo.

9. El empresario pone su dinero y, con frecuencia, necesita más. Como es una persona honrada -porque si no lo es, no es empresario, sino facineroso-, va a un banco, le expone sus necesidades, le explica sus planes; el banco, por su parte, estudia el tema y le alquila el dinero, cobrándole unos intereses, porque ese es su negocio.

10. Si el empresario no es de fiar o si presenta un plan que no se aguanta ni con tirantes de acero, el banco no le alquila el dinero, cosa que me parece de puro sentido común.

11. Si el banco encuentra un procedimiento para, sin ningún riesgo, ganar más dinero, al empresario le dirán que no, o le exigirán tantos avales que no podrá conseguirlos. Se oirá entonces la famosa frase de que "falta demanda solvente", en vez de decir que prefiero prestárselo al Estado, que, en principio, no puede hundirse.

12. Cuanto más dinero necesite el Estado, peor aún. Esto se llama crowding out, como se podía llamar de otra manera. Y si queréis, hasta le podemos llamar flight to quality, porque el banco piensa que el Estado tiene más quality que el desgraciado del empresario y que del empresario, lo mejor es flight, o sea, volar muy lejos.

13. El Estado gasta mucho por muchas razones. Por ejemplo, porque está organizado de una manera carísima. Por ejemplo, porque alguno de los que mandan en alguna Administración de las que conforma el Estado puede pensar que necesita mucho asesoramiento y contrata muchos asesores. Por ejemplo, porque ese que manda, que, por cierto, es empleado y no empresario, tiene una familia muy extensa y se siente en la obligación de darles de comer a todos y se inventa unos empleos falsos que paga con dineros reales (nuestros).

Hay que crear empleo. Ya vale de austeridad. Sólo una pregunta: ¿quién pone el dinero? Si son los empresarios, habrá que ayudarles con todo lo que he dicho hasta ahora y con más cosas que seguro que se me han olvidado. Si es el Estado, habrá que preguntar de dónde lo saca y cuánto le cuesta el alquiler, por aquello de que los intereses aumentan el déficit y eso trae recortes e impuestos.

Antes de sentarse por primera vez en su despacho en Roma, Letta, el nuevo primer ministro italiano, ha visitado Bruselas, Berlín, París y Madrid, por este orden, para que quede claro quién manda y quién no manda.

A mí me gustaría que, después de las visitas, todos recordaran y acordaran que:

1. Vamos hacia Europa. "Europa es nuestro viaje", ha dicho el italiano. Preocupaciones de cesión de soberanía, ninguna, porque la cedimos hace tiempo.

2. Cada Estado se ha de poner guapo para ser un miembro presentable en los futuros (y deseables) Estados Unidos de Europa.

3. Guapo quiere decir serio, responsable, no alocado, sin pensar que uno es rico, dándose cuenta de que no se puede hacer el tonto en materia económica, porque lo económico repercute en lo no económico. O sea, si tú te gastas mi dinero y yo no puedo comer, un día me enfado y digo dos tacos.

4. La guapeza exige valentía. En las películas del Oeste, que a mí me gustaban mucho cuando iba al cine Actualidades en Zaragoza, el bueno siempre era guapo y valiente. Y siempre salvaba a la chica, cargándose a quien hiciera falta.

Mariano: ¿por qué no te animas a ser el guapo-valiente y te metes a cepillar a fondo la Administración Pública, o sea, la central, la autonómica y la pueblerina, y te cargas lo que haya que cargarse y rompes lo que haya que romper y al barón que se queje le quitas el caballo, le mandas a su pueblo andando y le quemas el rancho?

Y luego nos dices lo que nos ahorramos y se lo das al ICO y el ICO a las empresas y no necesitamos pedir dinero al BCE ni fabricarlo, porque resulta que ya lo teníamos en casa.

P.S.

Este último párrafo seguramente no se sostiene ni con alfileres. Lo iba a quitar para evitar que me desprecien los que saben. Pero lo dejo, porque, con desprecio o sin desprecio, hay dos cosas claras:

1. Que con la desorganización política actual tiramos el dinero que no tenemos de mala manera.

2. Que las empresas necesitan precisamente ese dinero.

He hecho un silogismo juntando las dos cosas y me ha salido el último párrafo. ¡Qué le vamos a hacer!

 

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26/04/2013   6 x 3 = 18

Me llaman de Aragón Radio para pedirme mi opinión sobre la situación actual de mi equipo, el Zaragoza.

Yo de fútbol sé muy poco, aunque mi padre me empezó a llevar al viejo campo de Torrero, que era donde jugaba el Zaragoza antes de que se estrenara el viejo campo de la Romareda, cuando los entrenadores no sabían nada de tácticas, excepto que tu equipo tenía que meter más goles que el otro.

Los que me llaman de Aragón Radio sí saben, y por eso orientan muy bien la conversación, dividiéndola en dos partes: la deportiva y la económica. Como el fútbol es un negocio vulgar y corriente, si lo deportivo va mal, lo económico va peor. Lo mismo hubiera pasado en Sastrería La Confianza si, por descuido o por trabajar mal, hubiéramos puesto a la venta chaquetas con tres mangas.

Lo deportivo está feo. No hace falta más que ver la clasificación. Cuando estás el último y en 32 partidos has sacado 27 puntos, o sea, 0,84 puntos por partido, eso quiere decir que casi has empatado todos los partidos, porque si los hubieras empatado del todo tendrías 32 puntos.

Lo económico está mal, porque cuando hay concurso de acreedores la cosa no anda fina.

Discutimos durante un rato las distintas posibilidades de salir adelante: desde buscar un jeque árabe o un ruso oligarca que compre el equipo hasta que se lo quede la Diputación General de Aragón, por aquello de que, como el Zaragoza es de todos, todos pagamos las bobadas de algunos.

Cuando estamos en plena discusión, a uno se le ocurre hacer unas cuentas muy simples: si tenemos 27 puntos y ganamos los 6 partidos que faltan conseguiremos acabar la Liga con 45 puntos y nos ponemos casi en Champions.

Lo de la Champions es una exageración loca, pero me quedo con la idea de que en 6 partidos hay que conseguir 6x3=18 puntos.

Ese es el objetivo. Ese es el número que hay que saberse de memoria. Y no hay que distraerse, no hay que hablar de otra cosa. 

Escribo este artículo media hora después de que salga la Encuesta de Población Activa.

6.202.700 personas sin empleo. Otro objetivo. Otro número que hay que saberse de memoria. Y como los del Zaragoza con 6x3=18, en este objetivo tampoco hay que distraerse, no hay que hablar de otra cosa.

Pero ni el 6x3, ni la mejora de la EPA, se consiguen sin hacer muchas cosas. 

Parece que empiezan a atisbarse noticias que difuminan un poco los nubarrones negros, pasándolos a gris oscuro.

1. La prima de riesgo está baja, hoy en 305. O sea, que la gente que nos presta el dinero se fía más de nosotros y nos lo presta más barato.

2. El Gobierno hizo los Presupuestos Generales del Estado, contando con una prima de riesgo de 360. Eso hizo que, en la parte de la derecha, donde se suelen poner los gastos, calcularon los intereses en función de los 360. Como ha bajado la prima, bajan los intereses, baja el déficit, y hacen falta menos subidas de impuestos y menos recortes. Podemos respirar un poco menos mal.

3. El Banco Central Europeo, que presta el dinero a los bancos al 0,75 %, lógicamente bajará ese interés al 0,5% en la próxima reunión (mayo o junio). Tampoco es que esa rebaja sea como para echar cohetes ("cuetes", dicen en Aragón), pero menos da una piedra. 

4. Para las empresas grandes tendrá la ventaja de que se podrán financiar más barato.

5. Las empresas pequeñas -¡ay pobrecicas!- algo notarán. 

En Expansión acabo de ver que el Gobierno español está pidiendo al Eurogrupo "nuevos incentivos para que la banca aumente el crédito a las pymes". Me gusta mucho. A ver si se les ocurren pronto los incentivos, porque si nos quejamos de la EPA, y las entidades financieras colaboran activamente a la EPA con los cierres de oficinas, con las preferentes, con los despidos multitudinarios y con no dar crédito a las empresas, o darlo en unas condiciones que mejor que no te lo den, la economía real nunca echará a andar.

 Por cierto, me pone nervioso lo de la economía real, porque pienso que la "otra" debe ser la irreal. Lo malo es que, a fuerza de irrealidades, los reales lo pasan muy mal.

6. Sigo con los atisbos. Bruselas nos da otro respiro, flexibilizando los objetivos de déficit. Este año tendremos que llegar a 63.000 millones. Como el año pasado pasamos de 91.000 a 70.000, bajar este año a 63.000 me parece facilísimo.

Soy muy amigo de Javi Nieves, de la Cope. Es un presentador fenomenal. Hoy jueves ha dicho que este año está perdido. Javi, no estoy de acuerdo. Este año será duro, como el pasado y como el anterior, pero los atisbos son los atisbos. Y en el Diccionario veo que atisbar quiere decir vislumbrar, o sea, "ver tenue o confusamente". Y estoy vislumbrando.

Pero, por favor, los que mandáis en este país: no os distraigáis, que solo tenéis que tener una obsesión y un número en la cabeza: 6.202.700.

O sea, 6x3. Como el Zaragoza.

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19/04/2013 Artur, Artur

Artur Mas afirma que hay operaciones montadas "para intentar cargarse símbolos de nuestro país". Y pone en la lista de símbolos a Carrasco i Formiguera, asesinado por "católicos que después entraban en las iglesias bajo palio"; al president Macià, que me parece que se murió en la cama, y al president Pujol, mi vecino de Barcelona, feligrés de mi parroquia, que entra en la iglesia como yo, o sea, sin palio, a pesar de estar sometido a "una suerte de desgaste por el veneno de la difamación".

Conozco a Raimon, hijo de Carrasco i Formiguera. Es todo un señor. Sólo tiene un defecto: que es del Barça, y después del 0-3 que le metieron el domingo pasado al Zaragoza, le miro con un cierto resquemor.

No sé si a Raimon le hará mucha ilusión que le comparen con los Pujol Jr. -hijos todos de "símbolos", según Artur-, porque hay hijos e hijos.

Y yo, puesto a ser símbolo, preferiría tener un hijo con buena fama que otro con la ITV a punto de pasar y otro al que su exnovia le recuerda lo de las bolsas de dinero y otro al que le gusta viajar a las islas del Canal.

Menos mal que, a veces, Artur discurre con la cabeza, como discurría antes, cuando no era más que un señor normal. Quiere independizarse, pero no del todo. No me refiero al dinero que recibe de Madrid para pagar nóminas, farmacias y así. Me refiero a que, de un plumazo, y quasi in occulto, o sea, disimulando, silbando y poniendo buena cara, ha renunciado a pedir la anexión de Cataluña Norte, o sea, de Rosellón, Conflent, Vallespir, Capcir, Alta Cerdaña y Fenolleda. No sé cuánta gente vive allí ni qué superficie tiene esa zona, pero seguro que es más que la Franja de Ponent.

Y esto lo ha hecho porque quiere conseguir una mejor relación diplomática con París, ya que con Madrid no hay manera de ponerse de acuerdo, porque, ni con entrevistas en secreto ni con entrevistas sin secreto, consigue sacarle a Rajoy de esa manía suya de respetar la Constitución.

Lo malo de esto es que está dejando a gente sin empleo. Ha disuelto Convergence Démocratique de Catalogne, donde alguno cobraría algún sueldillo, y está intentando convencer a ERC de que haga lo mismo con su organización en Francia. A este paso, y para seguir mejorando las relaciones diplomáticas con otros países, es capaz de cargarse embajadas catalanas. ¡Y hala paro!

Como las relaciones diplomáticas con el resto de España no las quiere arreglar, se le ha ocurrido montar un Consejo Asesor para la Transición Nacional.

A mí, los socialistas me dan algún escalofrío que otro, porque cuando oigo la palabra "socialista" me sale otra inmediatamente: "Zapatero". Y aunque al buen José Luis los socialistas le tienen bien guardadico para que ni hable ni haga nada, aún me pongo nervioso cuando lo recuerdo.

Pero ahora estoy cambiando de opinión. Porque Pere Navarro, líder de los socialistas catalanes, dice que qué se cree Artur, que si se cree que es el único que puede decir lo que Cataluña quiere y que ellos también tienen algo que decir y que lo del Consejo Asesor le parece una trampa.

Y textualmente, dice una frase que me parece de puro sentido común: "Insultan (Artur y sus mozos) a los catalanes encargando estudios para ver cómo será la Cataluña independiente, que aún no se sabe si es lo que quieren los catalanes".

Y ya lanzado, remata: "Me gustaría que encargaran informes para ver cómo salir de la crisis".

Pere: me has reconciliado con tu partido. No digo que te votaré, pero sí que cuando oiga la palabra "socialista" no la volveré a asociar con nadie que me ponga nervioso.

P.S.

1. El conseller de Justícia ha dicho que sólo ve una consulta si es pactada y que "el diálogo con el Estado es absolutamente básico".

2. Otro que mejora las relaciones diplomáticas.

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12/04/2013 No sé si quiero ser japonés

Creo que acabo de inventar un nuevo vocablo. Digo "creo" porque la experiencia me hace ver que casi todo lo que invento ya se le ha ocurrido a alguien antes. Mucho antes.

Ahora hablo de geo-economía, porque he pensado que el prefijo 'geo' puede ayudarme a aclarar las ideas.

La geo-economía viene de la geo-estrategia, o sea, de lo que hacen directivos de multinacionales, banqueros, políticos que ven el mundo como un todo, se sientan en su sillón y empiezan a mover las piezas de aquí para allá. Cierran una empresa en París y la trasladan a Cuenca. Hacen una camisa en la India y alguien me la regala a los muy pocos días en San Quirico. China compra petróleo en África a cambio de infraestructuras.

Esto me recuerda a la película El gran dictador, cuando Charles Chaplin, en su papel de Hitler, juega con un globo-mapamundi enorme, sintiendo que es suyo... hasta queel globo estalla.

Ahora tenemos tres organismos en el mundo, el Banco Central Europeo, la Reserva Federal americana y el Banco del Japón, que hacen cosas distintas y que te dejan un poco desconcertado, como me pasa cuando voy a comprar unos vaqueros, me enseñan unos cuántos, me pruebo esos cuántos y, al final, vuelvo a casa sin comprar nada, le doy los vaqueros viejos a ml hija Cristina y le digo: "Por favor, cómprame unos como estos".

La Reserva Federal americana se ha tomado en serio lo de estimular la economía, que creo que para eso la inventaron, y se ha puesto a echar 85.000 millones de dólares al mes, a base de enchufar la maquinita de fabricar billetes y no dejarla descansar ni los domingos por la tarde. Supongo que, aunque externamente, los papelitos que esa máquina fabrica son iguales; a más papelitos, menos vale cada uno de ellos, con lo que el dólar se devalúa y los americanos, que son muy suyos, exportan con más facilidad. Algo de inflación vendrá, pero en este mundo no se puede tener todo. 

El Banco del Japón no se ha quedado atrás y se ha lanzado por un camino parecido. Acaban de elegir primer ministro y este mozo, que está fresco, ha salido corriendo, como cuando un futbolista sustituye a otro. Lo único que no ha hecho es santiguarse -o lo que sea- tocando previamente el césped, pero es que debe ser sintoísta y los sintoístas no se santiguan -o lo que sea-. 

Y en este salir corriendo ha convencido al Banco del Japón para que ponga en marcha la máquina, tire yenes a la calle como quien tira dólares en Estados Unidos, el yen se devalúe y hala, otro que exporta.

Nuestro Banco Central Europeo piensa de otra manera, porque se inventó paracontrolar la inflación, que yo creo que está bastante controlada, después del subidón que se produjo cuando, en una tarde, un café pasó de 100 pesetas a un euro, o sea, lo que en Zaragoza llaman una inflación del 66,386 %.

Como las cosas en Europa no andan finas, también el Banco Central Europeo ha fabricado euros en lo que se ha llamado 'barra libre' para los bancos, pero sigue teniendo fama de serio y cuando le dicen que fabrique euros, pone mala cara.

El último que se lo ha dicho ha sido Rajoy, que, con todas estas cosas, duerme mal, y al que la señora Merkel le empieza a caer gorda con tanta ortodoxia, tanta  seriedad y tanta exigencia de austeridad: "Entre todos debemos plantearnos si Europa debe tener las mismas competencias que el resto de bancos centrales del mundo o mantener las que tiene ahora". 

Es decir, Rajoy quiere que el Banco Central Europeo (BCE) tenga la misma capacidad que la Reserva Federal y el Banco de Japón para acelerar la máquina de imprimir billetes. 

Otra cosa que pasa es que, como Japón y Estados Unidos han bajado mucho los tipos de interés, los inversores, o sea, nosotros a través de un fondo cualquiera en el que hayamos puesto unos eurillos, traen el dinero a Europa, donde por lo de la prima de riesgo les pagan más. Como hay muchos inversores que se ponen en cola para prestarnos dinero, nos podemos poner un poco chulillos y pagarles menos intereses. Y si pagamos menos intereses, bajará el déficit y viviremos ligeramente mejor.

A mí esto de la geo-economía me viene grande. Pero como la idea de los Estados Unidos de Europa me entusiasma y creo que vamos por ese camino, y la inflación en Europa no me preocupa ahora, pienso que, en la próxima reunión del BCE, Mariopropondrá una bajada de los tipos de interés.

Esto, unido a que nos estamos portando bien (bajada del déficit de 91.000 millones de euros a 70.000 en un año, ¡menuda machada!) y a que, en algún momento, Mariano se decidirá a racionalizar la Administración pública y que, en otro momento, la banca nacionalizada empezará a hacer que fluya el crédito según ha dicho de Guindos, hace que lo de la geo-economía me empiece a gustar.

P.S.

1. En mis dudas sobre si ser japonés o no, no me ha ayudado nada Tarro Aso, ministro de Finanzas que, durante una reunión de expertos sobre la reforma de la Seguridad Social, ha dicho que el sistema médico debe cambiar de modo que se mueran pronto muchos de los pacientes terminales que ahora utilizan el dinero del Estado para sus caros tratamientos.

2. Acabo de leer que, aquí en España, en el Consejo de Ministros del próximo día 26, quieren aprobar el "factor de sosteniblidad", que representará una reforma profunda en la Seguridad Social.

3. No sé si Fátima Báñez ha asistido a la reunión donde habló Tarro. Dios quiera que no.

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05/04/2013 Ya sé qué ponerme

M.ª Jesús es una amiga nuestra de Barcelona. Nos vemos y nos mandamos correos con una cierta frecuencia. Cuando hoy por la mañana me he puesto a escribir este artículo, he recibido un mensaje suyo. Nos da sus últimas noticias, dice que se acuerda "un montón" de nosotros y acaba como siempre, enviándonos "un abrazote".

Pero lo mejor del mensaje es una foto que adjunta, de un niño sonriente, con cara de listo y de pillo, que dice: "Hoy no sabía qué ponerme y... ¡¡¡me puse contento!!!"

Leo mis dos periódicos de hoy, y no encuentro datos objetivos para ponerme contento. Vi anoche la tele, y, excepto lo del Real Madrid, tampoco encontré nada animante.

Pero M.ª Jesús, que de tonta no tiene nada y que seguro que ha leído los periódicos y ha visto la tele y ha oído la radio, me está diciendo que me ponga contento. Y me pongo a pensar, a ver de dónde saco la 'contentez' (palabra que acabo de inventar y que supongo que no volveré a utilizar nunca).

Cuando pienso, se me ocurren muchas cosas y las relaciono entre sí, aunque no haya por qué relacionarlas. Además, normalmente, las interrelaciones se interrelacionan con mis manías, con lo que no se sabe qué parte de las conclusiones que saco son eso, conclusiones, o simplemente empanadas maníaco-mentales.

En primer lugar, que sé todo lo que pasa. Quizá todo todo, no, porque es difícil. Pero sé:

- Que el juez ha imputado a la infanta Dª Cristina.

- Que Mas advierte que está en juego el país. (En eso, estoy de acuerdo con él, aunque, no sé por qué, me parece que mi país es más grande que su país, porque el mío abarca el suyo y el suyo no pasa del Ebro.)

- Que Rajoy quiere hablar con Cataluña dentro de la ley. (Como si yo anunciase que, a partir del 1 de mayo, cruzaría los semáforos cuando estuvieran en verde).

- Que los chipriotas están muy preocupados.

- Que nosotros también lo estamos, entre otras razones porque nos dicen que no nos preocupemos y no nos fiamos nada de los que nos lo dicen.

- Que D. Emilio Botín dice que no le gusta nada lo de poner dinero de su banco para arreglar el chanchullo preferente de otras entidades financieras.

- Que unos cuantos directivos de empresas importantes, acompañados por unos economistas top level, se lanzan por el mundo a explicar las cosas buenas que tenemos en España. Lo cual quiere decir que se lo creen. Y es importante que estos señores se lo crean. (He puesto 'directivos' y no 'empresarios' -otra manía-, porque siempre he pensado que 'empresario' es el que tiene la idea madre y se juega su dinero, y 'directivo' es un empleado. De categoría, pero empleado. Ejemplo: Amancio Ortega es un empresario. Pablo Isla, con todo respeto, un empleado. A este viaje solo van empleados).

- Que Rusia se está planteando volver a Afganistán.

- Y así sucesivamente, hasta llegar a lo fundamental: que la lesión de Messi no es importante.

O sea, en el 'todo todo' hay cosas buenas y cosas menos buenas. Incluso alguna muy mala.

Pero, como dicen mis nietos, "eso es lo que hay".

Eso es lo que hay. En confianza, eso es lo que ha habido siempre, lo que no quiere decir que, como borreguicos, tengamos que sonreír cuando vemos comportamientos tirando de malos a deplorables, ni cuando alguien de quien nos fiábamos nos demuestra con sus hechos que no nos teníamos que fiar.

De ahí, otra manía: que nos hagamos mayores, que tengamos criterio.

Como muy bien dije en un libro (si no me echo piropos yo, no me los echa nadie), un país con 47 millones de personas con criterio es riquísimo y con 47 millones de personas sin criterio, paupérrimo. Quizá existe el ICDUP (índice del criterio de un país). Si existe, no sé qué puesto ocuparíamos. Pero sí veo que, cada vez más, la gente piensa, la gente habla, aunque, en algunos casos, la gente insulta.

Lo del insulto no me gusta, porque no me gusta nada lo que conduzca a que yo odie al vecino, aunque el vecino sea un pajarraco. Pero creo que es muy bueno para un país que, sin insultar, se digan las cosas claras. Y eso incluye a decirle a alguien educadamente: "Mire, según el Diccionario, su comportamiento es el de un sinvergüenza, y sus palabras, y sus gestos y sus hechos. Mire, no me meto con su padre (sería un insulto), pero usted es un impresentable y, por favor, no se me vuelva a presentar".

Releo el mensaje de mi amiga M.ª Jesús.

Y veo que hay mucha gente, con la que me encuentro, que tiene criterio. Que lucha por tener cada día más. Y que luchan  para "ponerse contentos", porque piensan que no es verdad que todo está podrido, y ven que, a pesar de los pesares, hay muchas personas, y muchas familias, y muchas instituciones, que están limpias, que huelen bien.

P.S.

1. El Ministro Margallo plantea ceder a las autonomías todo el IRPF, reservando para el Estado el IVA y el impuesto de sociedades. ¿Pero no habíamos quedado en que cada ministro se ocuparía de lo suyo? O sea, Fernández Díaz, del interior; Margallo, del exterior, etc. Pues no, aquí cada uno habla de lo que le pasa por la cabeza en cada momento. 

2. Mariano, pon orden en esta jaula de grillos, porque en la otra -tu partido- lo podemos dar por imposible. 

3. Ese señor que va en yate con un narcotraficante me parece que no es el más listo de tu partido, Mariano. Tiene buena pinta, dice que aspira a ser tu sucesor, pero le patina el embrague. La última vez que yo salí a navegar con un narco tuve mucho cuidado con los fotógrafos, porque ya se sabe cómo son: lo quieren captar todo. Pues este mozo, nada. Hala, a navegar y a que le fotografíen.

4. (En realidad, yo no conozco a ningún narco. En San Quirico, todos son muy honrados y, además, ninguno tiene barco. Lo de mi salida con el narco era solo un ejemplo).

5. En descargo del amigo del narco, está que las fotos son de hace años, de cuando el narco no era narco. Pero seguro que ya se le notaban sus inclinaciones.

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29/03/2013 Las dos clases sociales

Hoy tengo tantos temas que no tengo tema. 

Eso es lo malo de la situación actual: que si hablas de todo lo que pasa, te dicen que no profundizas y que picoteas por el campo, y si hablas de un solo tema, que te olvidas de lo principal. (Porque siempre, "lo otro", lo que te has olvidado, era "lo principal".)

Me acuerdo de aquello del "cristal con que se mira". Cojo unos cuantos cristales y me pongo a mirar.

1. Veo, en primer lugar, que están a punto de llegar a Salou 9.000 mozos -universitarios, les llaman- que van a celebrar la Semana Santa en borrachera continua. Esta no es la idea que yo tengo de la Semana Santa, pero a esos chicos les han debido enseñar en su casa que aquello del recogimiento penitencial se hace mejor dándole a la cerveza.

2. Me voy a Chipre y salgo corriendo, procurando no encontrarme en ningún aeropuerto con el inefable señor Dijsselbloem (más o menos, Dáisemblum) porque este tío es capaz de decir cualquier bobada, cargarse las bolsas de unos cuántos países y excusarse diciendo que no sabe inglés. Debe ser muy listo, pero lo disimula todo lo que puede. Ha elegido el mejor momento para decir que lo de Chipre le ha gustado y que se puede exportar. Que eso de que los que se fiaron de los directivos de los bancos paguen las bobadas que hicieron los directivos de los bancos mientras los directivos de los bancos ponen cara de que pasaban por allí, eso es lo que se va a llevar en Europa en la temporada de primavera/verano.

3. Salto a España y caigo en el líquido viscoso-fecal de la vida socio-político-financiera-etc. Bárcenas ya está pasado de moda. Ahora hay otro. Oriol Pujol ya está pasado de moda. Ahora hay otros. Los no sé cuántos miles de euros que distrajeron los chicos de Unió ya están pasados de moda. Ahora hay otros. Félix Millet sigue sonriendo. Es lo único inmutable.

4. Del paro, no se acuerda nadie. De ayudar a las empresas para que creen empleo, sigue sin acordarse nadie. De los bancos, los que se acuerdan es para ponerles verdes. Para compensar, en fútbol hemos ganado a Francia. Como, gracias a Dios, el partido se jugó en París, no hubo abucheos al himno nacional.

5. No me parece bien, aunque sea un tema complicado, que algún impresentable se empeñe en decir que si el marido de la infanta Cristina ha hecho algo malo o muy malo, la solución sea el divorcio. Porque aquello de la salud y la enfermedad es algo más que una frase hecha.

El otro día me invitaron a unas jornadas organizadas por Fasga, una federación de asociaciones sindicales. No me apetecía mucho porque suponía que oiría lo de siempre: que el empresario es malo, que todos nosotros somos muy buenos hasta que se nos ocurre ser empresarios y entonces somos malos, etc. Todo ello aplaudido por unos cuantos con el puño en alto, porque la mano extendida a lo nazi (6 millones de personas asesinadas por Hitler y su gentuza) está mal, pero el puño cerrado a lo comunista (52 millones de personas asesinadas por Stalin y su gentuza) es otra cosa, y, además, suena a progre. 

Cuando llegué y vi que el título de las jornadas era "Responsabilidad y futuro", me sorprendí. Cuando vi los títulos de las ponencias (Optimismo, Entusiasmo, Alegría y Buen humor) y vi que, por grupos de trabajo, los asistentes -muchos- trabajaban en serio, me volví a sorprender. 

Cuando me dijeron que se llaman sindicatos independientes, aunque a ellos les gustaría llamarse sindicatos libres y que no están subvencionados por los Presupuestos Generales del Estado y que el dinero que reciben para formación lo entregan tal cual, sin desenvolver el paquete, a quienes hacen la formación y que estos les dan la correspondiente factura, sentí un soplo de aire fresco y pensé quetodavía hay gente -mucha- que quiere hacer las cosas bien.

Y pensé que los mediocres desaparecerán algún día y que algunos irán a la cárcel y que nos volveremos a enterar de que lo importante es lo importante y lo no importante no tiene importancia, como su propio nombre indica.

Y que lo importante estará ligado a la responsabilidad individual y a la responsabilidad individual estará ligada a la honradez y la honradez estará ligada a un trabajo bien hecho y el trabajo bien hecho estará ligado a trabajos de verdad. No a empleos falsos pagados con dineros auténticos (los nuestros).

Y mientras nuestros políticos se dediquen al 'tú más', y nuestros financieros se dediquen a los inventos y los empresarios no encuentren dinero para sacar adelante sus empresas y los sindicatos hagan huelga los días en que puedan hacer más daño y todos se olviden de que el problema hoy se llama 5.965.400 personas sin empleo, seguiremos jugueteando, discutiremos si el derecho a decidir es para ahora o puede esperar a que cobren los farmacéuticos, aseguraremos que delegamos nuestras funciones, pero no abandonamos el escaño, y diremos que estamos en paz con nuestra conciencia, que puede estar más retorcida y más sucia que mandada hacer de encargo.

Es verdad que hay dos clases sociales: la mayoría y la minoría. La mayoría, que sabe lo que está bien y lo que está mal y que asiste pasmada al espectáculo diario en el que los de la minoría exhiben sus vergüenzas y, sobre todo, sus desvergüenzas, intentando que nos creamos que, para triunfar en la vida, hay que ser como ellos.

Yo quiero seguir en mi clase social, porque intento ser de la mayoría. Y tengo la esperanza de que mi clase social arrincone a la otra. 

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22/03/2013 La ginebra en ayunas

Cuando era obispo de Buenos Aires, el ahora Papa Francisco dijo que "el dinero y el poder son como la ginebra en ayunas. Inmediatamente marean, hacen perder el piso". Veo que "perder el piso", en Latinoamérica, quiere decir no tocar de pies al suelo.

Esta debe de ser la explicación de cosas que pasan. Porque, a veces, oigo a gente hablando con cara muy seria y diciendo unas cosas que, si las analizas un poco, ves que son una muestra de que aquel mozo ha perdido el piso y no acaba de recuperarlo.

Me acaban de pasar una nota en la que un director de una sucursal bancaria habla de unos productos que HOY se están comercializando, engañando -esa es la palabra- a todo viejecito que se ponga a tiro del director regional que, después de una fusión, ha decidido que él conserva su puesto pase lo que pase y caiga quien caiga.

El que me envía la nota me dice que eso es una pérdida de valores. Pero como el único camino hacia la verdad es contarla, y da la casualidad de que conozco a uno que manda bastante en la entidad absorbente, se lo he contado. Le he dicho que puede que no sea verdad, pero como yo no se lo voy va contar a nadie y él tampoco, investigará lo que pasa y si pasa lo que me temo que pasa, el mozo ese se irá a la calle dignamente, o sea, a patadas.

Este Papa, que me cae muy bien, lo mismo que me caía muy bien el anterior y el anterior y el anterior, y me caerá bien el siguiente y el siguiente y el siguiente, ha hablado de 'servicio', palabra que a todos nos encanta, sobre todo cuando realmente somos servidores de la sociedad. O sea, cuando no nos damos a nosotros mismos ese título, porque servidores de la sociedad son todos los que, con un trabajo honrado, sirven a la sociedad. Por ejemplo, los barrenderos.

Y, como consecuencia, no son servidores de la sociedad toda esa cuadrilla de impresentables e impresentablas -ya hablo como Bibiana Aído- que, como son 'servidores', se otorgan la responsabilidad de hacer pedagogía y explicarnos a los ignorantes lo que NO hay que hacer para servir a la sociedad. 

El miércoles por la noche, di una conferencia en Madrid para la Fundación Villacisneros y repetí lo que digo siempre: "Impuesto que se pueda subir, se subirá". Y para animar a la gente, añadí: "Por eso, si mañana leéis que ha subido el impuesto de..., en vez de enfadaros, sonreíd y decid: 'Ya lo sabía'".

Repaso hoy las noticias y veo que el ministro Montoro anunció ayer la creación mundial de una nueva figura: "el impuesto no recaudatorio". Nombre que, al principio, me pareció una contradictio in terminis, o sea, "una combinación de palabras cuyo significado está en mutuo conflicto". Luego vi que si la contradicción es intencional (retórica o poética), la contradictio se convierte en oxímoron.

Oxímoron o contradictio, con ese impuesto no recaudatorio, Cristóbal espera recaudar 2.000 millones de euros. Y uno piensa que si eso pasa con el no recaudatorio, qué pasará con los recaudatorios que se le vayan ocurriendo a este señor.

Para tranquilizarnos, el ministro dice que el impuesto lo pagarán los bancos, pero que los bancos no lo repercutirán a los clientes, lo cual hace que a uno le entre la risa floja y que piense que, o Cristóbal hace pronto pedagogía o no le va a creer ni su tía la del pueblo.

Nos pone nerviosos el corralito de Chipre, y con razón. No hay peligro de corralito en España, nos aseguran los pedagogos. Pero uno se mete en Google y encuentra algo que a uno se le había olvidado: que hace unos meses, Montoro creó un impuesto estatal del 0% sobre los depósitos para anular el que habían creado unas autonomías, que era más del 0.

Lo del 0 nos gusta a todos. Lo que no nos gusta es que, de repente, se levante un día Cristóbal y suba del 0 al 0,15, por ejemplo. Y ya tenemos corralito. Chiquitín, pero por algo se empieza.

Hace unos días, cené con unos amigos en un pueblo cerca de San Quirico. Uno de los comensales me preguntó si están seguros nuestros ahorros en los bancos. Le dije que creía que sí. Pero al día siguiente apareció Chipre y a los pocos días, el impuesto no recaudatorio.

Cristóbal: eres muy buena persona, eres muy competente, estás muy agobiado. No hagas lo peor, que es engañar al personal. 

Recuerda eso de que el poder es servicio. No sé si tienes poder. Creo que ni tú, ni Rajoy, ni ningún ministro español, lo tenéis. Pero sí tenéis obligación de servir.

Y el servicio empieza por decir la verdad.

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15/03/2013 El crédito, la corresponsal alemana y las tarjetas prepago

Lo de cortar y pegar me va bien, porque corto, pego, relaciono y saco consecuencias. A lo de la relación y las consecuencias le llamo tener criterio, lo que puede parecer una exageración vanidosa por mi parte. Pero no es vanidad. Es que la cabeza no me da para más.

Como no puedo reproducir todos los cortes y pegues, he hecho una selección de cosas dichas por unos cuantos señores, de los que supongo que te puedes fiar.

Draghi, presidente del BCE: "El reto número uno es conseguir que las mejoras de las condiciones financieras se traduzcan en más créditos a empresas y pymes". (Lo de "empresas y pymes" me parece una tautología, o sea, una "repetición inútil y viciosa", porque cualquier "p" es una empresa como la General Motors y cualquier "m", también, y, para recordarlo, han puesto detrás la "e".)

Goirigolzarri, Presidente de la Bankia de nuestros pecados: "No solo estamos en disposición, sino con ganas de dar crédito".

De Guindos, nuestro ministro de Economía y Competitividad, utilizará el FROB, accionista mayoritario de las entidades financieras nacionalizadas, "para instarles a conceder crédito". 

Y alguien, quizá también De Guindos, ha dicho que las pymes "deben concentrar el esfuerzo crediticio" y que el sistema bancario español ya está en condiciones de dar crédito. Todo el sistema.

Antonio Carrascosa, director general del FROB:  "El escenario ideal" será que en los próximos trimestres se empiece a atender la demanda de crédito.

¿Será verdad?

¿Será verdad que las empresas normales pueden empezar a soñar? ¿Será verdad que las personas normales que quieren trabajar normalmente pueden empezar a pensar que estos chicos que tienen el dinero igual resulta que se lo empiezan a prestar en condiciones normales?

¡No puede ser verdad tanta belleza!

A ver si es verdad eso de que la austeridad (portarse bien, gastar con la cabeza) no es incompatible con ayudar a las empresas. 

Nos estamos portando bien porque hemos bajado mucho el déficit.  Eso hace que no estemos muy contentos, porque a muchos les hace pupa este apretón.

Pero como hay que seguir portándose bien y hay que seguir bajando el déficit, y hay que intentar devolver algo de lo que debemos, que son 882.339 millones de euros, por los que, en 2013, pagaremos 38.660 millones de intereses, sería muy bonito que los bancos empezaran a hacer de bancos y echaran una mano a los empresarios que quieren hacer de empresarios.

Para que no nos entusiasmemos demasiado, Bruselas, la culpable de todos nuestros males (siempre es bueno poder echar la culpa de nuestros desmanes a alguien) les dice a las entidades que se han recapitalizado con fondos públicos, que reduzcan el crédito. Por ello, sería muy bueno que Gorigolzarri vaya a Bruselas y pregunte si lo que ha dicho estaba bien dicho o era producto de lo bien que se estaba en Valencia, donde dijo lo que dijo, y de lo majos que son los valencianos.

El miércoles estuve en el lanzamiento de una tarjeta prepago. Cuando escuchaba lo que decían, pensé que la debían haber inventado antes, cuando mis hijos estudiaban en Pamplona y gastaban, por supuesto en libros, todo lo gastable. Ni un euro en juergas. Todo serio.

La tarjeta prepago se carga con la cantidad que quieras, se la das a tu hijo y le dices: "toma, majo, hasta el mes que viene". Y sabes exactamente lo que gastas. Por eso fui a la presentación, por lo de gastar con la cabeza y controlar cómo y dónde se te va el dinero.

Como en estas ocasiones siempre me distraigo, me imaginé a Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, sentado en su despacho el día 31 de diciembre con 17 tarjetas prepago encima de la mesa, esperando a que, unos en AVE, otros en avión, otros en coche propio o en taxi, se presentasen los consejeros de Economía de cada una de las 17 nacioncitas en las que hemos partido España.

El consejero correspondiente entraría en el despacho del ministro, que le saludaría muy cordialmente, le invitaría a café y le daría la tarjeta prepago correspondiente a los gastos del mes de enero. Luego hablarían de temas familiares, de fútbol, de cosas agradables, y se despedirían hasta el 31 de enero. No hablarían de en qué se gastaría dinero la autonomía correspondiente, porque ya somos mayores y responsables y si queremos hacernos un monumento a nosotros mismos y luego no podemos pagar a las farmacias, que vayan los farmacéuticos a ver el monumento y a seguir poniendo dinero de su bolsillo, porque el gobiernito de su nacioncita no le paga.

La ceremonia de la visita a Montoro se repetiría todos los meses. Cristóbal se quedaría tranquilo y, cuando hubiera entregado todas las tarjetas, llamaría a mi amiga Merkel y le diría: "Ángela, todo OK. Estos no van a gastar ni un céntimo de más".

Todo esto lo pensé mientras el director de PayPal, la empresa que presentaba la tarjeta prepago, hablaba y explicaba las virtudes del invento.

Como yo estaba muy serio, nadie se dio cuenta de mi distracción. Pero ¡mira que si fuésemos capaces de hacer algo así! Ya sé que oiríamos gritos de "¡esto no se me hace a mí, con la historia que llevo detrás!", y cosas similares, pero ¡qué tranquilos viviríamos y qué prestigio tendríamos por esos mundos!

P.S.

1. Cristóbal, por favor, cuando vaya el consejero de Economía de Aragón, no le hables de fútbol, que el Zaragoza está que si baja que si no baja. Habla de otra cosa.

2. Mis amigos me pasan artículos para que les dé mi opinión. Muchas veces no se la doy porque no tengo tiempo o, peor aún, porque no los entiendo. Con frecuencia, los artículos vienen sin fecha, con lo que no sé si cuando hablan mal del gobierno, se refieren al de Rajoy, al de Zapatero o a alguno de los de Franco.

3. Ayer, al volver de viaje, encontré un artículo de una señora, Stefanie Claudia Müller. Dice que es corresponsal de periódicos alemanes. Se refiere a la situación actual, o sea, que Franco se libra. La señora debe ser pariente de Merkel, porque dice las cosas claras. Solo copio unas líneas: "El gobierno español debe reformar a fondo la administración de las comunidades autónomas y los ayuntamientos... sometiendo a referéndum el modelo de Estado".

4. Stefanie: en cuanto puedas, llámame y te cuento lo de la tarjeta prepago.

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08/03/2013 Ahora nos lo vamos a tomar en serio

Salen los datos del paro. Malos, malos, como ya sabíamos. Mientras tanto, leo las primeras páginas de los periódicos. Apasionantes: Bárcenas, Corinna, líos PSOE-PSC, el inefable alcalde de Lloret fotografiado con un señor con boina que dicen que es mafioso, los pintorescos códigos éticos de los políticos...

Y a uno se le ocurre: ¿Por qué no nos lo tomamos en serio de una vez?

Porque el debate sobre el estado de la Nación tenía que haberse hecho en un par de minutos. Se levanta Rajoy y dice: "El estado de la nación es malo, porque tenemos un paro muy elevado". Y se sienta. Se levanta Rubalcaba y dice: "Estoy de acuerdo". Se levantan los dos y dicen: "A partir de ahora, sólo vamos a dedicarnos a arreglar eso".

Los demás -los partidos periféricos- se callan y piensan que quizá esta vez, sí, porque nunca les habían visto tan serios.

El domingo operaron al Rey. El Príncipe va a ver a su padre y, a la salida, un periodista le dice que ahora le cae a él mucho trabajo.

¡Qué momento tan bueno, Alteza!

Por supuesto, no le voy a dar consejos. Pero sí voy a escribir lo que me gustaría mucho.

Me gustaría mucho que llamara a Mariano y a Alfredo y les invitara a tomar café en la Zarzuela. Como cosa suya, no como un acto público. Un cafelito para decirles varias cosas.

1. Como el Rey está recuperándose, me ha pasado una carpeta con la lista de sus preocupaciones. Y yo, como Príncipe, pienso que si esas cosas le preocupan a él, me preocupan a mí.

2. La primera se llama 5.965.400 personas sin empleo, según la Encuesta de Población Activa, de 31 de diciembre.

3. Y he decidido que, durante el tiempo que el Rey no puede trabajar, yo me voy a dedicar únicamente a darles la lata a ustedes dos para ver qué están haciendo para arreglar este problema. (Aquí añado yo: este problema es 'el problema').

4. (Sigue el Príncipe). Y como ustedes dos, Mariano y Alfredo, no son los únicos responsables, he decidido convocar una reunión en la que estarán:

*ustedes dos

*los señores Botín, González (Francisco), Fainé, Ron, Oliu y Medel

*los señores Rosell, Méndez y Fernández Toxo

*el ministro de Economía y el de Hacienda

*una persona de la secretaría del Príncipe, responsable únicamente de levantar acta de la reunión.

5. Esa reunión tendrá el siguiente orden del día:

*Petición de propuestas por escrito sobre el tema:

Qué se le ha ocurrido a usted para rebajar la cifra de personas sin empleo en el plazo de un año. 

(Aquí, el Príncipe podría decir: "Por favor, no me hablen de quién tiene la culpa. No me digan que todo se debe a la austeridad de Merkel, etc.").

*Plazo para que presenten sus propuestas: una semana.

*Petición de aclaraciones.

Duración de la reunión: 45 minutos, aproximadamente.

Una semana más tarde, reunión sine die en la Zarzuela. Sine die quiere decir que de allí no sale nadie hasta que produzcan un documento con medidas concretas. El único que podrá irse a cenar y a dormir a su casa será el Príncipe, porque vive allí. A los demás se les habilitarán habitaciones, aunque sea ocupando alguna oficina y compartiendo ducha.

Por supuesto, el Príncipe exigirá discreción a los asistentes, porque quiere que, durante los días en que estén reunidos, no haya filtraciones de los tontines que quieren salir en la prensa. (Él lo dirá de otro modo, pero el fondo es ese).

Como yo no voy a asistir a esa reunión y no pretendo salir en la prensa, se me ocurre que diría:

Que los bancos presentes tienen una grave responsabilidad. Hablo de los bancos presentes y no de los ausentes, porque los señores Goirigolzarri, Castellano y Todó bastante tienen con arreglar sus zapatiestas y aumentar el paro como para pedirles que discurran para reducirlo.

La grave responsabilidad de los bancos presentes consiste en que lo que llaman el flujo de crédito sea eso, un flujo.

Que para eso, como ya están saneados, más o menos, quieren trabajar con las empresas -y por eso están allí Juan Rosell y los sindicatos, que, por cierto, también son empresa y les interesa que las empresas vayan muy bien y ganen mucho dinero, que así algo nos tocará a todos.

Que, como el señor de Guindos es quien lidia con Bruselas -el pobre hombre no duerme en casa nunca- y el señor Montoro es el encargado de subir los ingresos y rebajar los gastos, y con eso consigue no caerle bien a la gente a pesar de lo majete que es, y como saben de números más que Rajoy y Rubalcaba, irán viendo si lo que se les ocurre a los demás cuela en Bruselas o cuela menos.

¡Cuánto me gustaría que se celebrase esta reunión!

¡Cuánto me gustaría que lo que saliera -porque trabajando duro siempre sale algo- ocupara las primeras páginas de los periódicos, tranquilizándonos al ver que los que pintan algo en este país de verdad se han puesto a trabajar en lo fundamental!

¡Cuánto me gustaría que en los periódicos hubiera dos secciones!

*lo importante, o sea, lo que los responsables de España han decidido hacer para luchar contra el paro;

*los chismes, que a todos nos gustan mucho, pero que no sirven para nada, más que para distraernos. Y que me distraiga yo no tiene ninguna importancia. Pero que se distraigan nuestros empleados (Mariano, Alfredo, etc.) en tontadas, me parece lacerante, palabra que no había utilizado nunca y que hoy estreno, con su significado de "hiriente, que produce intenso sufrimiento".

Porque lo del paro es lacerante.

P.S.

1. Lo anterior exigiría que Mariano, Alfredo, Emilio, Francisco, Isidro... todos los participantes en la reunión SÓLO hablasen de lo que estaban haciendo para reducir el paro.

2. Y que lo hiciesen como una orquesta, en perfecta armonía, sin ruidos disonantes, porque el que "disonase" recibiría inmediatamente una llamada del Príncipe, diciéndole: "Quedamos en que te portarías bien".

3. Y toda España, todos los españoles, diríamos: "¡Ahora, sí!"

4. Otra cosa. Como, a pesar de las apariencias, en España quedamos algunos constitucionalistas que pensamos que si tenemos una Constitución será para respetarla, he mirado lo que dice sobre las funciones del Príncipe.

5. No dice nada. Pero sí dice que al Rey le corresponde " moderar, arbitrar" y otras cosas. Pero ahí me he quedado.

6. Lo que me gustaría es que, mientras el Rey se recupera, le diga al Príncipe: "Mira, hijo, habla con esos. Ya sabes cómo son. Saca todo lo que puedas. Si conseguimos que todos se pongan de acuerdo para bajar el paro, fenomenal. Y, por cierto, si la cosa te sale bien y ellos se quieren anotar el tanto, que se lo apunten. Que tú y yo habremos hecho un trabajo honrado".

7.  ¡Y a mí que me parece que eso es moderar y arbitrar!

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01/03/2013 El estado de mi nación

El otro día, aguanté las intervenciones de Mariano y Alfredo en lo que se llama el debate sobre el estado de la Nación, o sea, de España. Digo "aguanté", porque, entre nosotros, los dos me parecen muy sosos. Seguramente, en casa son divertidos y hasta cuentan chistes, pero en cuanto les entra la seriedad institucional son aburridísimos. 

Siempre me han molestado los juicios de síntesis (España va bien, pronto pasaremos a Francia, esto es un asco, etc.)

Me parece que la realidad es muy rica en matices y que lo mismo que no admitimos que un médico nos diga que estamos muy bien o que estamos muy mal y le pedimos un poco más de detalle, tenemos que exigir y exigirnos un poco más de detalle.

O sea, yo estoy convencido de que en España, como en Estados Unidos o como en Alemania, o como en las islas del Caimán, hay cosas que van muy bien, otras que van bien, otras que van psé y otras que dan asco y repugnancia.

Mientras intentaba escuchar a Mariano, a Alfredo e incluso a los periféricos, iba apuntando cosas buenas y cosas menos buenas. A juzgar por los aplausos, parece que los dos decían cosas buenas. Luego me di cuenta de que los que aplaudían las intervenciones respectivas eran los vecinos de escaño. O sea, como si en mi casa, cuando yo diga algo, me aplaude Esteban, el vecino de arriba.

Las cosas buenas de mi lista fueron:

1. Que nos hemos dado cuenta de que vivir apalancados no lleva a la felicidad. (Apalancamiento = vivir en eterno estado de endeudamiento, pagando un crédito con otro crédito y así sucesivamente). Y no lleva a la felicidad porque cuando te quitan la palanca, te quedas como aquel de "agárrate a la brocha, que quito la escalera".

2. Que nos hemos dado cuenta de que el Estado de bienestar, que a todos nos gusta tanto, no es gratis. Que, en los Presupuestos Generales del Estado, lo que se pone en la derecha (los gastos) tiene que compensarse con lo que se pone en la izquierda (ingresos), que es donde están esos impuestos que hay que pagar.

3. Que nos hemos dado cuenta de que cuando Castiella, ministro de Asuntos Exteriores de Franco, pidió "la adhesión al Mercado Común" en 1962, puso en marcha un proceso que ha llevado a que ahora seamos europeos, mal que nos pese. (Y cuidado que nos pesa. Es que a Franco se le ocurría cada cosa...)

4. Que nos hemos dado cuenta de que, en Europa, somos periféricos, lo que no es ninguna vergüenza.

5. Que como somos periféricos y además hemos hecho un poquico el tonto, no mandamos nada, pero que nada, ya pueden parlotear Mariano, Alfredo y nuestros periféricos, mientras los que mandan de verdad, que no están en España, nos miran con benévola compasión. (He puesto lo de "nuestros periféricos" porque, además de los dos partidos un poco importantes, hay otros que son poquico importantes, aunque en su pueblo sacan pecho y hablan de lo importantes que eran hace unos siglos).

6. Que nos hemos dado cuenta de que aquellos banqueros que, vestidos de oscuro, decían cosas ininteligibles que tampoco entendían ellos y, como consecuencia, se han metido en unos barrizales inmobiliario-subprime-preferenciales de los que no saben salir, si no es echando a pérdidas sus bobaliconadas y, de paso, echando a miles de personas a la calle. (Por mucho saneamiento y por muy serio que se ponga Goirigolzarri, los 20.000 millones de euros de pérdidas de Bankia harían enrojecer a cualquier persona normal. Si yo hubiera perdido esa cantidad, no sé si me atrevería a salir a la calle.)

Podría seguir, pero me parece que estas seis cosas son tan buenas que estoy por cortar el artículo aquí y decir que esto va de cine.

Hay alguna cosa mala, también, y por eso sigo.

1. En primer lugar, la desfachatez imperante. Fijaos que no hablo de corrupción, sino de algo que me parece todavía peor. Todos podemos hacer cosas inconvenientes, pero la cara dura es inadmisible.

2. O sea, que cuando se debaten en el Parlament de Cataluña las medidas anticorrupción estén presentes unos cuantos mozos imputados en cosas feas, no es de recibo. Y cualquier persona normal se partirá de risa llorona cuando muy serios, todos digan lo buenos que van a ser a partir de ahora, porque tienen un código ético.

3. Menos mal que, para dejar las cosas en su sitio, Oriol Pujol, que está que si lo imputan que si no lo imputan, ha dicho, emocionado y en tono intimista, que "más me vale la injusticia, incluso conmigo mismo, que no hacer nada". Frase emocionante, aunque tampoco se le entiende muy bien.

4. Relacionado con lo anterior, otra cosa mala en nuestra Nación es la ingenuidad. No la de todos, por supuesto. Ni la de la mayoría. Sólo la de algunos que se creen que un código ético lo resuelve todo. Que no, que no resuelve nada. Porque al que es capaz de ganar 38 millones de euros en poco tiempo y mandarlos corriendo a Suiza, le pones un código ético y gana otros 38. Que no va por ahí. Que va por dentro y los códigos nunca han arreglado las cosas por dentro. 

Pero como hoy tengo el día bueno, acabo de merendar en el AVE y voy calentito mientras en Ciudad Real, que es por donde estoy pasando, nieva y nieva y nieva, estoy dispuesto a admitir que incluso estas cosas malas tienen su lado bueno, porque a muchos, a muchísimos, nos repugnan y cuando algo te repugna, quiere decir que distingues lo que está bien de lo que está mal y eso es un avance muy importante sobre la vieja, viejísima, teoría del "todo vale", que no digo que está obsoleta y periclitada, porque me diríais que ya hablo como Oriol Pujol.

(Este último párrafo me ha salido larguísimo. He intentado ponerle algún punto, pero prefiero dejarlo así, porque así me ha salido del alma).

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22/02/2013  Estoy contentísimo: ¡se va a cumplir mi profecía!

Miquel Roig, en Expansión, anuncia que Bruselas revisará los presupuestos nacionales antes de su aprobación.

Estas cosas no se pueden hacer así como así. No se pueden llamar "revisión de cómo gastas el dinero porque no me fío de ti". Hay que ponerles un nombre un poco más sofisticado y, a ser posible, bastante ininteligible. Eso, los chicos de Bruselas lo hacen de película. Y los de Fráncfort. En este terreno, Trichet era un crack. Nunca se le entendió nada de lo que decía. El otro día, en el programa de Javi Nieves en la Cope, me pusieron un corte con unas declaraciones de Draghi y comprobé que está aprendiendo a toda velocidad a hablar raro.

Todo esto venía a que la vigilancia sobre nuestro presupuesto se llama Two-Pack. Y esto es porque quieren "mutualizar la deuda de los Estados de la UE".

Al llegar a este punto, y una vez hecha la correspondiente traducción al castellano de esas frases un poco extrañas, el corazón me empieza a palpitar aceleradamente. No es arritmia porque, gracias a Dios, en Pamplona me dijeron que tengo un corazón en perfecto estado. Las palpitaciones deben ser parecidas a las que supongo que sentían los profetas del Antiguo Testamento cuando comprobaban que lo que habían dicho se cumplía.

Me explico. En 2011, profeticé que ese año tendríamos eurobonos. Nada.

En 2012, volví a decir lo mismo. Nada. 

En 2013, igual. Ya, con un cierto temblorcillo en la voz, porque cuando uno va profetizando y no acierta, empieza a tener sus dudas.

Mi teoría era muy simple y supongo que la he escrito aquí alguna vez.

1. Cuando España pide prestado dinero (que eso es lo que quiere decir "emitir deuda"), avala España.

2. Cuando Alemania pide prestado, avala Alemania.

3. Como, por esas cosas de la vida, los que prestan se fían más de Alemania, le cobran el x% de intereses. Y a nosotros, como se fían menos, nos cobran 3,62 más. (Esa es la prima de riesgo. Si la queréis en puntos básicos, la multiplicáis por 100 y ya está.)

4. Cuando haya eurobonos, o sea, "se mutualice la deuda", o sea, todos respondamos de todos, lógicamente lo que nos cobren de intereses bajará. Por eso nos gusta. 

5. Por lo mismo, a mi querida Ángela no le gusta porque, lógicamente, a ella, el dinero se lo prestarán más caro.

6. Como consecuencia, Merkel dice: "¿Queréis eurobonos? Los tendréis, pero os vais a portar bien".

Por eso se me desboca el corazón. Porque ya nos estamos portando bien, rebajando a lo bestia (no se puede hacer de otra manera, creo yo) el déficit de 91.344 millones de euros de 2011 hasta dejarlo en unos míseros 70.000, euro más, euro menos. 

Y como nos estamos portando bien, los de Bruselas, que no recomiendan, sino que MANDAN (Almunia dixit), inventan lo del Two-Pack, que a mí me suena a "¿tú te portas bien? Yo te ayudo".

Como a estos mozos de Bruselas se les puede acusar de muchas cosas, pero no de precipitados, porque son más lentos que el caballo del malo al que siempre le alcanza el caballo del bueno, han encargado un informe sobre los eurobonos que deberá estar hecho en marzo de 2014, para que, si es favorable a mi profecía (no lo han dicho exactamente así, pero a mí me hace ilusión pensarlo), se pueda hacer una propuesta antes del verano de 2014, coincidiendo curiosamente con la fecha tope de reducción del déficit al 3%.

Por supuesto, el día que salga el primer eurobono gritaré lleno de júbilo: "¡Ya lo decía yo!"

P.S.

1. Esto del control de los presupuestos de cada Estado por parte de Bruselas tiene su aquel.

2. El "aquel" estará relacionado con las prioridades. Por ejemplo:

   ¿Por qué compran un F-18 en lugar de hacer unas cuantas escuelas?

   ¿Por qué hay unos cuantos (miles de) chicos/as en puestos de responsabilidad dudosa (o sea, absolutamente innecesarios) que cobran unos sueldos majos y luego ustedes hacen recortes donde no hay que hacerlos?

    ¿Por qué no revisan ustedes su modelo autonómico a fondo, para saber cuántos euros se podrían ahorrar y así destinarlos a cosas útiles?

3.  No sigo con los porqués por no darle más pistas a Ángela, que, como dicen en mi tierra, nos tiene muy "calaos".

4.  Pero estoy muy contento al ver que "lo que algunos llaman 'cesiones de soberanía' no son más que pasos, que ya sabíamos que teníamos que dar, pero que, como los veíamos tan lejos, llegamos a pensar que no había que darlos nunca".

5.  (Lo entrecomillado está copiado de mi último libro. Esto de escribir tiene la ventaja de que puedes copiar lo que has dicho y nadie se queja).

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15/02/2013 Se nos va el Papa

Nos ha sorprendido a todos. Y, además, en latín. Sin que los bien informados lo supieran. Sin que muchos lo entendieran, porque el latín ya no se lleva. Pero una periodista italiana que sabe latín (nunca mejor dicho) lo entendió y se llevó la primicia.

El Papa ha dicho que, después de pensarlo bien y de rezarlo bien, se va. Haciendo uso de su libertad. Haciendo las cosas my way, a su manera.

Estoy en Pamplona, haciéndome una revisión, en la Clínica Universidad de Navarra. Uno necesita pasar la ITV, de vez en cuando.

En el hotel al que voy siempre, el Blanca de Navarra, que está en frente de la Clínica, que me resulta muy cómodo y donde me atienden de maravilla, saludo a una camarera, muy amiga mía. Me dice que me tiene que hacer una pregunta. Como la pregunta que me hacen siempre es "cuándo saldremos de esta", me desconcierta cuando quiere saber qué opino sobre la renuncia del Papa. Me dice que ya sabe que la pregunta es difícil. 

A mí la contestación me parece sencillísima: Benedicto XVI no se siente con fuerzas y se va. Así de simple. Mi amiga pone cara de decepción. Como si las cosas siempre tuvieran que explicarse de una manera complicada.

No soy quién para hacer una valoración del Pontificado que acaba el próximo día 28. Soy menos quién para hacerla por Twitter, como pedía el otro día un importante diario español. Pensar que en 140 caracteres se puede resumir el trabajo de una persona me parece una auténtica estupidez. Si esa persona es el Papa, la estupidez se convierte en melonada, como se dice en mi tierra. 

Casi a la vez, ha venido Draghi a España. 

Ha dicho que quiere un crecimiento sostenible y que lamenta la destrucción de empleo. Luego, al más puro estilo del ininteligible Trichet, ha añadido que hay que reorientar los principios motores de la economía (traducción: olvídense del ladrillo). Ha seguido hablando de la productividad y ha dicho que el crédito tardará en llegar a la economía real. (Esto debe significar que hay una economía irreal, que es la que nos fastidia.)

Draghi, técnico que busca soluciones técnicas. Para eso le pagamos. 

Pero no podemos aprovechar que se va el Papa para volver a las andadas. Porque este Papa estaba preocupado con el relativismo y nosotros, también. Es posible que muchos de nosotros no nos hubiéramos dado cuenta de que el relativismo es lo del 'todo vale'. Pero, ahora que los periódicos no hablan más que del dinero que unos tenían y que otros se llevaron y del pobre que se suicida porque le desahucian, alguien tiene que recordarnos, a los católicos y a los no católicos, que no todo vale.

Y lo tiene que decir por activa y por pasiva, hasta que le digan que es un pelmazo y, cuando se lo digan, volver a repetirlo, una y mil veces. 

Porque, a pesar de ser un señor muy preparado, Mario Draghi no puede con todo. Bastante hace con intentar arreglar los estropicios. No le queda tiempo para preguntarse el porqué de esos estropicios.

Y alguien tiene que ocuparse, y decírselo a Draghi y a Rajoy y a Merkel y a todo hijo de vecino.

Vendrá otro Papa. Unos acertarán en las quinielas. Otros, una vez más, no acertarán.

A mí, que no juego ni a las quinielas de fútbol sólo se me ocurre decir: ¡Que Dios te acompañe, Benedicto! Y al Papa que ya está viniendo (él no lo sabe), ¡Bienvenido!

No sé su nombre. Pero sí sé lo que dirá: que con el relativismo no se va a ninguna parte. Mejor dicho: se va al estercolero.

Acabo mi conversación con la camarera del hotel. Me pregunta cómo sé lo que el próximo Papa va a decir, si no sé quién va a ser.

Le digo la verdad. Información privilegiada.

No hace falta ser muy listo para tenerla.

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08/02/2013 Se buscan salvapátrias

Acabo de leer Victus, de Albert Sánchez Piñol, un escritor catalán. Según la contraportada, es “una novela histórica que narra la guerra de sucesión española, un conflicto que puede considerarse como la primera de las contiendas mundiales y que termina el 11 de septiembre de 1714 con el apocalíptico asalto a Barcelona”.

Si lo que pone el libro es cierto, lo de “apocalíptico” me parece muy suave: fue algo terrible.

El autor dice que para escribirlo se ha basado “en las convenciones habituales de la novela histórica, que estipulan atenerse a los datos constatados al mismo tiempo que se tolera la ficción en el apartado privado”. O sea, que si dice que eso sucedió en 1714, fue en 1714. Si dice que una chica que pasaba por allí era morena y con rizos puede ser morena y sin rizos, o, simplemente, no ser.

Por tanto, me he creído todo lo que escribe Albert. Así, me he enterado de que Villarroel fue un general castellano que se batió el cobre por Barcelona defendiéndola del ataque borbónico. “Figura inmensa, que defendió la capital catalana con lágrimas en los ojos”.

En la actualidad, el 11 de septiembre los partidos catalanes acuden al monumento a Casanova que hay en Barcelona para hacer una ofrenda de flores.

Hasta ahora, a mí Casanova me caía muy bien, porque era de un pueblo cercano a San Quirico y cuando voy a misa al hospital-residencia de ese pueblo veo un monumento en el que está muy majo, agarrando una banderica.

Luego me enteré de que la banderica no era un trapo cualquiera. Era el pendón de santa Eulàlia, patrona de Barcelona.

Al final del sitio de Barcelona, que duró 14 meses, que se dice pronto, Villarroel quiso hacer un intento desesperado y ordenó dos ataques. Uno mandado por él mismo y otro por el jefe de Gobierno, Rafael Casanova, con la bandera de santa Eulàlia.

Lo que pasa es que el autor dice -y si lo dice, debe de ser verdad, por lo de los datos históricos que ha señalado al principio- que Casanova era un personaje más trágico que deplorable y que al cabo de poco rato, volvió herido en una pierna. El protagonista afirma que le pareció una heridita de lo más leve y que, cuando llegó al hospital, su médico ya estaba redactando un certificado de defunción para que Casanova pudiera fugarse.

¡Ay, madre, otro engaño más! ¡Si ya no puede fiarse uno ni de Casanova! ¡Si hasta la Real Sociedad está acusada de dopaje! Pero, ¡¿en qué país vivimos?!

¿Y qué hacen todos esos señores llevándole flores a don Rafael, si se escapó a todo correr dejando en el hospital su certificado de defunción, que no fue válido hasta 29 años más tarde?

Vuelvo a Villarroel que, por lo menos, tiene una calle muy maja en Barcelona, cerca de la calle Casanova. No tiene monumento, me parece.

No hago más que oír que, en estos momentos, hay un peligro: que en España aparezca un salvapatrias.

¡Pero si lo que precisamente necesitamos es un salvapatrias! Mejor, varios, cuatro o cinco. No más.

Deben reunir las siguientes condiciones:

Que tengan 50-60 años. En estos momentos no los quiero más jóvenes ni, por supuesto, más viejos, porque los viejos ya no estamos en condiciones de tener que ir a la oficina todos los días a las 9 y salir a las tantas. Que tengan la vida resuelta. Que no pertenezcan a ningún partido político. Que no sean militares, banqueros o sindicalistas. Que no hayan trabajado nunca en Goldman Sachs o similares. Que su marido o su mujer no sean políticos. Que no necesiten el sueldo que no van a cobrar, ni en blanco ni en negro ni en bolsos Louis Vuitton, aunque me juren que están comprados en el top manta. Que no necesiten el puesto para conseguir contactos. Que por su carrera profesional y humana los tengan, y de nivel. Que sean personas que se puedan ganar perfectamente la vida cuando dejen el puesto, sin esperar a que a uno le nombren presidente de la Empresa Nacional de Fabricación de Varillas de Paraguas, S.A. (ENFAVASA) y a otro, consejero de la Sociedad Española de Novelas Pornográficas, S.A. (SOESNOPORSA). No he puesto que sean honrados, porque la honradez es una asignatura obligatoria, no opcional.

Me encantaría que esos salvapatrias, porque como son eso no les quiero llamar de otra manera, firmasen un contrato comprometiéndose a estar 4 años gobernando España, mientras los partidos, los jueces, los parlamentarios, los… y los… arreglaban sus cosas, expulsaban violentamente a los corruptos, los presuntos corruptos y los quizá corruptos. Y, por favor, que no pierdan el tiempo ni gasten dinero escribiendo un código ético de comportamiento, porque el corrupto, presunto corrupto y quizá corrupto se lo salta con una gran elegancia. Incluso participa en su elaboración.

Y como es tan urgente, hasta estoy dispuesto a perdonarles que no hablen inglés, porque ahora me interesa que se fijen en lo esencial. Y lo esencial es lo de la regeneración moral, o la revolución civil, o la decencia, como lo queráis llamar.

Me sobran muchos de los que están ahora en puestos de gobierno. Muchos. Y de oposición. Muchos. En la Administración Central y en las autonomías. Como la catalana me cae más cerca, veo que también aquí hay muchos Casanovas que enarbolan el pendón sin darse cuenta de que los pendones son ellos.

P.S.

1. Lo de los salvapatrias es un invento viejísimo. En las carreras  de Fórmula 1, el safety car hace ese papel. No pretende ganar la carrera, no da muchas vueltas. Sólo las necesarias para que los que han organizado el lío se deslíen. Y luego se va. Eso es lo que quiero yo. Si a alguien le molesta lo de  salvapatrias, lo llamo safety car y ya está.

2. No viene a cuento, pero lo digo. En todos los momentos apurados, tristes, complicados, hay un ramalazo cómico. Lo he visto hoy: el premio Gaudí a la mejor película en lengua catalana se lo han dado a una película muda.

3. Varias naciones del mundo se están disputando el premio. Dicen que es muda, pero en su idioma. Y que lo del catalán no está tan claro.

¡Ay, Señor!

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01/02/2013 Los buenos y los malos

Desayuno con mi amigo de San Quirico. Hace tiempo que no nos veíamos. Hablamos de todo. (Hoy no tiene mérito hablar de todo, porque ¡cuidado que hay cosas!)

Me habla de una persona a la que los dos conocemos. Es un personaje extraño, que se cree genial, raro, de los que goza cuando encuentra fallos para poder echar una bronca, de los que creen que dirigir es vigilar, de los del piensa mal y acertarás”.

Le digo a mi amigo: “¡Pobre hombre, está loco!”. Me mira muy serio y dice: “¡No seas ingenuo! ¡No está loco, es malo!”.

De verdad, siempre que he visto a alguien hacer cosas mal hechas, he pensado que estaba loco. Otras veces he pensado que era bobo por meterse en semejantes tinglados.

Pero lo de malo no lo había pensado.

Cuando mi amigo me dice eso, recuerdo que en una contra de La Vanguardia entrevistaron a un señor, me parece que psiquiatra, que decía algo así como que no hay derecho a que cuando alguien hace algo malo, se diga de él que está loco. Venía a decir que el loco hace locuras y el malo, maldades, que es una cosa muy distinta.

En casa siempre hemos coleccionado todo: sellos, latas, botellas de cerveza, corchos, robots, sobres de azúcar, botijos, ceniceros robados…

También, chapas de botella. Me regalaron el otro día una cerveza que no tenía. (Con tantas colecciones, es facilísimo hacer regalos en mi familia. Cuando vuelvo de viaje, le traigo a mi mujer dos sobres de azúcar, después de haber puesto el azúcar en el azucarero porque en casa todo se aprovecha, y da saltos de alegría).

Pues en la chapa había una palabra en mayúsculas: ROGUE. Voy a mi diccionario inglés, y encuentro que rogue significa 'pícaro, pillo. Lo bueno es lo que han puesto en la chapa alrededor de esa palabra: Dedicated to the rogue in each of us”. O sea, “dedicado al pillo que todos llevamos dentro”. Al pillo, al pícaro, al sinvergüencilla, al sinvergonzón.

Incluso al malo. Porque, desde el desayuno con mi amigo de San Quirico, leo mis dos periódicos con otro criterio. Y descubro gente mala.

Para los católicos, esto no es  extraño, porque sabemos lo del pecado original. Adán y Eva eran unos tíos majísimos, pero Eva se comió la manzana y ahí se estropeó todo, y nuestra naturaleza quedó tocada y nos sucede eso que dice otro amigo mío: que no sabe qué le pasa, pero que todo lo que le gusta, o es pecado o engorda.

Soy patrono de la Fundación Alia2, dedicada a la lucha contra la pornografía infantil en Internet. Los policías y los guardias civiles que utilizan el software que les proporciona la Fundación nos cuentan unas cosas que hacen que se nos pongan los pelos de punta. Y ahora me he enterado de que esa gentuza que hace esas cosas no está loca, no. Son malos. Comparados con Hitler y Stalin, no sé quién es peor.

Gracias a Dios, también hay buenos. Muchos. Quizá, menos espectaculares”. Ayer estuve en la presentación del proyecto Como en casa”, de la Fundación Miguel Gil Moreno. (Miguel era un fotógrafo de guerra, muy amigo de mis hijos, que murió en Sierra Leona). Estas personas ayudan a familias de clase media que lo están pasando mal. Antes se llamaban pobres vergonzantes”. Queda mejor decirlo de otra manera, pero la situación es la misma. Son familias con un cierto nivel social que, de repente, por la maldita crisis y por los malditos malos que han hecho toda clase de canalladas, se han quedado sin poder comer. La Fundación les hace la compra, la paga y hace que se la envíen. De modo que cuando llega la comida a casa, nadie sabe que aquello es una ayuda. Hasta el portero piensa que los señores del 4º derecha han vuelto a hacer la compra en El Corte Inglés.

Estamos en un momento muy malo. Da la impresión de que la gentuza ha salido a la calle. No digo que han salido del armario por no insultar a los que han salido del armario por otras razones.

La gentuza está amparada por un absoluto desconocimiento de lo que hacían, por parte de sus jefes. Nadie sabía nada de lo malos que eran. Como si la estructura de esa organización -política, social, económica- estuviera formada por ángeles buenos, buenísimos, bastante tontitos, que con las alas se tapan los ojos para no ver las charranadas que hacen los malos, malísimos; charranadas, por cierto, de las que los angelitos, con mucha frecuencia, también se aprovechan.

P. S.

1. Que sí, que me ha salido un sermón. Pero hace tiempo que tenía ganas de echar un sermón. Porque, vuelvo a repetirlo por enésima vez más una: o nos damos cuenta de que así no se puede seguir; o nos volvemos buenos y hacemos que nuestros hijos lo sean, o no hay nada que hacer.

2. Cuando digo buenos, quiero decir gente limpia, noble, que sepa que lo que está bien, está bien y lo que está mal, está mal. ¡Casi nada!

3. Por cierto, esto se aprende en la familia.

4. Es posible que los malos también aprendieran cosas buenas en sus familias. Pero algo pasó y se convirtieron en gentuza.

5. A ver si hay suerte y se acuerdan de lo que les enseñó su mamá, que era una santa.

6. Pero ellos son hijos de mala madre.

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25/01/2013 Espero un papel

Esto está cada día más divertido. España es un cúmulo de casualidades. Va un señor a Andorra con su novia y, de repente, se abre una bolsa, y ¡hala! billetes de 500 por el maletero. Va otro señor, hace negocios industriales con socios extranjeros y ¡hala! 22 millones de euros en Suiza. Otro hace no sé qué con cosas de formación y ¡hala! a devolver no sé cuántos mil euros sin que se le mueva un músculo de la cara. A otro, hace años, se le escapa lo del 3 % y todos se escandalizan. A una fundación le cambian el nombre para que suene mejor. Un alcalde dimite por unos días. Luego prorroga su dimisión por otros días más.

Otra casualidad es que muchos de ellos -realmente casi todos- sean políticos. Y uno llega a pensar que la clase política, eso que han inventado unos y de lo que viven ellos, sus familias y otros que se les pegan, es una cuadrilla de sinvergüenzas, o de indecentes, o de impresentables, o de lo que queráis (podéis elegir el nombre, con tal de que no suene bien).

Menos mal que sale Mariano y, mientras con un plumero limpia el polvo y con un cepillo de púas el barro de su partido, nos asegura a todos los españoles, y a quien quiera oírle aunque no sea español, que la clase política en general es honrada y que “no es aceptable que se diga que en política todo es sucio, porque no es cierto y además es injusto”.

Me lo creo, Mariano. Porque me lo dices tú. Tema resuelto.

Pero, como lo de las cuentas claras es bueno, porque ahuyenta los malos pensamientos, me gustaría que Mariano por el PP, Alfredo por el PSOE, Oriol por Convergencia y Josep Antoni por Unió, me hicierais llegar en el plazo de una semana el siguiente formulario:

 

Partido… (Póngase el nombre del partido)

Dirigido por… (Póngase el nombre del máximo responsable)

Fecha: 1 de Febrero de 2013

Asunto: Cuentas del partido a 31 de diciembre de 2012

Ingresos del año 2012

Cuotas de afiliados: Tantos afiliados x tantos euros por afiliado      A euros

+ Subvenciones y donativos

            *Presupuestos Generales del Estado                                     B

            *Donativos de empresas (detallado empresa por empresa)        C

            *Donativos de personas (detallado persona por persona)          D

            *Donativos de otros partidos europeos y americanos que

              nos echan una mano porque les caemos bien (detallado

              partido por partido)                                                         E

            *Donativos de fundaciones que nos dan dinero porque

              les gusta lo que hacemos (detallado fundación por

              fundación)                                                                     F

+ Varios   

             *Fiesta del aniversario del partido                                       G                 

             *Lotería que, una vez más, le ha tocado al Diputado

               XX y que, lleno de generosidad, como siempre, ha

               entregado al partido como aportación personal                    H

             *Otros, detallado uno por uno.                                           J

Total Ingresos 2012: A + B + C + D + E + F + G + H +I +J =                K

 Gastos del año 2012

Personal, detallado individualmente. Incluye sueldos y S.S.                    L

Viajes y estancias, detallado viaje por viaje y estancia por estancia       M

Electricidad, agua y gas                                                                  N

Alquileres                                                                                     O

Otros, detallados individualmente                                                      P

Total gastos 2012: L + M + N + O + P =                                                     Q

K menos Q = Ingresos menos gastos = superávit/déficit  del partido en 2012.

Si hay superávit, cómo está invertido o guardado: fondos en España, dinero en la isla de Gernsey, puesto debajo del colchón de la cama del Secretario General, etc.

Si hay déficit, cómo se piensa arreglar: derrama a los afiliados, reducción de sueldos, colectas especiales por la calle, fiestas benéficas, créditos de algún banco que milagrosamente se lo quiera dar, etc.

Mariano, Alfredo, Oriol, Josep Antoni. No hace falta más.

Si presentáis eso dentro de una semana, os podéis ahorrar lo de pongo la mano en el fuego”, me estáis queriendo destruir”, “no me temblará el pulso”…y todas esas patochadas que decís mirando a la cámara y que, ora dan pena, ora dan asco, ora dan risa, ora producen desprecio. (¡Vaya frase que me ha salido!).

La gente no es idiota y esas patochadas ya no cuelan. En consecuencia, tenéis varias posibilidades:

1.    Iros (la que más me gusta).

2.    No hablar más que con números, porque los números se entienden muy bien.

3.    Siempre: callaros.

4.    Siempre: tener vergüenza.

Porque no sé si os acordáis de que estamos en aquello tan bonito de la regeneración moral que, para muchos, es una filfa, o sea “mentira, engaño, noticia falsa”.

P.S.

1. No quiero comisiones de investigación, porque ya me sé las etapas: quiénes las forman, qué plan de trabajo se va a seguir (hasta aquí, 6 meses), el lugar, la frecuencia de reuniones, etc. Y 13 años después, la mitad de la gente se ha muerto y la otra mitad no se acuerda.

2. Quiero números, actuales, reales, que los tenéis, majos. Decidle a una secretaria que los pase  a limpio y me los mandáis. Firmados por vosotros, como es natural. Enviádmelos, que me los harán llegar y los publico la próxima semana. ¡Ánimo!

3. Escribo este artículo el martes. Hoy, en la COPE, en el programa de Javi Nieves, he pedido lo mismo y he puesto como plazo el viernes. O sea, es posible que cuando salga este artículo el viernes, yo ya tenga los datos. En ese caso, lo diré y ya está.

4. Si, al leer este artículo, alguno dice que parece que estoy cansado, acierta. Estoy muy cansado de cuentos, explicaciones, frases vacías y falsas.

5. Y cuando oigo a Inocencio Arias decir que ya no sabe qué porcentaje de políticos es honrado, estoy por llamarle y decirle: “Chencho, yo, tampoco lo sé. Pero, por lo que veo, me parece que el porcentaje es extremadamente bajo”.

6. Y, como soy español y quiero a mi Patria, copio lo que dijo Unamuno: “Me duele España; ¡soy español, español de nacimiento, de  educación, de cuerpo, de  espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo!”

7. Pues yo también y por eso, también a mí me duele España.

8. Y lo vamos a arreglar.

9. A pesar de.

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18/01/2013 La revolución civil y la ecuación con envolvente

Hablo con un ingeniero amigo mío. El próximo lunes voy a comer con él y con otros ingenieros. Después de la conversación, agradabilísima, me acuerdo de que soy ingeniero. Con frecuencia se me olvida, porque lo que hago ahora tiene poco que ver con el cliché que se atribuye con frecuencia a los ingenieros: que son cuadriculados, que tienen un esquema cerrado en la cabeza y que todo lo que allí no cabe no existe, etc. Y mi vida actual tiene poco que ver con eso. Se caracteriza por un absoluto desorden y un modo de funcionar que hace que algún amigo mío ingeniero me haya dicho recientemente: Estás haciendo el payaso”.

Repito muchas veces que estoy contento al ver que España va por el buen camino. Lo digo hoy, con 5.778.100 personas sin empleo, según la Encuesta de Población Activa de 30 de septiembre y a la espera de la de 31 de diciembre, que saldrá uno de estos días.

Y como muchas veces me preguntan qué es eso del buen camino, porque no acaban de verlo, he decidido ponerlo en ecuaciones, para recordar mis tiempos de la Escuela de Ingenieros de Industrias Textiles, que así se llamaba la de Terrassa.

Busco una ecuación omnicomprensiva, palabro con el que pretendo decir que fuera de esa ecuación no hay nada. (Cosa imprudentemente ambiciosa, porque la experiencia me dice que cuando dejas algo completamente acabado, a los pocos días descubres que te habías olvidado de algo. Y, además, importante.)

La ecuación es la siguiente:

A (austeridad) + C (crecimiento) + RES (reformas estructurales), todo ello envuelto en H (honradez) = dar la vuelta a  España como un calcetín.

Ahora voy a intentar explicar cada miembro de la ecuación.

Austeridad = es lo que estamos sufriendo en forma de más impuestos y menos gastos (recortes).

Es algo que no gusta, ni en una nación, ni en un ayuntamiento ni en una familia. Pero hay que darse cuenta de que en una nación, en un ayuntamiento o en una familia, si hay desmadre, se puede aguantar un año, dos años, tres años, hasta que, como dicen los catalanes, peta. O sea, estalla. Y aquí petó.

Crecimiento = revolución financiera + crédito a las empresas.

La revolución financiera está formada por varios sumandos:

Revolución financiera = saneamientos que han hecho los bancos contra sus cuentas de resultados + banco malo + relajación de las normas de Basilea por las que se consideran activos con liquidez unos que antes no se consideraban como tales + 22.000 millones de créditos del ICO a pymes + venta de entidades financieras poco presentables + salvación de otras menos presentables todavía +  otra cosa que diré luego.

La cosa que diré luego la digo ahora: que como con todas estas cosas la gente se fiará más de nosotros, el Estado podrá colocar deuda (o sea, pedir prestado) con más facilidad y si consigue el dinero de inversores que no sean los bancos españoles, quedarán más euros para mi amigo de San Quirico al que vete a explicarle que lo de que el Estado se lleve el dinero que le podrían haber prestado a él se llama crowding out.

Aquí se presenta una duda: ¿cuándo recuperaremos el dinero puesto por el Estado en los bancos, que hace que, siguiendo aquello de que Hacienda somos todos”, a todos nos escuezan los montones importantes -importantísimos- de euros que el Estado ha puesto o ha avalado para evitar que estos mozos se hundan, arrastrando en su hundimiento a sus empleados, a sus accionistas, a sus…, a sus…, incluyendo en los sus a los que compraron preferentes porque era el último grito (y lo fue) y también a algún banco alemán que les había prestado dinero? (Me ha salido un interrogante muy largo, pero es que hoy me ha dado por lo omnicomprensivo).

He puesto que crecimiento = revolución financiera + crédito a las empresas, pero me parece que está mal. Que es solo revolución financiera”, porque si se hace bien, debe fluir el crédito a las empresas, lo cual, lógicamente, traerá consigo el crecimiento, digo yo.

Reformas estructurales = reformas de la estructura. El otro día vi por televisión a un señor perteneciente a un organismo internacional que decía que España tiene una estructura compleja.

Para colmo, hoy leo que hay un foro, el de la Sociedad Civil, que yo no sabía que existía y cuyos componentes proponen modificar la Constitución. Estos señores dicen que “esto no puede seguir así”. (Hasta ahí, todos de acuerdo.)

Y remachan: “porque no nos podemos permitir 17 gobiernos, 17 parlamentos, 17 tribunales de justicia y 17 tribunales de competencia”.

Ufff... ¡Qué poco les va a gustar a algunos y cuánto nos va a gustar a otros!

Ahora viene lo de la envolvente. La H. La honradez. En este tema estoy dispuesto a aceptar cualquier eslogan: “¡Basta  ya!”, “¡Tolerancia cero!”, “Estoy hasta las narices!”, “¡Vigilen sus nombres no vaya a ser que haya otro que se llame exactamente igual que usted y que sea muy malo, mientras usted es muy bueno!”, etc.

Pero basta ya, por favor. Que no sé si los de C son malos y los de U, también y por eso, CiU es mala. Ni si el PP es impresentable o simplemente es que a su extesorero le gustaba esquiar en Suiza. Ni si un señor cobraba comisiones a cambio de papeles para los inmigrantes.

No lo sé, pero vuelvo a repetir algo que dije hace tiempo: que si Shakespeare hubiera vivido ahora en España, no habría dicho eso de que algo huele podrido en Dinamarca. Hay quien dice que no lo dijo: que la frase real era hay algo podrido en Dinamarca”. Y esa es la frase exacta para hablar de España: que hay algo podrido. Mucho podrido.

Y de ahí viene lo de la revolución civil que yo quiero hacer en España, porque, o ponemos la envolvente de Honradez o ponemos la envolvente de la manta que todo lo tapa, tarea en la que me parece que hay cientos de especialistas.

Yo no puedo, Mariano. Pero tú DEBES, que para eso te pagamos. Seguramente, menos que lo que van a pagar a Guardiola en el Bayern. Pues haberlo pensado antes y, en vez de hacerte político, haber seguido un curso en la Escuela de Entrenadores.

DEBES, pero quizá no puedes. Si mueres en el intento, te haré otra estatua de esas que ya estoy encargando para ti. Y hablaré con algún alcalde amigo mío para que la pongan en la plaza mayor del pueblo (la que en sus tiempos se llamó del Generalísimo Franco).

En televisión me preguntan si los medios de comunicación tienen culpa del mal ambiente. Les digo que no. Que el mal ambiente es porque el ambiente es malo. Es verdad que una noticia catastrófica puede llamar la atención de la gente, pero si el Gobierno se empeña en que nos aprendamos de memoria la ecuación y la va repitiendo y y repitiendo y repitiendo, los medios informativos irán hablando de esas cosas. Y si todos los días pescan a un señor al que le gusta esquiar o al que le gusta viajar con su novia a Andorra para hacer compras y que por eso se lleva unos billetejos de nada, eso, bien presentado, contribuiría a la revolución civil.

Porque mis amigos de los medios de comunicación, que son muy buena gente, dirán: “¡Otro pájaro descubierto”. Y, en vez  de añadir: “¡Qué mal está todo!”, dirán: “¡Ánimo, Mariano, que ya hay uno menos en la calle!”.  Y si retiramos de la circulación pájaro por pájaro, uno por uno, o sea, trescientos sesenta y cinco pájaros al año (uno más en los bisiestos), al final de año la tele empezará a dar buenas noticias. El negocio de construcción de cárceles habrá florecido. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado o las empresas privadas de seguridad contratarán gente. Y la calle estará más limpia.

Este  es un artículo con epílogo, que copio del de mi último libro, que me salió muy bien.

“Parafraseando unas declaraciones que hizo un político español hace unos años, con esta revolución civil, a España ´volvería a conocerla la madre que la dio a luz - ya sé que no lo dijo así, pero, dicho de esta manera, me parece más educado-.

Y parafraseando algo más bonito, acabo repitiendo a Antonio Machado: ´Creí que mi hogar estaba apagado y revolví la ceniza…Me quemé la mano´.

Nuestro hogar no está apagado. Lo hemos dejado enfriar. Pero hay que quemarse la mano”:

P.S.

Mariano, ¡qué trabajo más bonito tienes por delante! ¡Qué responsabilidad tan grande! ¡Ánimo, que ya tengo encargada la estatua!

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11/01/2013 Falta pudor, sobra pudor

 

El Diccionario de la Real Academia define el pudor como “honestidad, modestia, recato”. Y también, como “mal olor, hedor”.

Por aquello de que los extremos se tocan, estoy viendo casos -muchos, muchísimos- de falta de pudor en el primer sentido y de sobra de pudor en el segundo sentido.

No soy quién para acusar a nadie de falta de honestidad, pero sí de falta de recato, como me parece falta de recato cuando alguien sale en la tele y nos cuenta qué le pasó con su mujer o con la amiga de su mujer o con aquel chico que era muy majo, pero que, en sus ratos libres, metía la mano en la caja del Ayuntamiento, porque para eso era Alcalde. Y con quién se acostaba cada uno y cada una.

A veces, pienso que la falta de recato es consecuencia de eso que nos ha dado por llamar “autenticidad”, o sea, que cada uno hace lo que le apetece, y además lo cuenta, porque uno es así de auténtico. Con este significado, por cierto falso, de la autenticidad, resulta que cuanto más dura tienes la cara, más auténtico eres. Y de ahí a la falta de recato va un nanomilímetro, que me parece que es algo muy pequeño, si es que existe.

Rodrigo Rato, elegido por Bloomberg Business Week como uno de los cinco peores directivos del mundo en 2012, ha sido contratado inmediatamente por Telefónica como miembro de un Consejo asesor. El Confidencial dice que Rajoy le quería colocar en Endesa, pero al final no pudo.

Repaso nombres: Eduardo Zaplana, Felipe González, José Mª Aznar, Elena Salgado,…en Telefónica, Endesa, Gas Natural, Murdoch y sitios así.

Veo que en Cataluña, Mas, siguiendo el guión que le ha escrito su socio y opositor Oriol Junqueras, inaugura el desdoblamiento del Eix Transversal y dice que eso es un ejemplo de que Cataluña funciona mejor cuando no depende del Gobierno central. Algunos dicen que el coste total de la obra será de 2.550 millones de euros, aproximadamente un 250 % más que el precio de adjudicación aprobado inicialmente. O sea, que lo previsto eran 1.020 millones de euros y se les fue un poco la mano y lo multiplicaron por 2,5, cosa que pasa en las mejores familias y de la que tiene la culpa única y exclusivamente la Administración Central, porque la parte nuestra la hemos hecho de cine.

Y a las personas normales, al ver lo de Rato, Aznar y González y Zaplana y Salgado y esas cosas de Mas, se les queda la cara de tontos. O de listos, porque resulta que no son tontos y se dan cuenta de lo que pasa.

Para tranquilizarnos, lo de la falta de recato no pasa solo aquí, porque en Alemania, o quizás en Moscú, Schcroeder, el antiguo canciller, trabaja para Gazprom. Con un cierto retraso, me entero también de que en 2009, el entonces Presidente del Deutsche Bank, Josef Ackeman, celebró su cumpleaños en el despacho de Merkel, cosa que ya me hubiera gustado celebrar a mí, dada mi admiración por Dª Angela.

Ahora resulta que Unió, partido serio de toda la vida, va a devolver 388.000 euros que, por una distracción, acabaron en las arcas del partido, desde1994 a 1999. ¡Es que hay mucha gente distraída! En este caso, me quedo menos descontento, porque lo devuelven, aunque la instrucción del sumario ha durado 13 años, período de tiempo que ha servido para una serie de cosas, como, por ejemplo, “debilitar” las pruebas para acreditar la participación de los acusados. Concretamente, a dos señoras se les retiran los cargos por las dificultades para probar su culpabilidad, sobre todo después del tiempo transcurrido, que no permite acreditar su participación. Cuando le recuerdan a Duran i Lleida que tendría que dimitir por este asunto, se va a Chile y dicen que igual hará algunas declaraciones allí. (Andando, la sede de Unió en Barcelona está a 10 minutos de Catalunya Radio y a 5 de RAC 1. Para hacer declaraciones, no hace falta irse tan lejos y gastarse dinero en el viaje.)

Desayuno con un amigo, en Barcelona. Se conoce muy bien los entresijos de esta Comunidad Autónoma y de otras. Y me dice que, hace años, había personas de categoría que dejaban sus ocupaciones profesionales y se dedicaban a la política durante una temporada. Normalmente, les costaba dinero. Al abuelo de mi mujer, Jorge Jordana, le pasó eso cuando fue Alcalde de Zaragoza. Solo la chistera que llevaba cuando recibió a Alfonso XIII en 1927 en Zaragoza costaba un dineral. Y se la pagó él.

Mi amigo me dice que, poco a poco al principio, y con una velocidad endiablada al final, esos hombres de prestigio dedicados a la política fueron sustituidos por hombres sin prestigio o con mal prestigio que veían en la política un modo de quitarse el hambre, y, una vez quitado, poder comer mariscos, alimento que a mí nunca me ha gustado, y que quizá por eso no he podido hacer carrera en este terreno. Esos hombres constituyeron una nueva clase: la clase política, que, en la encuesta de septiembre del CIS, aparece considerada como un problema por un 26,9 % de españoles. (Curiosamente, en esa misma encuesta, un 24,5 % de españoles están a favor de un único gobierno central, sin autonomías. Casi coinciden las cifras. Yo creo que el desmadre se ve demasiado. Estos mozos no disimulan nada.)

Me dice mi amigo que toooooodos los políticos están pringaos. Luego, se calma un poco y dice: bueno, tooooooodos no, porque conozco alguuuuuuuno honrado. (El alargamiento de la palabra alguno, junto con la cara de pena que pone, me indica que piensa que alguuuuunos no son muuuuuchos).

¿Crisis de valores? No, crisis de falta de vergüenza, que hace que a algunos mozos/as se les vaya endureciendo la cara hasta parecer un anuncio del cemento que fragua instantáneamente y que hacen que la gente diga eso de que siempre pagamos los mismos.

Creo que sería más exacto decir que siempre, los mismos están en todos los ajos. Y sus maridos y sus mujeres y sus ex maridos y sus ex mujeres, porque, en cuanto rascas un poco, aparecen parentescos actuales o antiguos. A veces, me da la impresión de que el que deja a su mujer o al revés, va al Gobierno de turno y le dice: “anda, colócame a este/a en algún sitio, que así me ahorro la pensión” (con la edad, cada vez tengo más malos pensamientos).

O sea, que las antiguas clases sociales de proletarios vs capitalistas ahora son los que no están en el ajo vs los que sí están en el ajo. Si los señores Méndez y Fernández Toxo hicieran un sindicato de los que no están en el ajo, igual me apuntaba.

Otra cosa: señor Rato, usted, ahora, a vivir, que para llegar a fin de mes, no necesita las cuatro perras que le va a pagar César Alierta. ¿Por qué no lo deja? Desde fuera, me parece que usted, en el FMI no se lució mucho. Y en Bankia menos todavía. Pero, por familia, tiene perricas y no necesita lo de Telefónica. Váyase, hombre, váyase. Que me cae muy bien, porque usted es amigo de un pariente mío y cuando murió mi suegro, usted fue al funeral. Y un día nos lo encontramos y mi mujer le dio las gracias.

Sea usted el primero en dar el paso, porque todavía tiene prestigio, a pesar de lo de Bloomberg y de lo de Bankia. Retírese y váyase a Asturias una temporada. Que aún es joven y puede volver. ¡Ánimo, hombre, que nos ayudará a todos!

Y luego, igual se animan Salgado, Zaplana y los demás, y le siguen. Y evita tentaciones a otros que están esperando, anhelantes, a que la gente se olvide un poco de las burradas que han hecho y les hagan Consejeros de la empresa de mi amigo de San Quirico, que no es Endesa ni Gazprom, pero por algo se empieza.

Y la gente empezará a pensar que no todo está perdido: que entre ustedes que renuncian por elegancia y otros que devuelven el dinero por obligación, las cosas empiezan a cambiar.

Y no digo que “en España empieza a amanecer” porque me dirán que soy un fascista impresentable, nostálgico de tiempos que no volverán y que no soy demócrata.

P.S.

1. D. Rodrigo, por favor no piense que, en cuanto usted se vaya, yo le llamo a César Alierta, que es de Zaragoza, y le pido que me dé su puesto. Se lo aseguro: no lo haré. Yo también tengo un cierto pudor. (En la primera acepción.)

2. Hablando de democracia: ayer vi a un político de Ciutadans exigiendo a Duran i Lleida que dimitiera por decencia democrática. Mira, majo, la decencia no tiene adjetivos. No existe la decencia democrática, ni la totalitaria, ni la deportiva, ni la de San Quirico. Existe la DECENCIA.

3. Y la indecencia.

4. Y, mientras tanto, en Barcelona, Félix Millet mira el espectáculo y sonríe.

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04/01/2013 Las 6 cosas que hay que hacer en 2013

 

En Expansión, Ignacio de la Rica dice que el 2013 nos pilla cansados. Seguramente tiene razón, porque incluso las felicitaciones de Navidad reflejan un cierto tedio. Una de las más optimistas que he recibido dice que como hemos sido buenos, lo que nos parece un problema, quedará en una simple incidencia”.

O sea, cansancio, problemas, incidencias, malas caras, malos genios. Que sí, que ya lo sé. Pero como 2013 no es más que la continuación de 2012, lo mismo que 2012 fue la continuación de 2011 y así hacia arriba hasta los Reyes Católicos y más, pues hay que olvidarse del cansancio, como se olvidan muchos que, por la mañana, cuando se levantan, se dicen a sí mismos: Ánimo, que luego echaré la siesta”. Y después, como no pueden echar la siesta, ya te he vuelto a engañar”.

Este año hay que trabajar mucho, aunque, pensándolo bien, me parece que Rajoy solo tiene que hacer 6 cosas:

Fomentar el crecimiento y crear empleo. Fundamental. Mis cortas luces económicas no me dan para saber cómo se crece sin que crezcan las empresas. Porque pienso que si crecen las empresas, se creará empleo. Ya sé que las empresas pueden crecer haciendo inversiones que requieran menos personas trabajando. Pero mis amigos los capitalistas de la calle Mandri en Barcelona no van a hacer inversiones de esas. Porque el bar, el relojero, la confitería y la zapatería, con revolución tecnológica o sin revolución tecnológica, necesitarán que algún banco de los que queden después de la limpieza haga su trabajo y les ayude con una póliza que les permita crecer y crear empleo. 

Leo que Inditex, Mango, Grifols y otras empresas gordas piensan contratar personas. Me entusiasma, pero quiero que creen empleo los pequeñicos, que uno a uno, irán resolviendo el problema del paro. Rematar la reforma/revolución financiera que, o se acaba de hacer pronto, muy pronto, o sea, mañana por la mañana, o ni creación de empleo, ni crecimiento, y los de la calle Mandri, a cerrar. (Lo de la calle Mandri es un ejemplo que me cae cerca, pero hay en España muchas calles Mandri, gracias a Dios) 

Reformar la Administración pública. Carmen del Riego, en La Vanguardia, dice que “reformar la Administración bien vale un mandato”. O sea, Mariano, que si por reformar la Administración te juegas el puesto y lo pierdes, yo haré lobby para que te hagan una estatua en las principales ciudades españolas, con una leyenda: Para un presidente que, por fin, puso los intereses de España por delante de los suyos propios y los de su partido”. 

Reformar la educación. He dicho la educación, no lo que hay que saber. De la lengua, no hablo, porque todo se hará en inglés. 

Reformar el sistema de pensiones, lo cual debe ser difícil, pero algo habrá que hacer, porque me parece que esto no da para mucho más. Quizá haya que cambiar el método de reparto (los jóvenes trabajan para los viejos) por el de capitalización (voy ahorrando para cuando sea viejo). Digo quizá porque tampoco sé de eso. (¡Qué poco me enseñaron en la Escuela de Ingenieros!) 

Seguir luchando contra el déficit y empezar a pensar en ir pagando las deudas. O sea, poner más seriedad en la administración de nuestra familia, porque hasta ahora nos hemos dedicado al apalancamiento, o sea, a vivir de prestado, y ha llegado la hora del desapalancamiento, o sea, del sentido común. En otras palabras, ha llegado la hora del deleveraging, palabra que suena mejor que decir simplemente pagar las deudas”.

¡Y nos coge cansados! Hace muchos años empecé a trabajar con un grupo de chavales que, al cabo de dos horas, me miraban con cara lánguida y me decían: “Estamos agotados”. Un día los reuní y les dije que, a partir de aquel momento, estaba prohibido agotarse. No sabéis cómo aumentó la productividad.

Por tanto, primera idea: prohibido decir que estamos cansados. Segunda idea: prohibido pensarlo. Ya sé que me diréis que soy un dictador, que quiero controlar los pensamientos, etc. Pero, majos, eso es lo que hay. Si soy así, soy así. Seguramente, la culpa es de mis padres, mis abuelos, etc. (Mía no, por supuesto, porque vivimos en un mundo en el que todo es culpa de otro.)

Tercera idea: hablar muy claro y no decir cosas sin fundamento. Poder explicar por qué se dice una cosa. Por ejemplo: “crearemos empleo en el cuarto trimestre”. ¿Por qué? Y se contesta y ya está. Mi amigo Alberto siempre me decía que había que aguantar la repregunta, o sea, el segundo ¿por qué? después del primer ¿por qué?

Cuarta idea: no decir cosas extrañas, porque la gente cada vez es más lista y cada vez está menos dispuesta a que le cuelen encantaments (frases bien construidas, que no significan nada, en absoluto.)

(Cuando estoy escribiendo este párrafo, recibo un correo de una persona que comenta una afirmación mía -“Si queremos, la crisis se acaba ahora”- afirmación que, por lo menos, estaba razonada, no sé si bien o mal, pero razonada, es decir, contesté al por qué que me hizo la entrevistadora. Esta persona me dice, entre otras cosas, que “Haberler sugería que hay un considerable acuerdo sobre la naturaleza de signo acumulativo del proceso del ciclo, y que los puntos de flexión son los que ofrecen mayores desacuerdos por su mayor dificultad en el diagnóstico”. Lo cual no me quita el sueño, porque no he entendido NADA.)

P.S.

1. Repito: este año hay que hacer muchas cosas importantes. Ya nos cansaremos otro año.

2. No he hablado de Cataluña ni sus cosas, porque me parece que es un tema secundario.

3. Voy repasando titulares de La Vanguardia y solo con eso, sin leer los artículos, tengo bastante. Ejemplos:

    a.    Mas emplaza al Gobierno de Rajoy a evitar el choque.

    b.    Mas pide a sus consellers diálogo con el Estado.

    c.    Duran emplaza a Rajoy a “mover ficha sobre Cataluña”.

    d.    Oriol Junqueras, citado por Fernando Ónega: “Se trata de explicar que aquello que depende de la Generalitat se hace de forma justa y eficaz y que lo que depende del Gobierno central no se hace de forma justa y eficaz”.

    e.    Rajoy se compromete a recuperar el diálogo con Cataluña.

    f.     Mas sitúa el bienestar social como prioridad.

   g.    Rajoy y Mas inaugurarán juntos el día 8 de Enero el AVE a Figueres. El acto, presidido por el príncipe, propiciará el primer encuentro de los dos líderes tras el 25-N.

   h.    Francesc Homs, citado por Alfredo Abián: “Madrid ha dictado desde hace tiempo nuestra sentencia de muerte”.

   i.      Lluís Solà, autor y traductor, “repasa su trayectoria dedicada a rescatar el catalán de una enseñanza genocida y abyecta impuesta a los jóvenes de su época”. 

4. De todas estas cosas, lo único importante es que Rajoy y Mas van a hablar. Y si aprovechasen que el Príncipe está allí, y hablasen tranquilamente reunidos con él (que no olvidemos que representa a ESPAÑA y, por tanto, es parte interesada), evitarían -Mariano y Artur- decir tontadas.

5. Y sobre todo, que no esté presente Francesc Homs, porque no da ni una.

Ni Oriol Junqueras, porque ya se ve que se divierte tergiversando las cosas.

Ni Duran i Lleida, que parecía un tío inteligente y quería ser Ministro de Asuntos Exteriores, porque si a mí (Mariano) me dicen que mueva ficha, le contesto (a Josep Antoni y, de paso, a Artur) que la mueva su tía, que es quien la ha puesto en marcha.

Como no se necesitará traductor, porque, en castellano o en catalán, el príncipe, Mariano y Artur se pueden entender muy bien, no hace falta que vaya Lluís Solà, para que no le parezca que la entrevista es genocida y abyecta.

Solo nos faltaba eso.

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28/12/2012 El discurso del Rey

Se está acabando un año duro, emocionante, apasionante, en el que muchas personas han sufrido mucho, en el que muchas personas han dado mucho -se han dado a sí mismas-, en el que se han hecho muchas reformas, revoluciones, cambios serios, que nos han afectado a todos.

Escuché el discurso del Rey por la radio. Me gusta más así. Cuando lo veo por la tele, me distraigo. Veo las banderas, el belén, los papeles encima de la mesa… Por la radio me concentro más.

Me enteré de que el Rey quiere:

1. Que la política se escriba con mayúsculas, o sea, POLÍTICA.

2. Y que la POLÍTICA es la que fija su atención en el “interés general y el bienestar de los ciudadanos”.

3. Y que esa POLÍTICA, lejos “de provocar el enfrentamiento, integra lo común para sumar fuerzas”

Mientras lo oía, yendo a casa en coche, solo, desde un pueblo cercano a San Quirico, iba diciendo “¡sí, señor!” cuando oía algo que me gustaba, y luego empecé a pensar en tooooooodos los que buscan el enfrentamiento en España.

Y me salieron muchos. Muchos a los que parece que les pagan para jorobar al prójimo. Para cuando alguien quiere trabajar, insultarle. Para cuando alguien quiere ser honrado, robarle. Para cuando alguien quiere ser leal, transfugarse (verbo que ya sé que no existe, pero se entiende). Para cuando uno lucha por salir adelante en una crisis como esta, decir que se está forrando. Para cuando uno es generoso, decirle que, con el dinero que tiene, eso no es ningún mérito y que lo hace para ahorrarse impuestos. Para cuando uno crea puestos de trabajo, decir que los tenía que crear en su pueblo, y no en el pueblo de al lado.

Si siguiese con los para cuandos, me saldría una lista larga. Y si queréis nombres, abrid cualquier periódico de hoy, de ayer, de mañana y allí están.

Y lo peor no son los que están, sino los que no están, o sea, la gente normal que puede llegar a pensar que para triunfar en la vida hay que hacer eso.

Y entonces inventamos la jungla. Y si inventamos la jungla y vivimos hechos unos jungleros, palabra que tampoco existe, entonces no es verdad lo que ha dicho el Rey: que España tiene fortaleza para afrontar la crisis.

Majestad, eso es verdad si somos honrados, si trabajamos en serio, si no somos una nación de choricetes. Porque si fuéramos una nación de choricetes, seríamos una porquería de nación y eso de la fortaleza de España habría que situarlo en los tiempos de Felipe II, cuando no se ponía el sol en nuestros dominios. Si somos así de desgraciaos, el sol no es que no se pondrá, es que no saldrá nunca en nuestros dominios, porque no tendremos ni uno solo.

Y cuando el Rey habla de desapego hacia las instituciones y hacia la función política”, me recuerda lo que escribió hace poco un autor al que le tengo mucho cariño: yo. En un arranque de inspiración dije que el capitalismo salvaje no existe. Que lo que existen son salvajes que hacen de capitalistas. O sea, que si ahora no existe la POLÍTICA es porque lo que hacen unos cuantos cientos de ceporros que hay por ahí no es política, ni con mayúsculas ni con minúsculas. Es jugueteo: con las ideas, los sentimientos y los dineros de muchos.

Ya sé lo que dirá alguno: que todo esto que ha dicho el Rey se lo aplique a sí mismo. Ya lo sé. El Rey también lo ha pasado mal. En alguna ocasión, por su propia culpa. Porque, como todo hijo de vecino, el Rey mete la pata alguna vez. Y, como todo hijo de vecino, unas veces lo hace sin que se entere la gente y otras, ostentóreamente”, como decía aquel presidente tan pintoresco que tuvo el Atleti (según mi yerno, ese es el nombre correcto del Atlético de Madrid).

Pero, como me dijo un amigo hace muchos años, cuando uno mete la pata, la saca”. Y eso es lo que hizo el Rey, y puedo asegurar que a su edad, un poco menos que la mía, pero por ahí le anda, cuesta bastante.

Es verdad una cosa que ha dicho en su discurso: que no todo es economía. Podría haber dicho que la economía es lo de menos. Que todo lo que pasa, todo todo, y, por si no queda claro, todo todo todo, se debe a eso de los valores. A que muchos se han olvidado de que lo que está bien está bien, y lo que está mal está mal y les ha dado por decir que, hombre, no es para tanto, y así, por ejemplo, nos pasa desapercibida la cifra de 118.359 interrupciones del embarazo, nuevo eufemismo con el que definimos el número de niños que se han cargado en 2011. (No tengo la cifra de 2012, porque aún no se ha acabado el año).

Leo que, por cada pensionista, hay 2,36 cotizantes que le dan de comer, de beber, de hacer viajes, de aprender a bailar, etc. O sea, que al cargarse 118.359 futuros cotizantes (de aquí a 18 años, que tampoco es para tanto), se han cargado de paso a 118.359 dividido por 2,36 = 50.152 viejecitos, que hoy tienen 49 años, y a los que, o les eutanasian, o sea, se los cargan, o lo van a pasar mal, sin pensión, sin viajes, sin baile y sin .

Y dentro de 18 años, el/la ministro/a de entonces dirá que peligra el sistema de pensiones. Ja.

P.S.

1.    Al hablar del Atleti, no he dicho que una vez mi yerno me hizo socio del Frente Atlético. Tuve mi carnet durante una temporada. Luego no lo renové, porque el Atleti me cae bien, pero un poco lejos. Si hubiera sido el Zaragoza, seguro que lo habría renovado y, además, pagando la cuota.

2.    He utilizado muchas palabras que no existen, pero como me salían de dentro, las he reproducido tal cual. Hace poco comí con un académico de la lengua. Espero que lo entenderá y me perdonará.

¡Feliz año 2013! Que venga repleto de tantas cosas buenas que tengamos que decir: ¡Basta!

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21/12/2012 El envejecimiento de la población y los rabos de pasa

Cuando te vuelves mayor, se te olvida lo que hiciste ayer o dónde has puesto las gafas hace un rato y te acuerdas perfectamente de lo que pasó hace muchos años. Me lo van a decir a mí, que, por supuesto, no sé dónde he dejado las gafas, pero me acuerdo perfectamente de la zancadilla que me puso Paco Pepe, un chaval de mi clase del Colegio del Salvador de Zaragoza, que jugaba muy bien al fútbol y con el que un día tuve mis más y mis menos. (Mis más, cuando él me puso la zancadilla y mis menos, cuando le cacé en un intento de profundizar en mi área).

Ahora estoy muy animado, porque veo que esto mismo les ocurre a bastantes, a muchos, a muchísimos. Y he decidido hacer un trabajo de investigación sobre el terreno. O sea, nada de teorías: cosa que veo, cosa que apunto. Y luego, a sacar consecuencias.

Oigo a Rubalcaba quejándose de algo que el Gobierno (actual) hizo el 1 de enero de 2012, olvidándose de que, muy pocos días antes, él era vicepresidente del Gobierno (anterior) y que los del Gobierno (actual) no habían tenido tiempo de hacer nada, ni bueno ni malo.

Oigo que los catalanes ponemos verde al Govern por los recortes que hace el señor Mas y se nos olvida que durante unos años disfrutamos de un engendro que se llamó tripartit, en el que se juntaron tres mozos, Montilla, Carod Rovira y Saura, dispuestos a hacer carreras para ver quién lo estropeaba más.

Veo en televisión manifestaciones y más manifestaciones por los recortes que se están haciendo ahora en muchas cosas que son muy necesarias. Y esos señores que se manifiestan se olvidan de que el Gobierno anterior, el último año que trabajó, se gastó 91.344 millones de euros más de los que ingresó.

Veo que nadie se acuerda de que Mas, hace cuatro días, quiso crear una aerolínea de bandera catalana y que 533 millones de euros más tarde, esa aerolínea se fue a la porra, de donde nunca debió salir, porque ya estaba allí. (Esto lo siento en el alma, porque me hice muy amigo de pilotos y de azafatas de Spanair, que eran todos majísimos y que, curiosamente, alguna vez me preguntaron cómo veía su futuro.)

Veo manifestarse, con toda la razón, a muchas personas contra los recortes, sin darse cuenta de que se han de manifestar contra el que se gastó todo el dinero en tontadicas.

Pienso que la gente viaja poco por España y que muchos aún siguen el viejo consejo del ministro franquista cuando decía que menos viajar y más leer el periódico”. Pero yo he viajado y he visto unos auditorios preciosos, unos polideportivos maravillosos, unos aeropuertos increíbles. Vacíos, pero increíbles.

Y todo esto se les ha olvidado a los manifestantes. Menos mal que hemos dejado de abrir fosas donde están los muertos que los que hicieron la guerra dejaron por allí. Y, por favor, que no me hablen de los bestias que fueron fulanito y menganito, porque la guerra, en sí, es una bestialidad, o, como dicen mis amigos catalanes, una bestiesa. Y en una bestiesa se hace el bestia, se mata al vecino y se le echa a una fosa común, porque, una vez que nos lo hemos cargado, para qué vamos  a andar con florituras. Y si el vecino era de derechas, a la fosa. Y si era de izquierdas, también. Y si no era de nada, pero me caía gordo, también.

De eso nos acordamos perfectamente. Pero no nos acordamos del déficit que dejó José Luis, a quien los de su partido lo tienen escondido y solo lo sacan para que diga que en el PSOE hay que mantener los afectos, la lealtad y la unidad. Una vez dicho esto, y algunas cosas más de este cariz, lo mandan a su casa, que allí está muy bien y molesta poco. Y así, nos vamos olvidando del presidente más nefasto que ha dado la democracia, la dictadura y lo que hubo antes, que no sé lo que fue.

Esto de olvidarse de lo de ayer y acordarse de lo de antes de ayer es una prueba más de lo que, en un eufemismo finísimo, se llama envejecimiento de la población”, que supongo que está relacionado con la noticia de que los nacimientos en España bajaron un 3 % en 2011. Menos mal que los jugadores del Barça se han puesto de acuerdo para tener niños todos a la vez.

Y cuando Artur suda para intentar gobernar lo menos en solitario posible, todos le aplaudimos y, entonces, habla de Felipe V, creyéndose que hace Patria, y olvidándose de que, hace 27 días, se gastó unos millones de euros en un viaje a lo desconocido que acabó como el Rosario de la Aurora, a farolazos, porque si uno se pone la zancadilla a sí mismo, normalmente se cae.

Cuando ayer leía que Artur se ha rendido ante el poder de seducción de Oriol Junqueras, de ERC, me entró la risa tonta, y cada vez que me acuerdo de semejante bobada, me vuelve a entrar.

Mi abuela me decía que había que comer rabos de pasa para tener memoria. Tendríamos que hacer una importación masiva de rabos, que, por cierto, no sé dónde se cultivan. Solo nos faltaría que se cultivasen en Alemania y mi amiga la Merkel nos los vendiera carísimos. Esta es capaz de todo. 

P.S.

Como lo de recordar y actualizar lo que pasó hace años no siempre es malo, veo que las calles están llenas de luces. Algunos dicen que es para que nos animemos a consumir. Yo prefiero pensar que, consciente o inconscientemente, todos estamos alegres en esta época del año, agradeciendo que Dios se hiciera hombre.

¡Feliz Navidad!

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14/12/2012 La Cecot, mi cuñado y el banco que dejé caer

La patronal Cecot ha dicho que, en lugar de soltar 37.000 millones de euros a las entidades nacionalizadas, sería mejor “llevar a cabo un cierre ordenado de esas entidades y dar el dinero a las sanas, con el condicionante expreso de que destine ese dinero a financiar el sector empresarial”.

Doy una conferencia en Zaragoza, a la que asiste mi cuñado. (Buena persona, que me ha oído no sé cuántas veces y aún pone cara de interés cuando hablo.) En el turno de preguntas, me dice: “¿no sería mejor dejar caer esas entidades, avisando cinco minutos antes para que el que tenga más de 100.000 euros allí los saque corriendo?”

Y aquí me tenéis, entre el cierre ordenado y el dejar caer, que es más o menos lo mismo. Le digo a mi cuñado que lo de “dejar caer” me gusta mucho, y que yo probaría con una entidad.

Pero como todos hablan de ‘horror’ si se dejase caer una, que sucederían cosas terribles, que mira lo de Lehman Brothers con todos los empleados saliendo a la calle con sus papeles y sus botellas de agua en cajas de cartón, pues uno tiene sus dudas, porque, en confianza, uno no ha visto un banco por dentro nunca. Lo más cerca que he estado es cuando me invitaba a comer en su comedor privado el consejero delegado de un banco, que era muy amigo mío, y nos tomábamos un par de gin tonics que estaban buenísimos.

Leo Expansión de ayer jueves y me animo, al ver que la idea de mi cuñado y la de Cecot, y lo que me va gustando a mí, también se les ha ocurrido a otros. Confirmo, una vez más, que inventar, lo que se dice inventar, lo hacen muy pocos. Los demás nos arrastramos por la vida, intentando discurrir sobre lo que han discurrido otros.

Pues esos otros han hecho cuentas, cosa que yo no he hecho, en primer lugar porque me metí en las de Catalunya Banc y no entendí nada en absoluto. (Empecé por Catalunya Banc porque hace años tuve una cuenta y -¡horror!- un crédito allí, cuenta y crédito que ya no existen, gracias a Dios.)

Bank of America Merrill Lynch, que suena muy serio, aunque también habrá hecho de las suyas, “calcula que una resolución ordenada (o sea, el cierre que plantea Cecot) de Catalunya Banc, Novagalicia Banco y Banco de Valencia costaría cerca de 36.000 millones de euros”. Lo que pasa es que como Banco de Valencia se lo han regalado a CaixaBank, a esos 36.000 millones hay que restarles los 7.500 que hubiera costado Banco de Valencia. Además, estos señores de Bank of America etc. dicen que de los 36.000 menos 7.500 igual a 28.500 millones, Catalunya Banc solo costaría 15.000.

Pues, ¿por qué no empezamos con Catalunya Banc y la cerramos o la dejamos caer, todo lo ordenadamente que podamos?

Y me puse a pensar lo que hay que tener en cuenta cuando un banco se cierra ordenadamente. Hay que tener en cuenta:

- El dinero que la gente tiene guardado allí, en cualquier forma (cuenta corriente, imposición a plazo fijo, fondos vehiculares estructurados garantizados por obligaciones convertibles ligadas a la cotización de las acciones de un banco islandés que nunca existió, etc.). 

- El dinero que el banco ha prestado (en préstamos normales, en hipotecas para gente de la calle o en préstamos maravillosos a promotores inmobiliarios que iban a hacer una ciudad con edificios de 30 pisos y toda clase de servicios en el desierto de Arizona, y que luego no salió porque no había agua, etc.). 

- Los accionistas que, llenos de entusiasmo, compraron acciones de esa entidad porque les dijeron que aquello iba a ser la locura. (Y lo fue). 

- Las personas que trabajan en esa entidad, separando en dos bloques: por un lado, los que la dirigen, o sea, los culpables del desaguisado y, por otro, los que son dirigidos, que, como no son tontos, veían desde lejos la castaña que se iban a pegar esos señores tan listos. 

- Las deudas de ese banco, porque, para prestar dinero a los de Arizona, ha necesitado pedir dinero a la caja de ahorros de San Quirico, que, a su vez, se endeudó con un banco de Sachsenning (Alemania), porque al presidente le gustan mucho las carreras de motos, y se fue allí desde San Quirico y se metió en un banco que le caía de paso, le sacó unas perras y, a la vuelta, pudo cobrar de su caja los recibos del hotel, taxis y metro, porque el viaje había sido “oficial”.

Los edificios que tiene esa entidad financiera y lo que valen hoy, sabiendo que “con la que está cayendo” (mejor dicho, “con la que ellos han hecho caer”), igual no les dan cuatro perras por esos edificios, aunque sean muy majos. 

- Los pisos, terrenos, etc... que esa entidad se quedó por los préstamos que los hipotecados no pudieron pagar y que constituyen esa partida que elegantemente llaman “activos tóxicos”.

Seguramente, esta lista está incompleta, pero no se me ocurre más y, como ejemplo, me sirve.

Ahora, en primer lugar, hay que poner en un rincón:

1. El dinero que tienen en la cámara acorazada, en billetes, lingotes de oro o similares. 

2. Los edificios propios, no los adquiridos “tóxicamente”. 

3. La lista de los que le deben dinero.

La suma de 1 + 2 + 3 dará lo que, de verdad, tiene esa entidad financiera. En el 2, yo le haría una rebaja del 50 % y en el 3, lo mismo. Así, la suma sería una cifra más de fiar.

En otro rincón hay que poner lo que se pueda cobrar de los que les hemos prestado dinero, sabiendo que:

1. El de Arizona no pagará nunca. 

2. Otros, tampoco. 

3. Algunos se resistirán todo lo que puedan, pero, al final irán pagando, o el banco se quedará con su piso, aumentando así su “cartera inmobiliaria” (por llamarle de algún modo.)

Con ese dinero hay que pagar:

1. A los que guardan su dinero en ese banco. El Fondo de Garantía de Depósitos, financiado por los bancos (lo cual me gusta mucho), responde de 100.000 euros por persona y cuenta. Algo es algo. Para muchos, todo. Los demás, si queda alguno después del anuncio de mi cuñado, lo van a pasar mal. 

2. A los empleados, porque, tristemente, se van a ir todos a la calle. 

3. Y si se puede, alguna deuda. 

4. No tengo en cuenta a los accionistas, porque chicos, lo habéis perdido todo. 

5. Tampoco tengo en cuenta a la caja de ahorros de san Quirico ni al Banco de Sachsenning, a quien se les tendrá que decir que es una pena, pero que, de vez en cuando, todos nos equivocamos, incluidos los alemanes. Esto molestará a mi admirada señora Merkel, pero Angela, no se puede ganar siempre. Con tu sonrisa habitual, dile al presidente de ese banco de Sachsenning que vaya a Berlín y allí le pegas un repaso, le despides y nombras a otro que sepa de banca, aunque no sea de tu partido.

De todas estas cosas, solo me preocupa una: los empleados que, dejando aparte el tema humano (que es mucho dejar aparte), se irán al paro y eso aumentará el déficit y nos pegarán más apretones desde Bruselas y nos exigirán más ajustes y pagaremos más impuestos.

Pero, como dicen mis nietos, “eso es lo que hay”.

Y me parece mejor que haya eso, en lugar de sostener con préstamos de Europa a esas entidades financieras. Porque esos préstamos, por ahora, los está avalando el Estado y eso sube la deuda pública y los intereses y nos aumenta el déficit y nos pegan más apretones desde Bruselas, y nos suben los impuestos y empeora la imagen de España, y sube la prima de riesgo y nos cobran más intereses y aumenta el déficit y… y…y…

O sea, que no acabo de ver claro el asunto. Si puedo, haré más números, pero lo de dejar caer una entidad financiera para ver qué pasa, exigiendo responsabilidades en serio a los que hicieron eso, en vez de irles poniendo parches de Sor Virginia, quizás haría que “los de siempre” empezasen a pensar que no siempre pagan los de siempre.

P.S.

No sé si en Sachsenning hay un banco. No vaya a ser que sí haya uno y el presidente se enfade conmigo. Era solo un ejemplo.

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07/12/2012 A elegir: o hacemos la revolución educativa o hacemos el idiota

Estuve ayer en Bilbao, en la promo de mi último libro. Muchas entrevistas, con profesionales muy buenos, de esos que previamente se han trabajado la conversación y con los que da gusto charlar un rato.

Todos, muy preocupados. Lo de la reducción del déficit les atosiga. Lo de que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, también. Porque, unos más y otros menos, piensan que no han vivido por encima de sus posibilidades. Es verdad que alguno hizo un viaje de novios que todavía está pagando. Y que otro se compró un piso pensando honradamente que lo podría pagar y que, cuando bajase el euríbor, también le bajaría el recibo de la hipoteca. (El pobre no miró lo de la cláusula suelo, cláusula túnel o como lo queráis llamar, que consiste en poner topes por arriba -si el euríbor sube por encima de no sé cuánto, no lo tendré en cuenta-, y por abajo -si llega a menos de no sé cuánto, miraré para otro lado-.)

Pero eso no es vivir por encima de las posibilidades. Es intentar vivir, simplemente, y cuando uno intenta vivir, se va de viaje de novios y se compra un piso.

Lo de que “esos” tienen la culpa, también se oye mucho. Lo de que nadie devuelve lo que robó, también. Lo de las pensiones. Lo del apretón que nos pega la señora Merkel en cuanto puede, también. Lo de los desahucios y los suicidios, más, mucho más, como es natural.

Una periodista me habla de la reforma de Wert. Me da la impresión de que, en cuanto a alguien le hacen ministro de Educación, su principal obsesión es hacer una ley porque, si no, no pasa a la posterioridad. La periodista, una chica joven, muy maja, que coincidió con un hijo mío en alguno de los cursos que mi hijo repitió en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, me habla de la importancia de que los chavales sepan euskera. (Mi madre era de Irún. Ni ella ni su hermano hablaban euskera -“vascuence”, le llamaban entonces-. Mis abuelos maternos, sí.)

Le digo que me parece fenomenal que la gente hable el idioma de su tierra, que lo estudie, que lo escriba, porque eso enriquece el amor a lo tuyo y, entre otras muchas cosas, es una forma de evitar que se pierda algo muy valioso. Pero le digo que no se me distraigan: que todos los chavales tienen que aprender inglés y hablarlo de corrido y pensar en inglés y coger un acento, el de Massachusetts o el de los cockneys de Londres, el que quieran.

Cuando yo estuve en Harvard, solía ir a desayunar todos los sábados a un bar que había en Harvard Square. El camarero, un negrote grande, puso cara de no entenderme cuando le pedí por primera vez un “ham and egg special”, pronunciado palabra por palabra, correctamente, según pensaba yo. Al tercer intento, el camarero sonrió y dijo “Ah, ¿jamenecspechial?”. Así aprendí. Pero para eso, hay que estar en Harvard Square. O en Kentucky, donde seguro que lo pronuncian de otra manera. O en cualquier sitio en el que no haya un castellanoparlante o un euskeraparlante o un catalanoparlante o fablaaragonesaparlante con el que nos podamos desahogar en nuestro idioma cuando nos entre la llorera. En ese caso, a llorar en inglés. Porque el euskera, el catalán, y la fabla aragonesa, o el bable o el silbo gomero, son muy patrióticos, pero no sirven para comer. Mejor dicho, sirven para comer en esos sitios, pero como resulta que en esos sitios hay menos oportunidades de encontrar trabajo que en todo el resto del mundo y en todo el resto del mundo se entienden en inglés excepto en Latinoamérica, que se entienden en castellano, pues o aprendemos los idiomas que se necesitan para comer o pasaremos mucha hambre.

"Por eso, no quiero más reformas educativas. Quiero una revolución educativa, que me forme chicos para trabajar en este mundo que, gracias a Dios, se nos ha hecho pequeño. Y o nos hacemos grandes para dominar el mundo pequeño, o nos hacemos pequeños para fracasar rotundamente y podernos ganar la vida en la acera de nuestra calle, vendiendo pipas"

Tengo una ilusión: que en las escuelas de Cataluña el idioma vehicular sea el catalanocastellanoinglés y en las de Euskadi el euskeracastellanoinglés y así sucesivamente, incluyendo el silbo, si se considera necesario. Me encantaría que los profesores llegaran a clase y, sin avisar, la dieran en inglés, pasando al castellano en la clase siguiente y al catalán en la otra. O mezclando idiomas, que sería más divertido.

Quiero que todos los chavales de España sean chavales globalizados. Que no sean solo de San Quirico, porque en San Quirico te entiendes con todos, hables lo que hables. Pero cuando alguno de San Quirico se mueve por el mundo -y hay algunos que se mueven excepcionalmente bien, y, si no, que se lo pregunten a mi vecina Eva, que vende cuadros en Los Ángeles y en Seúl como los podía vender en Nueno, provincia de Huesca-, resulta que ese -esa en el caso de Eva- sabe inglés.

De paso, me gustaría mucho que esos chavales trilingües tuvieran una ortografía perfecta en los tres idiomas. Y digo esto porque recibo bastantes mensajes de chicos que me piden opinión para algún trabajo que les han encargado en el colegio o en la universidad y de algunos se puede decir que no dan ni una. Cuando hay que poner b ponen v, y viceversa. Y pasa  lo mismo con la h y sin la h, y con la g y con la j, olvidándose de que Juan Ramón Jiménez, que decidió olvidarse de la g y poner todo con j, era Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura, entre  otras cosas.

Por eso, no quiero más reformas educativas. Quiero una revolución educativa, que me forme chicos para trabajar en este mundo que, gracias a Dios, se nos ha hecho pequeño. Y o nos hacemos grandes para dominar el mundo pequeño, o nos hacemos pequeños para fracasar rotundamente y podernos ganar la vida en la acera de nuestra calle, vendiendo pipas.

Aprovechando la revolución, hemos de sacar gente bien educada. Y eso es responsabilidad de la familia. El colegio ayuda. Pero, copiando una frase mía, que, como me salió muy bien, la repito a todas horas, “si a mis hijos no  les enseño que escupir al prójimo está mal, ya puedo mandar al niño a Harvard, que volverá escupiendo en inglés -lo del inglés, en sí, sería una ventaja”.

Por eso, la revolución educativa exige unos profesores trilingües, bien educados, que sepan que ellos no educan, sino que ayudan a los padres a educar, y que, o les gusta su profesión, que es muy dura, porque aguantar a unos cuantos mozalbetes es muy pesado, o que se dediquen a otra cosa, que, como sabrán inglés, podrán encontrar empleo por el mundo.

O sea que, José Ignacio: olvídate de esta reforma y haz una revolución. Y seguro que Irene, la Consellera d'Ensenyament en funciones de la Generalitat catalana, no se irá de la reunión y hasta se interesará por lo que digas. (Por cierto: José Ignacio, tú eres uno de los ministros bocazas, lo cual no es pecado, pero puede molestar tontamente y las cosas no están para molestar, ni tontamente ni con inteligencia.)

Profesores: si yo fuera ministro de Educación, que nunca lo seré, lo ibais a tener crudo, porque os pondría un listón tan alto que tendríais que sudar. (Manolo, un profesor al que conozco desde hace años, se saltaría el listón a la primera, y le sobrarían dos palmos. Y, gracias a Dios, no es el único.)

Chicos de todas las edades: si no pensáis que hay que ir a por la excelencia, no a pasar como se pueda, o sea, a sacar un 6,5 sobre 10 porque sois la mejor nota de la clase (o sea, sois el mediocrito rey en una clase de mediocres), si no pensáis que hay que tener eso que ahora se llaman valores, que vuestras abuelas los llamaban de otra manera (buena educación, honradez, lealtad, sinceridad, ayuda a los demás, y así), mejor que os quedéis en casa y que atribuyáis todo lo malo que os sucederá en la vida (que será mucho) al alcalde de vuestro pueblo o, si pensáis en grande, al presidente de vuestra comunidad autónoma o, si pensáis en más grande (cosa que dudo) al presidente de la nación. Y ahí os pararéis, porque ni sabréis que existe la Unión Europea.

P.S.,

He dicho que el camarero de Harvard Square era un negrote y lo repito con todo cariño y todo respeto. Ya sé que ahora hay que decir que era de color, pero aquel era negro. Como el betún. Lo mismo que yo soy blanco. Como la leche.

Las cosas son como son.

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30/11/2012 Ya tienen trabajo los líderes: hacerse perdonar los errores

Las noticias financieras van que arden.

Bankia se soluciona con 36.000 millones de euros y despidiendo a 6.000 personas.

Catalunya Caixa, con 14.000 millones y despidiendo a 2.000 personas.

Nova Caixa Galicia, con 10.000 y poniendo en la calle a 2.500 personas.

Banco de Valencia, con 7.000 millones y poniendo en la calle a “varios cientos” de personas. (En confianza, esta cifra es la que más me ha ofendido, porque cada persona de los “varios cientos” es una persona, bastante más digna que la pandilla de jenízaros que ha pululado por esas entidades financieras.)

Total, que con 67.000 millones de euros y 11.000 personas en el paro se resuelve el problema.

El Comisario Almunia, sofisticado donde los haya, ha dicho que “son cifras enormes”. Agotado por lo que ha discurrido para decir eso, ha añadido que los “responsables son quienes gestionaron mal estas entidades”. Sigue la sofisticación, pero, poco a poco, se va enterando.

Y, una vez que ha hecho el diagnóstico, se lanza a la piscina, pero con salvavidas, porque, a diferencia de lo que recomienda mi amigo Risto Mejide, “no nos vamos a molestar unos a otros”. El salvavidas consiste en decir que “no daremos nombres y apellidos, pero nos saldría una lista relativamente larga”.

Pues yo pienso que sí que hay que dar nombres y apellidos, y que me gustaría mucho que se metieran a fondo con todos los señores de la lista que tiene Almunia y que supongo que es la que tenemos todos, porque las noticias sobre esas entidades y los señores que había en ellas son públicas.

Cuando digo que hay que meterse a fondo no presupongo nada. No digo que sean unos sinvergüenzas. Pero igual descubrimos que algunos no fueron sinvergüenzas, pero que lo hicieron tan mal desde el punto de vista técnico que hay que inhabilitarles a perpetuidad, porque si siguen trabajando en ese negocio del que saben tan poco, seguirán siendo un peligro público.

P.S. 1

1. Hoy no me he metido con Artur Mas porque nunca me ha gustado hacer leña del  árbol  caído.

2. Pero hay una cosa que no acabo de entender.

3. En CiU hay un personaje muy importante: Jordi Pujol. De él he oído decir con frecuencia que es un “animal político”, palabras que nunca me han gustado porque lo de “animal” no me suena bien. Pero si por “animal político” se entiende un hombre que sabe de política, que es un viejo zorro en el mejor de los sentidos, que olfatea el viento como los sioux en las películas del Oeste, ¿cómo le ha dejado suelto a este chico?

4. Y ¿cómo le ha dejado al portavoz del Govern, Francesc Homs, decir que esto era una prueba de la capacidad emprendedora de los catalanes, sin distinguir que una cosa es la capacidad emprendedora y otra, tirarse de cabeza por la ventana, pensando que alguien me recogerá?

5. En una entrevista previa a las elecciones, Artur, con una bandera que a primera vista no sé si es aragonesa o catalana, dijo que, “tras la consulta, me dedicaré a conquistar mi vida personal”. Conozco poco a la familia de Artur, pero me parece que es una familia fenomenal, a la que le costará muy poco conquistar, porque le quieren mucho y ya la tiene conquistada. Pero en estas cosas de la familia, todo es poco. O sea, que, Artur, hazme caso y hala, a conquistar tu vida personal ahora. Por lo menos, mientras la conquistas, no molestas.

6. Por esas casualidades (¿?) que se dan en la vida, La Vanguardia, en la Contra, publicaba, al día siguiente de la debacle, una entrevista con David Tuckett, un profesor de economía de la City University de Londres. Y este señor decía que “líder es quien sabe lograr que le disculpen los errores”.

7. Pues mira, Artur, mientras conquistas tu vida personal, ya tienes trabajo: lograr que te disculpen los errores. ¡Ánimo, hombre! ¡Que lo ha dicho David Tuckett!

8. Los financieros lo tienen más difícil.

9. Mucho más.

10. Muchísimo.

P.S. 2

Para mis amigos de La Vanguardia.

Por favor, cuando deis noticias malas, que afectan a miles de personas y a miles de familias, no pongáis una foto de Almunia riéndose, porque resulta insultante.

Me gustan más las fotos que pusisteis de Goirigolzarri y Adolf Todó, que han perdido la sonrisa y se les ha “mudado la color” (frase que decía un amigo mío y cuyo significado he entendido ahora por primera vez.)

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23/11/2012 Artur está enfadado

Artur está enfadado porque Pedro J. dice cosas feas de él. Es normal que, si alguien dice que has hecho cosas feas, te enfades.

Lo lógico es que, cuando esas cosas se dicen del president de la Generalitat catalana, el president llame a su portavoz, que para eso lo tiene, y le diga: “Francesc: manda a los periódicos, emisoras de radio y cadenas de televisión la siguiente nota:

A la vista de las informaciones calumniosas publicadas por el diario El Mundo en su edición de 16 de Noviembre, he encargado al bufete de abogados XXX que ejercite acciones legales contra dicho periódico y sus responsables. A partir de esta fecha, todo lo que haya que informar a la opinión pública lo harán los abogados de dicho bufete. Como president de la Generalitat, yo me dedicaré a seguir gobernando y, como candidato de CiU, a preparar las elecciones del día 25.

Barcelona, 17 de Noviembre de 2012.”

A mí eso me habría dado una sensación de seriedad que hubiera agradecido y me habría tranquilizado mucho.

Artur no hizo eso, sino que se fue a Vic, que es una ciudad majísima, con una catedral que ya la quisieran muchos y con unas pinturas de Sert impresionantes. Y, sobre todo, con un retablo maravilloso de alabastro que está detrás del altar mayor, y que es una auténtica joya.

Y cuando llegó a Vic, en vez de ir a rezar a la catedral, o a ver el retablo o las pinturas de Sert, se fue al Sucre, que es un barrio de allí, que está bien, pero que no llega a la altura de la catedral. Y en el Sucre le esperaban 2.000 personas, o sea, el 5 % de la población, que no está mal. (Como si en Nueva York hubieran ido 950.000 personas o en San Quirico, 33.)

Y allí, ante esa multitud, profirió una frase histórica: “Nos quieren destruir”. Frase que me llenó de dudas, porque no supe si el “nos” se refería a la familia Mas o a los ciudadanos de Cataluña. (Yo, en mi ignorancia, no me había sentido amenazado de destrucción al leer El Mundo.)

Y siguió hablando, y parece que daba por supuesto lo de su destrucción, porque ya anunciaba que si le destruyen, otros vendrán detrás de él. Y hasta daba nombres: García, López o Fernández.

Y dijo que, mientras le destruyen, plantará cara a los que difamen, amenacen y dividan a Cataluña.

Pero hombre, Artur, que lo único que han dicho es que tienes no sé qué en Suiza. Y si lo tienes, lo tienes. Y si no lo tienes, no lo tienes. Pero, lo tengas o no lo tengas, eso no me divide a mí de mis hijos, que son catalanes como tú, o de mis amigos catalanes. Cálmate, hombre, que los de El Mundo solo han dicho que tienen información sobre ti.

Si la tienen, que la saquen y, si presentas una querella criminal, pues preséntala tú, que hablan de ti.

O sea, me preocupa que te creas que eres Cataluña, que cuando se habla de Cataluña se habla de ti y que cuando te pongan una multa de tráfico por saltarte un semáforo nos digas que nos la han puesto a todos. A mí, no, que soy tan Cataluña como tú, porque Tarradellas me lo dijo un día.

P.D.

Tengo que tener cuidado con mi vocabulario. El otro día dije que yo -y otros- hicimos el IESE. No quise decir que seguí como alumno un Programa del IESE. Quise decir que HICE el IESE, que lo FABRIQUÉ, que el 12 de Octubre de 1963, en Boston, me encargaron que preparase una cosa que se iba a llamar Programa Máster y que entonces en España no había NINGUNO.

Y repito otra vez: que lo HICIMOS, que yo fui uno del equipo, y que por eso presume el equipo y cada uno de los componentes del equipo. Y ahí es donde presumo YO, porque YO he dado prestigio mundial a Cataluña. Sin cuentas en Suiza.

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16/11/2012 Me cansé de sutilezas

Un amigo me advierte: “Leopoldo, te veo demasiado sutil. Y cuando uno es sutil, se expone a que otros digan: ¿Ves cómo este también está de acuerdo conmigo?”

Y por eso, y sin que sirva de precedente, en este artículo pretendo no ser sutil, sino dejarme llevar por mi bendito aragonesismo, que me encanta porque me hace ver la riqueza de mi patria (España), en la que le caben dentro gente como mi hijo Carlos (un poco brutico) o como mi yerno Javi (un poco gallego) o como mi nuera Mercedes (un poquico catalana).

Me preguntan muchas veces por la independencia de Cataluña. Y yo suponía que había quedado claro que a mí eso no me gusta nada. Resulta que no había quedado claro. Pues ahora queda claro: LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA NO ME GUSTA NADA.

En consecuencia, el día 25 iré a votar y votaré por un partido que no será CiU, porque a CiU le veo desnortado, dirigido (¡?¡?¡?) por un personaje que ha perdido el oremus y que va diciendo cosas con las que no estoy en absoluto de acuerdo. Personaje que se llama Artur Mas. (Aclaración que yo antes consideraba innecesaria, pero que ahora hago, por aquello de evitar las sutilezas).

Supongo que hasta aquí queda claro. Pues sigo.

En Els Matins de TV3, Ariadna Oltra, una presentadora  fenomenal, me preguntó si me extrañaba que el 67% de las pymes catalanas hubieran votado a favor de la independencia. Le dije que no me extrañaba. Sé que alguien entendió que eso quería decir que a mí me parecía bueno, lógico y saludable que las pymes catalanas quisiesen la independencia. Pues no. Me parecía lógico porque, en este ambiente que se ha creado en Cataluña, mejor decir que te parece bien que meterse en líos.

Después se me ocurrió leer la noticia, en La Vanguardia, periódico propiedad de un Grande de España que seguramente piensa devolver la grandeza, porque creo que no se puede ser a la vez Grande de España y sonreír ante las cosas que dice Oriol Pujol, de CiU, sobre el Rey y que publica La Vanguardia, claro.

Bajo el titular “El 67% de los empresarios de Pimec, a favor de un Estado propio”, decía que “el 66,8% de las 2.224 compañías que habían respondido al sondeo, aproximadamente un 12% del total de asociados, son partidarias de que Cataluña tenga un Estado propio”.

Como sé multiplicar, multipliqué 66,8 por 12 y me salió que el 8% de las  empresas de Pimec había votado a favor del estado propio. O sea, no era el 67. Era el 8.

Estoy hasta el gorro de falsedades, de groserías. Y, por favor, que Mas no me diga que ellos, también. Y que ellos, más. Pues si ellos, también y ellos, más, quiere decir que ellos y tú, Artur, lo estáis haciendo ESPECTACULARMENTE MAL. Y que estáis jugueteando con mi Patria y eso es muy serio.

El asunto de la independencia se arregla, si se quiere, en una semana y tres meses, por este orden.

En una semana, un empleado del Ministerio de Economía del Gobierno central y un empleado de la Conselleria d'Economia de Cataluña se meten en un parador, cada uno con su calculadora y sin móvil, sin Twitter, sin cámaras de televisión y sin micrófonos, y queriendo llegar a un acuerdo, resuelven en cuatro días el famoso tú me robas, yo te expolio. Cuando digo cuatro días, quiero decir cuatro días. Aquí no hay sutilezas.

Luego, en tres meses, queriendo, un grupo de personas competentes (y cuando digo competentes quiero decir competentes, no cualquier Senador), actualizan la Constitución, que, después de 34 años, bien se merece que la pongan guapa. Sin olvidar que, en el grupo que redactó la Constitución, había dos catalanes, Miquel Roca Junyent y Jordi Solé Tura. Y que Roca vive, de lo cual me alegro mucho y que tiene una cabeza mejor y más clara que muchos monigotes que circulan por ahí. Aquí me da por la sutileza y no pongo nombres de monigotes, pero ya sabéis a quiénes pondría.

He repetido y subrayado dos veces que esto se hace queriendo, porque si no queréis y os dedicáis a sembrar el odio, allá vosotros con vuestra conciencia.

Pero aquí repito lo que hace tiempo escribió Ángel Gimeno, un socialista muy amigo mío, que fue Consejero de Economía en la Diputación General de Aragón: “Algún día, el PSOE tendrá que pedir perdón a España por lo que ha hecho Zapatero”.

Pues mira, Artur. Si sigues en tu viaje a lo desconocido, algún día CiU tendrá que pedir perdón a Cataluña por lo que has hecho.

Ya sé que eso no te importa nada. Pero la historia es la historia. Y alguna vez alguien te recordará como un personaje nefasto que hizo daño a su país.

Seguramente, te reirás y dirás que no te importa nada lo que yo te diga.

Pero el desahogo que he conseguido escribiendo este artículo hace que me importe tres pitos tu opinión. Y no digo aquello de Humphrey Bogart en Casablanca (“Si tuviera tiempo de pensar en ti, te despreciaría”), porque quiero ser bien educado. ¡Y no sabes lo que me cuesta!

P.S.1

Alguien dirá que no soy catalán. Y es verdad. Pero quiero dejar claras varias cosas:

Que de los 7 millones y medio de catalanes, hay más Abadías que muchos otros apellidos ilustres de esos que se creen que llevan la sangre de Wifredo el Velloso por las venas. Que yo, con muchos otros, catalanes y no catalanes, hemos hecho el IESE, institución por la que se conoce y se prestigia a Cataluña mucho más que por las cosas que hayan hecho los Mas y otros que presumen y no han hecho NADA. Y que, por tanto, no admito ser un catalán de segunda. Soy tan de primera como ellos, y si me apuran un poco, más. (No Artur). Como es natural, si me encuentro con Mas, le daré un abrazo y volveremos a echar risas como la última vez que nos vimos, recordando cosas divertidas que nos habían sucedido.

En el próximo artículo, volveré a la sutileza

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09/11/2012 Cuidar el árbol

 

En Valencia, me encontré el otro día con Miguel. Es un hombre de mi edad, aragonés, que vivía en Zaragoza cerca de mi casa y que dice que tiene más nivel que yo, porque él era de la Parroquia del Gancho y yo, de la de San Felipe. Nunca le he preguntado qué diferencia había entre las dos parroquias y por qué es más que yo, pero lo cierto es que siempre que hablo con él, noto que me mira por encima del hombro.

Miguel tiene unos cuantos nietos. Yo conozco a algunos. Le hablo del mayor, un chaval de 11 años, despierto, avispado, majo. (Para mí, decir que alguien es "majo", es el mejor piropo que le puedo echar. Fijaos que, a pesar de mi  veneración por la señora Merkel, nunca he dicho que fuera maja. He dicho que me caía bien, que ya iba siendo hora de que alguien mandara en España..., pero "maja" no le he llamado nunca.)

Le digo: "¡qué chaval más listo!" Miguel hace un gesto raro y me sorprende. Me dice que se ha extendido el rumor de que ese crío es listo. Que él no le considera listo. Que es un niño normal. Y añade: "es un arbolico que está creciendo y que ya veremos cómo es cuando se haga árbol grande".

Cuando pienso que ya me dado la lección de hoy, remata y me da la segunda: "Yo me limito a cuidarlo".

Una vez más, Miguel me ha mirado por encima del hombro y, de una manera educada, ha vuelto a dejar claro que los de la parroquia del Gancho son de más categoría que los de San Felipe.

Estoy cada vez más convencido de que en España necesitamos urgentemente la revolución educativa. Urgentemente quiere decir que hay que empezar hoy, por ejemplo, aunque sea viernes y pensemos que la podemos dejar para después del fin de semana.

La revolución educativa debe tener por objetivo fundamental que los ciudadanos de este país sean gente noble, honrada, leal, trabajadora, de fiar, personas que se sientan responsables de su pasado, de su presente y de su futuro, que no busquen subir la escalera utilizando como peldaños a los demás...La lista podía ser infinita, pero ya se ve por dónde voy.

Voy por la "formación de personas", palabras que enmarcaría y colocaría en cada sala de profesores de cada colegio de España, para que nadie se olvide de lo verdaderamente importante.

Como es natural, la revolución educativa empieza por la familia. Si a mis hijos no les enseño que escupir al prójimo está mal, ya puedo mandar al niño a Harvard, que volverá escupiendo en inglés. (Aunque no venga a cuento, lo del inglés, en sí, sería una ventaja, porque seguimos sin enterarnos de que pensar y hablar en inglés es necesario como el comer y, fundamentalmente, para comer.)

La revolución educativa continúa en el colegio. Allí el chaval tiene que encontrarse con profesores que hayan leído el cartel de "formar personas" y se lo hayan creído. Y que no practiquen el amoralismo, doctrina viejísima que el Diccionario de la Real Academia define como "una tendencia filosófica del siglo XIX que elimina de la conducta las nociones de bien y mal moral". (¡Toma castaña con los modernillos amorales que sufrimos ahora! Ya han conseguido llegar al siglo XIX. A este paso, se plantan en el XX en un plazo relativamente corto.)

¿Y el plan de estudios? Se me había olvidado, porque como doy tanta -tantísima- importancia a los padres en primer lugar o a los profesores en segundo, casi se me pasa por alto eso de que ahora hay que estudiar matemáticas, ahora no; ahora ponemos geografía y luego la quitamos; escribimos una cosa que le llamamos historia y en nuestra autonomía la explicamos, contando que nosotros hemos ganado todas las batallas del mundo contra todos los malos del mundo, hemos inventado todos los inventos de la historia de la humanidad y si algo nos ha salido mal, no ha sido nunca por nuestra culpa, sino por lo malos que eran los demás.

Mi amigo Miguel se despidió de mí, se puso la gorra y se fue despacio para su casa. A la gente que se cruzaba con él le debió parecer un señor mayor, más bien gordo, de esos que ya sirven para poco.

Pero, mientras se iba, yo le miraba con admiración, porque le vi ocupado en hacer la auténtica revolución educativa, la que consiste en "cuidar el árbol" con amor, con dedicación, sin darle importancia, sin salir en los periódicos. Estuve a punto de correr detrás de él para darle un abrazo de agradecimiento en nombre de todos los arbolicos que hoy están creciendo y que, muy pronto, serán unos árboles maravillosos si los cuidamos bien y no los estropeamos. Me dio no sé qué y no lo hice.

Pero ahora, si tuviera el móvil del ministro Wert, le llamaría para decirle: "José Ignacio, déjate  de tontadicas y habla con Miguel".

P.S.

José Ignacio: si quieres el teléfono de Miguel, que tu secretaria me lo pida. Pero, por favor, llámale. Pronto

Estoy en pleno road show. He sacado un libro y ahora hay que venderlo. Aquello de que "el buen paño, en el arca se vende", está muy pasado de moda. Ahora hay que sacarlo del arca e intentar moverlo por ahí, para que la gente se entere de que existe el paño y de que tú dices que es bueno, y para que se animen a comprarlo.

Me hacen muchas entrevistas. Al cabo de unas cuantas, llega un momento en que no sabes si eso que estás diciendo se lo has repetido varias veces en la misma entrevista al mismo periodista, o si se lo dijiste ayer a otro. Pero como los periodistas con los que hablo son buena gente, sonríen y ponen cara de estar oyendo una novedad.

Las preguntas son las normales, las que nos hacemos todos desde hace unos años: el rescate, la prima de riesgo, los presupuestos, el déficit... todo eso.

Pero me ha sucedido una cosa curiosa: que, en varias ocasiones, me han preguntado por el señor Egea. Alguien hasta me ha preguntado si existió. Pues sí, gracias a Dios, existió. 

Y decido hacer una cosa que no sé si está bien, que es copiar tres párrafos de mi libro, que, por cierto, se titula "El economista esperanzado" (digo el nombre porque "yo he venido a hablar de mi libro" y, o doy el título, o la gente comprará otros libros, y si los compara con el mío, igual esos otros le gustan más).

Copio:

"...se me va la cabeza a Zaragoza, segunda mitad de los años cincuenta. Mi padre acababa de fallecer. Mi madre administraba un patrimonio que le daba para vivir. No le sobraba, pero no le faltaba. Cuando tenía alguna duda sobre alguna inversión, iba al difunto Banco Zaragozano, a la oficina principal, y hablaba con el director de la oficina, el señor Egea, que  le aconsejaba. Curiosamente, en los muchos años que fue a verle, el señor Egea le dio siempre consejos honrados, que siempre dieron buenos resultados.

No sé si habrá muchos señores Egea en la actualidad. Seguramente los habrá, pero no lo sé. Me temo que hay mucho 'pájaro' suelto por ahí, que, a base de poner objetivos brutales a los que podían ser señores Egea, se los han cargado y han hecho de ellos pequeños sinvergüenzas".

Y sigo copiando:

"Por supuesto, la responsabilidad de lo que yo hago es mía. Y la responsabilidad de lo que hace el que podía haber sido señor Egea -hombre competente, honrado, noble, sincero - y se ha convertido en 'pseudo señor Egea' -incompetente, deshonesto, traidorcete y mentiroso- es suya y solo suya. Pero, profundizando un poco, no demasiado, descubres que el auténtico señor Egea tenía claro lo que estaba bien y lo que estaba mal. Y eso es algo que no todos tienen claro en los tiempos que corren".

Se acabó la copia.

Ya sé que con lo de la revolución civil me estoy poniendo pesado. Ya sé que cuando digo que la revolución civil empieza por mí, y por ti, y por el otro y por el otro, muchos dicen que sí, pero que hay que subir los impuestos a los ricos y que los que tienen que dar ejemplo son los políticos, con menos coches, menos jubilaciones y menos gabelas. Ya lo sé, pero vuelvo a repetir lo de que el que tiene que arreglar mis cosas soy yo. Y a eso le llamo madurar y hacernos mayores.

El señor Egea era un hombre maduro. Y le echo de menos. 

Pienso que debemos conseguir que el ministro de Educación solo tenga un objetivo: que las familias españolas y las escuelas españolas y las universidades españolas "produzcan" muchos miles de señores Egea, todos con un inglés perfecto, cosa que no tenía el señor Egea de verdad, porque en aquel tiempo tampoco hacía mucha falta.

Una vez marcado ese objetivo, y puestos los medios (para lo que es fundamental que los padres y los profesores sean auténticos señores Egea), resulta que ese ministro llegará a su casa y le dirá a su mujer: "Me parece que he empezado a ganarme el sueldo".

Y como premio, podríamos ir a la Fundación Tàpies, que seguro que tienen un modelo de aquel calcetín gigante que querían poner en uno de los Palacios de Montjuic, y regalárselo al ministro, con una dedicatoria: "Para el hombre que ayudó a dar la vuelta a España como un calcetín".

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02/11/2012 Si yo fuera economista, sería el economista esperanzado

Ahora me ha dado por la esperanza. Y me encuentro continuamente con la pregunta: "pero ¿usted cree que ahora se puede tener esperanza?"

Como lo primero que me sale del alma es decir ¡¡claro que sí!!, con dos admiraciones, y la gente me mira como a un bicho raro, he ido al Diccionario de la Real Academia, que siempre me aclara las ideas. Como, además, lo edita Espasa, que es mi editorial, ayudo a barrer para casa. 

El diccionario presenta varias acepciones, de las que escojo las que mejor casan con lo que yo pienso. Me quedo con la que dice que es el "estado de ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos" y me quedo también con la definición de "dar esperanza", en el sentido de "dar a entender a alguien que puede lograr lo que desea".

Y no me quedo con otra, que dice que "alimentarse de esperanzas" es "esperar, con poco fundamento, que se conseguirá lo deseado o pretendido".

Como no todo va a ser copiar del diccionario, empiezo a discurrir, aunque me cuesta más. Y al ponerme a discurrir, me fijo en lo de "pretendido", porque estoy convencido de que para tener esperanza, hace falta "pretender" algo, o sea, querer conseguir algo. Y como cuando me pongo a discurrir no hay quien me pare, pienso que para conseguir algo, hay que tener claro el "algo".

Quiero pensar que los que gobiernan España tienen claro el "algo". Quiero pensar que ese "algo" es el mismo para todos y que cuando hablan, todos se refieren al mismo algo, porque si se refieren a "algos" diferentes, se perderán o demostrarán que están perdidos y nos armarán un lío a los 47 millones de españoles. Y no están las cosas como para que nos las líen los empleados que pusimos para dirigir esa empresa que todavía, y Dios quiera que por muchos siglos, se llama España.

Yo pienso que el "algo" es muy simple. Y que ese algo, hoy se llama 5.778.100 personas sin empleo. Hoy se llama así y dentro de 3 meses, cuando salga la Encuesta de Población Activa de 31 de Diciembre, se llamará de otra manera. Y el "algo" consiste en decir que hemos de conseguir que ese nombre nuevo sea menor en esa fecha, o sea, dentro de nada. ¿En 60.000 personas? Pues en 60.000 personas. ¿Qué es poco? Como dicen en mi tierra, menos da una piedra.

Lo que pasa es que una vez definido el algo, hay que decir lo que vamos a hacer para conseguirlo. Son dos cosas. un poco difíciles, pero para eso hemos contratado a ese equipo directivo que tenemos en Madrid. Para que las haga.

Una es internacional, según como se mire, porque, como somos europeos, tanto como Alemania o como los demás, o nos fijamos objetivos europeos o me vuelvo a San Quirico, de donde nunca debí irme.

El internacional tiene que ver ¡cómo no! con las entidades financieras europeas, que en julio, o sea, hace nada, tenían muchos euros metidos en una hucha en el BCE, hucha que les daba el 0 % de interés, o sea, lo mismo que el cerdito que tengo en mi despacho me da por los euros no españoles que meto allí, en un nuevo intento mío (y van centenares) de ahorrar algo para mis vicios.

Pues el pobre Draghi ha vuelto a fracasar, porque el ingenuo de él -hasta en Goldman Sachs ha habido ingenuos- pensó que los bancos europeos, en vez del 0%, igual querrían ganar un poco más, aunque fuera prestándoselo a un señor que necesitaba una póliza de crédito para ampliar su tienda. ("¡A quién se le ocurre, con la que está cayendo!", dijo el Director de la Caja de Ahorros de San Quirico, siguiendo fielmente las órdenes emanadas de la superioridad.)

Primera cosa que tiene usted que conseguir, señor Rajoy. Que esas entidades financieras, entre las que hay algunas españolas, saquen el dinero a la calle, porque parece que ese dinero (unos 800.000 millones en total, de los que unos 40.000 de entidades financieras), los bancos lo han cambiado de cuenta en el BCE o lo han prestado a los Estados, en eso que se llama "comprar deuda pública".

Segunda cosa: ¡ánimo y a por las cuentas de las Comunidades Autónomas! (¿hacen falta 17?), de las Diputaciones, Cabildos, Ayuntamientos, etc.

Pero, por favor, que el problema no son los funcionarios. Que el problema está en los que, en puestos de trabajo virtuales, cobran sueldos de verdad. Como, además, los pobres, para ocultar su virtualidad, dicen cosas de vez en cuando y así la gente sabe que existen y después les pueden contratar en algún sitio, cuando hablan se suman al coro de grillos y hacen que todos miremos a la Zarzuela y le pidamos a Su Majestad que grabe un mensaje y que lo reparta a toda esta gente, con su inolvidable y acertadísima frase: "¿Por qué no te callas?" 

Cuando se dice lo que se quiere conseguir, es muy conveniente poner plazos. Lleno de entusiasmo, los pongo:

Los dineros de los bancos, en la calle: 15 de Diciembre de este año.

La lista de todos los que sobran: 30 de Junio del año que viene.

Y luego, señor Rajoy, va usted a la tele (otra de mis manías) y nos lo dice.

Y si quiere hacer labor de equipo, échele un capote a la señora Báñez y, aunque no sea del todo verdad, diga que por eso Doña Fátima anunció hace poco que las cosas empiezan a ir muy bien: porque las empresas normales podrán financiarse normalmente y porque pondremos orden en esta Administración pública tan mejorable ella y porque desde fuera nos verán como gente seria y nos prestarán dinero más barato y bajará el déficit y no nos subirán los impuestos.

P.S.

1. Hablo del equipo directivo que tenemos en Madrid y no hablo de los 17 + 2 equipos directivos que tenemos en las Autonomías y en las Ciudades Autónomas, porque también es responsabilidad de Madrid conseguir que esos/as señores/as discurran con la cabeza y que no hagan melonadas que nos hagan desviar la atención hacia "alguitos" pequeñitos y pueblerinos, distrayéndonos de lo fundamental y haciéndonos perder el oremus.

2. Si a alguien le parece que con lo del "economista esperanzado" del título estoy haciendo publicidad de mi último libro, que se titula así, ha acertado. "Con la que está cayendo", hay que aprovechar todas las ocasiones

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26/10/2012 El señor Egea, España y el calcetín

Estoy en pleno road show. He sacado un libro y ahora hay que venderlo. Aquello de que "el buen paño, en el arca se vende", está muy pasado de moda. Ahora hay que sacarlo del arca e intentar moverlo por ahí, para que la gente se entere de que existe el paño y de que tú dices que es bueno, y para que se animen a comprarlo.

Me hacen muchas entrevistas. Al cabo de unas cuantas, llega un momento en que no sabes si eso que estás diciendo se lo has repetido varias veces en la misma entrevista al mismo periodista, o si se lo dijiste ayer a otro. Pero como los periodistas con los que hablo son buena gente, sonríen y ponen cara de estar oyendo una novedad.

Las preguntas son las normales, las que nos hacemos todos desde hace unos años: el rescate, la prima de riesgo, los presupuestos, el déficit... todo eso.

Pero me ha sucedido una cosa curiosa: que, en varias ocasiones, me han preguntado por el señor Egea. Alguien hasta me ha preguntado si existió. Pues sí, gracias a Dios, existió. 

Y decido hacer una cosa que no sé si está bien, que es copiar tres párrafos de mi libro, que, por cierto, se titula "El economista esperanzado" (digo el nombre porque "yo he venido a hablar de mi libro" y, o doy el título, o la gente comprará otros libros, y si los compara con el mío, igual esos otros le gustan más).

Copio:

"...se me va la cabeza a Zaragoza, segunda mitad de los años cincuenta. Mi padre acababa de fallecer. Mi madre administraba un patrimonio que le daba para vivir. No le sobraba, pero no le faltaba. Cuando tenía alguna duda sobre alguna inversión, iba al difunto Banco Zaragozano, a la oficina principal, y hablaba con el director de la oficina, el señor Egea, que  le aconsejaba. Curiosamente, en los muchos años que fue a verle, el señor Egea le dio siempre consejos honrados, que siempre dieron buenos resultados.

No sé si habrá muchos señores Egea en la actualidad. Seguramente los habrá, pero no lo sé. Me temo que hay mucho 'pájaro' suelto por ahí, que, a base de poner objetivos brutales a los que podían ser señores Egea, se los han cargado y han hecho de ellos pequeños sinvergüenzas".

Y sigo copiando:

"Por supuesto, la responsabilidad de lo que yo hago es mía. Y la responsabilidad de lo que hace el que podía haber sido señor Egea -hombre competente, honrado, noble, sincero - y se ha convertido en 'pseudo señor Egea' -incompetente, deshonesto, traidorcete y mentiroso- es suya y solo suya. Pero, profundizando un poco, no demasiado, descubres que el auténtico señor Egea tenía claro lo que estaba bien y lo que estaba mal. Y eso es algo que no todos tienen claro en los tiempos que corren".

Se acabó la copia.

Ya sé que con lo de la revolución civil me estoy poniendo pesado. Ya sé que cuando digo que la revolución civil empieza por mí, y por ti, y por el otro y por el otro, muchos dicen que sí, pero que hay que subir los impuestos a los ricos y que los que tienen que dar ejemplo son los políticos, con menos coches, menos jubilaciones y menos gabelas. Ya lo sé, pero vuelvo a repetir lo de que el que tiene que arreglar mis cosas soy yo. Y a eso le llamo madurar y hacernos mayores.

El señor Egea era un hombre maduro. Y le echo de menos. 

Pienso que debemos conseguir que el ministro de Educación solo tenga un objetivo: que las familias españolas y las escuelas españolas y las universidades españolas "produzcan" muchos miles de señores Egea, todos con un inglés perfecto, cosa que no tenía el señor Egea de verdad, porque en aquel tiempo tampoco hacía mucha falta.

Una vez marcado ese objetivo, y puestos los medios (para lo que es fundamental que los padres y los profesores sean auténticos señores Egea), resulta que ese ministro llegará a su casa y le dirá a su mujer: "Me parece que he empezado a ganarme el sueldo".

Y como premio, podríamos ir a la Fundación Tàpies, que seguro que tienen un modelo de aquel calcetín gigante que querían poner en uno de los Palacios de Montjuic, y regalárselo al ministro, con una dedicatoria: "Para el hombre que ayudó a dar la vuelta a España como un calcetín".

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